Viaje [Rejenih, Kalenden, Serghei, Harold]

Me parece que no hemos acabado así por los métodos de Rejenih. Hemos acabado en esta situación porque haces lo que te da la gana sin pensar Serghei. Y no esperes que te cuente nada si sigues amenzándome con ese cuchillo demasiado largo tuyo. Era un maldito arrogante Serghei, al igual que yo. Y a ambos eso nos había traído problemas. Tampoco se puede decir que tu y tus compañeros hayáis sido muy locuaces Tampoco habéis puesto mas confianza en mi que permitirme acompañaros. Tampoco yo se vuestra historia, ni porque buscáis a Karel. Ni me habéis contado nada acerca de los poderes de Kalenden, ni de que tu puedes detectarlos. Para mi sois igual de sospechosos de ser secuaces de Karel como lo soy yo para ti Serghei. Así que dame una buena razón para que confié en vosotros y pueda estar seguro de que no me matareis cuando averigüéis que se de Karel. Nada funciona como uno espera. En aquel momento era yo el que sospechaba de Serghei...¿Porque tanta insistencia en acusarme de ser un secuaz de Karel? Era casi enfermiza, desesperada, aquella tentativa. Era como si buscase una excusa para matarme. Es un sirviente de Karel camuflado. Y además uno que debía conocerme. Si supongo que en mi otra vida abandoné el grupo de Karel este tipo me podría tomar por un traidor al que eliminar cuanto antes. Debe estar marchando con los otros dos para espiarlos. Así puede que sea como Karel se adelanta a sus enemigos y los debilita. Pero podría equivocarme, cualquiera de los otros dos podría ser el espía. Rejenih, por ejemplo. Si yo era un secuaz de Karel podría pensar que aun lo soy, y por eso trata de evitar que Serghei me mate. Kalenden no ha mostrado más que indiferencia hacia mí. podría ser cualquier cosa No estaba dispuesto a ceder. Si cedía y resultaban ser secuaces de Karel podían , sencillamente matarme allí mismo y evitarle un problema a su amo. Podrían querer sacarme alguna información sobre Yoko, para ir tras ella. No, tenía que tomar el control de la situación, o tratar de acabar con ellos. Pero no estaba dispuesto a perder frente Karel.

¿Identificando? ¿Maldiciones? ¿Qué coño era todo aquello? Yo no había notado nada, pero... Una cosa estaba clara, nos habían metido en el grupo a otro brujo a hacerme la competéncia.

No sabía mucho de magia para ser un brujo, pero no me hacía ninguna gracia que me hicieran nada a mis espaldas. A saber qué era aquello. Gabriel iba dando excusas de niña llorona para que Serghei no le rajara de lado a lado y... ¿Nos acusaba de no ser de confianza? ¿El que lanzaba hechizos por la espalda? Eso sí que no...

-¡Ninguno de nosotros te ha lanzado un hechizo por la espalda, maldito cerdo!- dije levantandome de mi sitio al lado del fuego- ¡Yo no te he prendido fuego, ni te he metido un hachazo meintras estabas desprevenido! ¡Ni Rejenih ni Serghei han hecho nada parecido! ¡En cambio tu te has puesto a hacer truquecitos cuando pensabas que nadie podría verte!-me acerqué a ellos y me puse a la altura de Gabriel, cara a cara con él, mirandole a los ojos- ¡Dame ahora mismo una puta excusa para no pedirme permiso o te arranco de las garras de Serghei para aplastarte la cabeza con mis propias manos!.

Tirada por Intimidar de Kalenden: 20 base + 93 dado + 44 abierta = 157

Aquello iba en serio, estaba muy cabreado, pero no lo suficiente como para perder la cabeza. Me había asegurado de jugar todas mis cartas para parecer lo más intimidatorio posible y hacer que se meara encima mientras lo soltaba todo lloriqueando. Nadie me lanzaba un hechizo sin previo aviso y se iba como si nada.

Estas colmando mi paciencia, sigues sin querer contestar e insultándome. Y respondes a cosas que no se te han preguntado. Aprete los dientes intentando contenerme, ese idiota deseaba morir o al menos le estaba poniendo mucho empeño. Nosotros no teníamos porque contarte nada, tu eres el que ha querido venir con nosotros. Dejé bien claro que te podías marchar que no eras bien recibido e insististe. Volví a realizar una pausa, Kalenden estaba de malas, eso de que lo hayan podido maldecir o hechizar lo había puesto de muy mal humor. Ya sabía lo que le había hecho al cadaver de un lobo cuando había estado de malas pulgas y no dudaba en que probablemente me encontaría en un fuego cruzado de brujerías si llegaba a eso.

No voy a seguir con tus jueguecitos de alejarnos de las respuestas. He hecho unas preguntas y exijo respuestas. Te estoy tratando mucho mejor de como lo ha hecho Karel con nosotros, voy a contar y una vez llegue a 0 solucionaré este asunto con el acero que tengo en tu cuello como si fueses la mísmisima mano derecha de ese desgraciado. Es decisión tuya si deseas vivir o morir, está en tus manos. No pararé a no ser que sea la verdad y lo que he dicho que contestes. Esto terminaría ahora, no podía dejar que se alargase más, esta noche era la fecha límite, una vez me fuese a dormir nadie sería capaz de comprobar si está haciendo de las suyas, no quería ni imaginar lo que nos habría hecho estas dos noches anteriores con sus brujerías pero esto terminaba aquí y ahora. La cuenta comenzó. Cinco, cuatro...

Es sencillo. No tengo porque responder a alguien que me amenaza con su acero. O lo bajas tus armas o te quedas sin respuestas. Orgullo norne. Pertenecía más a aquella gente de lo que Kalenden imaginaba, más de lo que yo mismo creía. No estaba dispuesto a arrodillarme ante un vil asesino, pues el orgullo era lo último que me quedaba.

Cinco, cuatro...

La cuenta atrás de Serghei... El tiempo se me agotaba. Casi podía sentir a la parca lista para cobrarse la vida que iba a arrancar Serghei. Aquella era la ultima jugada. Todo acabaría con un derramamiento de sangre...tal como empezó.

El tacto de aquello era extraño, era como tocar agua de manantial, pero a la vez tenia la textura de la arena. Cuando Harold abrió los ojos, aquellos ojos de intenso azul, se topó con un inmenso manto blanco: era la nieve. Se levantó con cuidado, cubierto tan solo por unos harapos. Aspiró hondo. El aire era frío, muy frío, pero la vista de aquel paisaje frente a un mar totalmente en calma, azul cristalino, Y la vista de aquel cielo tintado de tonos boreales era espectacular. Miró confundido a su alrededor. Había oído algo. Era el rugir de un animal enorme. De pelaje blanco...¿un oso polar?...si, así se llamaba, y parecía hambriento.

Tirada de frialdad:90+89=179

Me preparé mentalmente. No había otra salida, y curiosamente estaba tranquilo, como cuando todo empezó la calma me inundó. Era la calma de saber que aquello era inevitable. Si aquel era el veredicto de los dioses lo aceptaba, pero que no esperaran que me quedara de brazos cruzados. Iba a luchar, hasta el final.

¡Dame ahora mismo una puta excusa para no pedirme permiso o te arranco de las garras de Serghei para aplastarte la cabeza con mis propias manos!.

La calma había vuelto...Ya te lo he dicho. He comprobado que tipo de "brujería" empleas. Es lo que hay. No pretenderás que grite a los cuatro vientos que le puedo prender fuego a las cosas a los cuatro vientos. Claro, a Serghei le encantaría, así podría verme arder en una hoguera de la iglesia cristiana.

Es decisión tuya si deseas vivir o morir, está en tus manos. No pararé a no ser que sea la verdad y lo que he dicho que contestes.

Soy nórdico, para la que se ha convertido en mi gente el orgullo lo es todo, es lo único que no nos pueden arrebatar. Haz lo que quieras, pero no te voy a rendir pleitesía.

Genial. Me despisto un segundo y Gabriel aprovechaba para hacer no-se-que cosa a Kalenden por la espalda, que al parecer Serghei acusaba de ser, basándose en escasas pruebas, una maldición, o lo que sea, algo malo y perjudicial para él. Tenía que pensar rápido algo, o ibamos a acabar con un miembro menos como mínimo entre nosotros. Todo los comportamientos de los demás me parecían como mínimo ilógicos. Gabriel seguía con insultos y rodeos cuando Serghei parecía decidido a matarlo si continuaba por ese camino, Serghei parecía emperrado en su paranoia con nulas pruebas de sus interpretaciones, y Kalenden, como siempre, reaccionaba hecho una furia.

-Serghei, hay mejores soluciones que las armas, y más si hablamos de un aliado o enemigo contra Karel. Si es un aliado matandole aumentas las posibilidades de tu propia muerte, y si es enemigo, con amenazas lo único que conseguirás es que utilice alguna brujería para librarse de tí. Te lo repito, si hubiera querido matarnos con un poder similar al de Kalenden, ha tenido varios días para ello. Pero si aún dudas de la naturaleza de lo que le ha hecho a Kalenden, y esto significa que has visto perfectamente que era lo que le hacía, propongo algo que puede descubrir a este hombre o demostrar que dice la verdad: que utilice lo mismo que ha usado contra Kalenden sobre sí mismo. Y luego me explicas como haces para ver sus brujerías si se supone que tú no posees ningún tipo de poder. Parece que aquel que más sospecha de los demás es el que tiene más motivos para ser acusado... y Gabriel, si no recuerdas nuestros motivos para perseguir a Karel dilo, y no me vengas con embustes. Te contamos porque perseguíamos a Karel: el secuestro de la niña, el asesinato de su madre... hasta el hecho de que acababamos con la vida de uno de sus secuaces, Arc. Y Kalenden, relájate de una vez. Vamos a comprobar ahora mismo si lo que ha hecho es bueno o malo, si dice la verdad. Adelante, Gabriel, que Serghei no le quite el ojo del encima, y compruebe si ha hecho lo mismo. Y no te precipites en acabar con Gabriel, Serghei, o tendré que vengarle. A lo mejor si estuvieses sólo podrías matar que quien te plazca, pero delante mía no.

Para dar autoridad a mis palabras desenvainé mi estoque. No se lo pegué al cuello como hacia Serghei, pero si dejé claro que un giro de muñeca bastaría para atacar.

La tensión podía cortarse con un cuchillo de cocina. La situación era desesperante, bajo la tenue luz de aquella tímida hoguera todo estaba a punto de convertirse en un campo de batalla... en otro reguero de sangre entre compañeros. El latir de vuestros corazones era lo único que se escuchaba en la fría noche, el acero seguía en el cuello de Harold, Kalenden mantenía su postura desafiante y el interrogado se limitaba a observaros con fiereza.

La espada se apretó contra la carne cuando el asesino comenzó con su mortal cuanta atrás. Un hilillo de sangre comenzó a recorrer el cuello del norteño, ignorándolo por completo comenzó a hablar con su típico tono desafiante, estaba claro que no iba a ceder.

La gota de sangre siguió cayendo.

Entonces Rejenih se levantó y comenzó su discurso, su voz era tranquilizadora e intentaba poner una solución menos drástica a todo aquel asunto. Todos escuchasteis con atención sus palabras.

Y entonces la gota se desprendió de la piel, como si tuviera vida propia, y cayó perdiendose entre la hojarasca...

Y no paso nada... aparentemente.

Todo se tornó más oscuro, pero no lo notasteis. El aire se arremolinó a vuestro alrededor, el frío se volvió más intenso, la tensión del propio ambiente creció. Algo respiraba entre las sombras, algo os observaba entre las sombras esperando su momento.

Vosotros no notasteis nada, pero la barrera estaba a punto de romperse.

De acuerdo Rejenih. Corresponderé el voto de confianza que me das. Pero creo que tendré que explicarte lo que se de mis poderes desde el principio. Tomé aire, era mas frió aun que antes. Rejenih al menos no tenia como prioridad el matarme, aunque si no tenia cuidado lo haría. Mis poderes (y los de Kalenden) no son una brujería como tal. En si no son magia como la que entendemos en base a las leyendas. La mayoría de cosas extrañas que haría un brujo de verdad van precedidas de gestos y galimatías, y suelen implicar un espectáculo visual increíble. Mis poderes están ligados a la fuerza de voluntad de las personas y no requieren gestos, ni suelen ser visibles. Sencillamente deseas algo y si está dentro de las posibilidades del don se cumple. Así Kalenden solo tiene que querer que la hoguera se encienda y la propia energía de su mente hace que así sea. Aunque los poderes difieren de una persona a otra tienen el mismo origen. Paré un segundo. Ahora venia la parte más difícil de explicar. Algunos poderes que empleamos constantemente quedan atados a nuestra voluntad de tal forma que podemos lanzarlos tantas veces como queramos...Pero aquellos que no hemos empleado nunca o que hemos empleado muy poco...Requieren un tiempo de descanso. Sencillamente la mente humana tiene sus limitaciones. Este es el caso del reconocimiento que he hecho a Kalenden. Entenderás que no es normal encontrar a gente con capacidades como esta. Aunque a veces varia, lo común es que estos usos poco frecuentes se puedan repetir un número limitado de veces antes de que el psíquico deba descansar. En mi caso yo tan solo puedo lanzar uno y tras ello debo descansar mas o menos una hora Me paré un momento ¿era una ráfaga de aire? ¿en un bosque? Algo no marchaba bien. De repente hacía mas frió y soplaba viento en un bosque. Miré intrigado a Rejenih....¿Es normal que sople tanto viento en un bosque, y que la temperatura cambie así?

Al menos ya comenzaba a soltarsele la lengua, pero apenas había respondido nada y tan solo nos mostraba sus conocimientos de brujería. De lo que decía solo hacía que más preguntas saltaran a mi mente, pero las importantes ya las había hecho y no me apetecía saber mucho más del saber prohibido. Lo que estaba claro es que no quería utilizar ese poder en si mismo y pretendía salvar tiempo, al menos una hora. ¿Es ese el tiempo que necesita para que vengan en su ayuda o es algún truco más elaborado? No tenía tiempo para analizar la situación, solo sabía que lo que había dicho no era motivo para que confiara en él, aún tenía mucho que explicar.

No cambies de tema. Eso solo responde a medias la última de las cinco preguntas que te he hecho, continúa si quieres que mi desconfianza desaparezca. No necesitaba decir más, su media respuesta había prolongado su vida unos momentos más y eso era suficiente como para saber como funcionaba este trato.

Al parecer Gabriel era un entendido en mis poderes, que él compartía. sabía mucho de su funcionamiento, su diferencia con la "verdera" magia, y demás. No podría haber escrito el libro de Ígnea, pero casi. ¿Acaso todos los Gabrieles del mundo eran expertos ocultistas? Pues en ese imperio de debiluchos había un lugar llamado así, menudas juergas con la inquisición debían de montarse. Espera...

-Buen intento para distraernos, chaval, pero no nos engañas. Como ha dicho Serghei, eso que nos has contado es lo de menos...

Maldita sea, casi me engañaba y me dejaba satisfecho con aquella explicación. Tenía que ir con más cuidado, no todos los que sabían de mi poder eran aliados, de hecho la mayoría eran rivales...

No cambies de tema. Eso solo responde a medias la última de las cinco preguntas que te he hecho, continúa si quieres que mi desconfianza desaparezca.

Aparta tus cuchillas de mi cuerpo y tal vez me lo piense. He respondido a una de vuestras preguntas. Ahora me toca ami: ¿Porque tanto empeño en Karel y la niña? Conocer a su madre no es motivo suficiente. Conocemos a mucha gente y no salimos en persecuciones suicidas para vengarlas. Y de vosotros el unico al que veo saliendo en una lucha en busca de justicia es Rejenih.¿Porque es tan importante para vosotros?

Era el maldito enigma; un barbaro, un caballero y un asesino, los tres unidos por el deseo de rescatar a la niña. Y no me habían dicho nada. Solo una xplicación vaga y tan poco creible como mis "excusas".

Buen intento para distraernos, chaval, pero no nos engañas. Como ha dicho Serghei, eso que nos has contado es lo de menos...

Creete lo que quieras. Creete que es solo para ganar tiempo si te hace feliz. Pero eso no te va a ayudar a encontrar a Karel ni a salir de este bosque.

Aquello cada vez tomaba peor cariz. Y si les contaba mi historia...no me creerian y me matarian igualmente. Era una partida perdida de antemano.

Empezó a hacer aún más frío, si eso era posible en estas fechas y en un bosque tan al sur. Me acerqué más al fuego, aunque sin dejar de dar claro tanto a Serghei como a Gabriel que cualquier acción violenta sería devuelta por mí, así que más les valía usar las palabras por ahora.

Soltó una sintesís bastante detallada, y por lo que veo, coherente, de porqué las habilidades de él y Kalenden eran distintas a la brujería que requería contante estudio, rituales extraños y galimatías y gestos para lanzar conjuros. Luego pregunto una minucia sobre el bosque.

-A estas alturas debería preocuparnos cualquier cosa de este bosque menos que sea normal...

¿Cuántos tipos distintos de capacidades fantásitas y antinaturales hay, maldita sea? Los hechiceros, los tipos de la isla de varja que trepan por las paredes, saltan varios metros y te golpean a media docena de metros de distancia, y ahora estas...¿Habilidades mentales? Bien podría depender del hígado y ser una simple interpretación de sus usuarios. El caso es que no menos de tres capacidades sobrenaturales pueden dominar las personas, y a saber cuántas más desconozco...

-¿Es verdad lo que dice, Kalenden? ¿Así es como funciona tu poder sobre el fuego?


Al parecer Gabriel seguía empeñado en ver quién era más machito con una espada en su cuello. Había pasado de demostrar saber tener la cabeza fría a ser un descuidado temerario pseudosuicida.

-Gabriel, harías bien en recordar que te están apuntando con una espada al cuello. No es que me parezca justo, pero en tal situación no esperes que te respondamos por turnos. Pero en todo caso, a mí también me parece una pregunta muy interesante-miré a Kalenden y Serghei-sobretodo para Kalenden. ¿Que tenían Celina y su hija para ser tan importante para vosotros? Hasta ahora sólo he recibido respuestas vagas por vuestra parte, lo único de lo que estoy seguro, tras todos estos días, es de que sí sois aliados. Pero sigue siendo exagerado, por lo que parece conocíais de poco a esas personas. Decidme, ¿Perseguíais acaso a Karel desde antes de que secuestrarara a la niña?

¿Tal vez te lo pienses? Sino fuese por lo tensa de la situación probablemente se me hubiesen escapado unas carcajadas Definitivamente estaba tan majara como Karel Notaba el mango de la espada en mi mano, la sangre palpitando a su paso por la mano, un simple movimiento de muñeca y toda esta farsa acabaría. Yo soy el que tiene la espada por el mango y yo soy el que hace las preguntas. El que tal vez se lo piense seré yo en caso de que salgas de una pieza de esta conversación cosa que empiezo a dudar... Ser tan reacio ha hablar y preferir perder la vida era muestra de que tenía mucho que ocultar además de recordar a la lealtad que mostró Arc al morir por Karel.

Sino conociese ahora que no necesita de movimientos esotéricos ni de ponerse a cantar en idiomas extraños para lanzar sus brujerías, probablemente a estas alturas estaría atado de los pies a la cabeza. Mi única ventaja frente a sus brujerías es esta, en caso contrario no me daría tiempo a actuar a no ser que fuese tarde, no pienso tirar ese paso por delante. Con Karel no me dio tiempo... El recuerdo de como Celina era atravesada por esa espada oriental sin que pudiese hacer nada vino durante un instante a mi mente. No, no se repetirá...

Rejenih habló, la curiosidad que había guardado durante todo este viaje salía a relucir en un momento que no me parecía el adecuado. Si tienes dudas respecto a nuestras motivaciones podemos hablar después de saber que no haya ratas escuchando.

Le quité importancia a las preguntas del viejo con una gesto de la mano.

-Sí, Rejenih, lo del poder sobre el fuego que ha dicho Gabriel es todo cierto. Bueno, al menos la parte que he entendido, al parecer él no es un autodidacta como yo o lleva más tiempo en el asunto. En cuanto a nuestros motivos, o por lo menos los míos, no le interesan a nadie, y creo que ya he demostrado ser de suficiente confianza como para que necesiteis saberlos. -en verdad dudaba que confiaran lo suficiente en mí. Pero esperaba que captaran el mensaje, no iba a hablar, y si me obligaban la cosa iba a ponere muy fea. Bueno, aún más...

Nunca creí que iba a actuar a favor de la tranquilidad en el grupo, pero ahora iba a ahcerlo. No porque me importara la salud de Gabriel, si fuera por mi Serghei podía rajarlo allí mismo. Pero aquella presencia seguía allí, yo la había notado, no estabamos sólos, maldita sea. No tenía nada en contra de los enfrentamientos entre miembros del grupo, eran algo normal, pero tenían que ser rápidos. Llevabamos mucho tiempo perdido y más que perderíamos, y mientras ese... lo que fuera, seguía observandonos. Y lo peor es que parecía que ninguno de los otros tres le daba importáncia...

Mira, chaval, Serghei tiene razón. Voy a tener piedad de ti porque me has caído simpático al ser nórdico y porque esos conocimientos que tienes sobre nuestros poderes me pueden ser utiles. -dije señalando a Gabriel- Así que te lo voy a explicar para que lo entiendas. Tienes una puta espada en el cuello. Un paso en falso y te rajan, y Serghei no ha visto horrores en el mundo, que yo sepa, así que su pulso no es lo mejorcito que hay. Ya te ha hecho un cortecito pequeño, y has tenido suerte de que solo sea eso. La próxima vez no la tendrás. En un segundo estarás ahogandote en tu propia sangre, y si no te mata al instante, y seguramente no lo haga, te va a doler. Te va a dolor mucho, no sabes cuanto. Una vez se lo hize a un tipo y tardó un par de minutos en morirse, no sabes lo desagradable que fue ver como se meaba encima mientras lloriqueaba y su cara se retorcía de dolor aunque no podía hablar porque solo conseguía echar sanfre. Así que no esperes tampoco poder hacer ninguna tontería de llevartelo contigo a la tumba, no aguantarás el dolor, lo único en lo que pensarás es en que deseas morirte, lo sé porque lo he visto. Así que yo ahora me voy a sentar... -y así lo hize, me senté con las piernas cruzadas, cerca del fuego, con el hacha en el regazo, mirandolos- Y tu vas a hablar. Me vas a contar tu historia, si hace falta desde que saliste del coño de tu puta madre, y me vas a contar porque jodido motivo entraste en Gehena, así como todo lo que sepas del pirado de Karel y cualquier cosa que te relacione con él. O eso, o sufrirás, mucho, como ya he dicho. Es posible que no temas a la muerte pero... ¿Podrás soportar el dolor?

Sonreí, inevitablemente. Era una pregunta retórica, por mucho que se empeñaran tantos hombres en negarlo, todos tenían miedo al sufrimiento. Algunos más, algunos menos... pero todos. Y quien lo negaba era porque no había visto suficiente sufrimiento durante su vida...

Pobre insolente. Por muchas quemaduras que luciera Kalenden no tenía ni idea de que era el dolor. Pobre iluso que creía que era sufrir…

No tienes ni idea de lo que es el dolor Kalenden… Y es sencillo, no me da la maldita gana contarte nada de mi vida si no contáis algo de la vuestra. Cuestión de confianza.

Todo ardía. El campamento era un caos de viajeros y mercaderes que trataban inútilmente de huir de los bandidos. El clan Skulling, el más salvaje de Goldar había decidido que la caravana era un botín perfecto. Harold estaba escondido debajo de una carreta. Aquello era el fin, sus poderes, sencillamente no eran suficientes para acabar con todos. Vio a unos bandidos acercarse a una mujer joven, con una niña. Harold sabia muy bien lo que ocurriría a continuación. Era el momento de evitarlo. Concentró toda su energía en un último golpe de poder. Tenia que salvar a la mujer y a la niña pero… Una descarga recorrió todo su cuerpo. Algo había fallado. A continuación un dolor terrible, como si su mente fuera atravesada por más de cien mil cuchillas le recorrió. Acto seguido todo era oscuridad...

No había podido salvar aquella pobre mujer de los bandidos. No había podido salvar a Yoko de su venganza suicida y su dolor y tampoco había podido salvar al viejo cura. Ahora no podría salvarme a mi mismo. Aquello no era Komerfest, no era la batalla con los magos, no era mi más brillante momento. Era mi sentencia de muerte y yo miraba con la furia de un lobo acorralado a los que serían mis ejecutores… Entonces una chispa saltó. No, era demasiado fácil, era imposible que funcionara. Pero no tenía otra alternativa… Era tan evidente que no se me había ocurrido. Sonreí, si aquello no funcionaba aquello ya se me acababan las ideas…

Podéis ir quitándome el maldito cuchillo del cuello, y tu Kalenden, intenta quemarme y te juro que te mato aquí mismo, aunque me vaya yo detrás. Creo que vosotros habréis visto, de los secuaces de Karel…a Arc, al que decís haber matado, a Silvia, la pupila de Karel, y los otros eran…Hice un gesto banal, como el que trata de recordar que ha de comprar en el mercado. Ah si, el rubio y el pelirrojo…Los observe como si aquello no tuviera la menor importancia…Bueno, es normal que no conozcáis al que abandonó. Evidentemente no iba a estar con Karel… Es una pena…Aquello era una genialidad o una estupidez, o un poco de ambas. Si querían saber algo del sexto miembro del grupo de Karel, sabían lo que debían hacer. Si no cedían, que me matasen si tanta ilusión le hacía a Serghei. Pero ello no los acercaría a Karel.

La situación había tomado un cariz demasiado violento, Kalenden permanecía sentado pero listo para levantarse en cualquier momento y aplastar bajo su enorme hacha al otro norteño. Serghei estaba decidido a no apartar su filo del cuello que no dejaba de sangrar. Harold, por su parte, no retrocedía ni un solo paso y no dejaba de lado su orgullo, aunque ello le fuera a costar la vida. El único que intentaba mantener la calma e instaurar la cordura era Rejenih, pero el resto no parecía hacerle demasiado caso, ni siquiera le daban importancia a su amenaza estoque en mano.

La tensión era brutal, el ambiente estaba demasiado cargado. Todo el bosque pareció palpitar. Entonces Harold habló, sus palabras os dejaron descolocados, como si os hubieran lanzado un cazo de agua fría. ¿A que demonios se refería? ¿Había un sexto guardián de Karel? ¿Como sabía el nombre de Silvia? Las preguntas se agolparon en vuestra cabeza, vuestros corazones se dispararon como una carga de caballería, la ansiedad y la frustración se abrieron paso a través de vuestro interior. ¿Había insinuado Harold que el era el sexto miembro?

Vuestra cabeza empezó a dar vueltas ¿O era el bosque el que daba vueltas? De pronto todos escuchasteis un grito demasiado agudo, estridente y brutal que se clavó en vuestros tímpanos y os hizo retorceros de dolor. Era el grito de una mujer, pero aquello poco os importaba, el dolor era demasiado para un humano. Os retorcisteis por el suelo gritando. El bosque palpitó en un extraño frenesí, como si disfrutara con aquel dolor, como si se alimentara de él. Todo dio vueltas, vuestra cabeza estaba punto de estallar.




Y todo fue oscuridad.



¿¿??

Poco a poco fuisteis abriendo los ojos paulatinamente. Estabais en un cuarto de madera, la única iluminación provenía de los pocos rayos de sol que se colaban entre las los huecos de los maderos de una puerta que estaba en la cima de unas escaleras chamuscadas. Parecía un cobertizo de pequeñas dimensiones, por el tacto que presentaba la pared y por lo poco que podíais ver, parecía que la madera había vivido mejores tiempos, ahora estaba un poco quemada.

Junto a vosotros solo había un armario tirado en el suelo y comida desperdigada por doquier. Vuestras armas habían desaparecido, pero no vuestra ropa o vuestras armaduras.

Os mirasteis desconcertados ¿Que había pasado?

Me levanté con cuidado. Casi esperaba seguir teniendo la espada corta de Serghei en mi cuello, pero no. Estábamos desarmados, rebusqué en mis bolsillos, no estaban los cuchillos de caza. Pero ahora la ventaja táctica era indudablemente para mí. Pero...¿donde estábamos? Miré alrededor e inspeccioné con la mirada la sala, y siempre echando un ojo a los malditos desgraciados que habían intentado matarme. Debo salir de aquí, lo mejor que puedo hacer es alejarme de este trío de psicópatas. ¿Donde esta la puerta? Ah ahí. Me dirigí a la puerta. No quería estar mas tiempo del inevitable junto aquellos tres. Antes de tratar de salir cogí algo de la comida que había desparramada. ¿Estaría en mal estado? ¿La habrían envenenado? A saber. Por si acaso no probé. Solo tenia claro que debía escapar mientras pudiera. Ahora el statu quo ha cambiado. Ya no estoy en una situación desesperada, y tampoco puedo contar con el factor sorpresa a cerca del sexto miembro. Querrán hacerme preguntas. Seguramente trataran de amenazarme una vez más. Y esta vez querrán sonsacarme la información aunque sea torturándome...y no puedo seguir perdiendo el tiempo con su paranoia. Ni les dirigí la palabra. Me dirigí a la puerta y traté de abrir...

Me llevé una mano a la frente y negué con la cabeza en gesto de desesperación, como quién da algo por un caso perdido. Algo bvastante contrastante con el hecho de que me estaba conteniendo para no soltar una risotada.

Está loco... Habla sin conocerme diciendo que yo no sé lo que es el sufrimiento... se atreve a amenazarme, a desafiarme... ¡En su situación! ¡Tiene la posibilidad de morir y en vez de huir de ella se lanza al lago de cabeza!

Me reí. Ibamos a matar a un compañero, al que podría ahber sido uno más contra Karel, pero no podía evitar reírme de lo absurdo y lo grotesco de la situación. Me levanté, y agarré el hacha con las dos manos. Gabriel parecía estar más en un mundo propio que en el real. Mejor para él, así le iba a doler menos.

-Pobre diablo... a los locos deberían de encerrarlos para que no les pasaran estas cosas... -murmuré más para mí que para nadie más.

Y entonces sonrió. en verdad estaba loco. Pero aún debía de tener un motivo para vivir porque se aferró a alguna vana esperanza... y habló. Ignoré sus prepotentes advertencias de represalia en caso de que le hicieramos algo, pero lo del sexto compinche de karel no pudo si no llamarme la atención. Qué mierdas, no me llamó la atención, fue algo más, mucho más. ¿Qué coño significaba aquello? ¿Quién era ese sexto ayudante, porque Gabriel los conocía a TODOS y porque no había hablado antes de él?

No tuve mucho tiempo de hacerme más preguntas. De repente empezé a sentirme abatido y mareado, todo daba vueltas. Y ese ruido.... ese chillido infernal que entraba por las orejas destrozaba los tímpanos y se metía en tu cabeza. No había hombre capaz de resistir aquello, como comprobamos nosotros. Caímos al suelo retorciendonos como cerdos en el matadero, meintras el puto bosque de mierda palpitaba como un puto corazón a punto de salir volando del pecho. Suerte que perdí el conocimiento, o habría acabado más loco que Gabriel, Karel y todos los putos locos del mundo montando una fiesta de locos dónde los locos se reunían para mostrar su locura a otros locos y... da igual.

Desperté, o ceo que puedo decir despertamos, en un sitio totalmente diferente. Estaba oscuro, pero parecía que estabamos en una habitación de madera. Todo estaba un poco chamuscado...

¿Qué coño? .... ¿Dónde estoy? ¿La Sal? no, idiota, La Sal la dejaste mucho peor con tus geniales ideas... Sería demsiado optimista pensar que todo fue un sueño y solo te pasaste un poquito, o que incluso no llegaste oportunidad de pasarte... Pero nunca ha sido lo mío eso del optimismo...

Una cosa era segura, nunca había estado allí, y no tenía ni idea de como había llegado. No tenía mi arma a mano, pero tampoco esperaba tenerla. ¿Qué secuestrador es tan subnormal de dejar armado al secuestrado?

Me fijé en que Gabriel cogía un poco de comida y se disponía a marcharse. Mejor para mí, si tras esa puerta había algo no deseable se lo iba a llevar él y yo ya estaría advertido. Cogí un poco de comida y la guardé en el bolsillo del pantalón, nunca se sabía. También comprobé que no me hubieran quitado el orbe de búsqueda, realmente lo único importante de todo cuanto llevaba, con la posible excepción del hacha y mis cinco monedas de cobre.

Examiné la estancia mientras rejenih y Serghei acababan de despertarse y descubrí lo que parecía un armario tirado por el suelo. Lo abrí para ver qué había dentro, nunca se sabía.

Genial. ¡Genial! Sencillamente perfecto. Este par parecía un dúo de vampiros que buscaran una excusa para destrozar a Gabriel y poder beber su sangre, y él se lanzaba de cabeza como si su cuello estuviese hecho de algún metal más duro que la pared de un castillo pero que por algún motivo soltaba un líquido rojo al rascarse, y no un cuello humano que se rompe con apretarlo demasiado fuerte.

Pero no sólo eso, es que no me hacían ni puñetero caso. ¿Que Gabriel usara su poder sobre sí mismo para comprobar si de verdad lo que le había hecho a Karel era inofensivo? Nada, nada, Kalenden estaba más preocupado por matar a Gabriel y describirle como iba a ser su tortuoso desangramiento que en comprobar si le habían echado una maldición que acabara con su vida en tres días y que ese hombre con el que se comportaba de forma tan ruda podía revertir el proceso, o si simplemente habían sondeado sus poderes como decía y podía ahorrarse todas esas fanfarronerías.

¿Que se tranquilizaran, que tanto si es amigo como enemigo están haciendo mal, que si quisiera maldecrinos ha tenido varios días en los que podría no haber sido visto? Nada. Ni caso, ni si quiera entendieron que quería que soltaran algo sólo para dejar a Gabriel satisfecho y que se soltara de la lengua de una maldita vez, porque si se comportaba tan gallito es que había planeado algo.

¿El caso que me hacían? Para relajarme. Para tranqulizarme y callarme.

Con un buen par, uno está sangrando por el cuello y permanece inalterable ante la muerte a dos palmos de él, otro está obsesionado con degollar a otro mientras le amenaza con los detalles de un profesional mientras que Kalenden le describe el dolor que causaría eso como si lo hubiera sentido cincuenta veces y hubiera notado nota, ya inmunizado, a partir de la treinta y siete. Y intentaban QUE YO me calmara.

Era raro en mí, pero había perdido la cabeza. Ya tenía bastante con que se me menospreciara nada más conocerme por el mero hecho de mi edad y que no creyeran en mi habilidad hasta que tuve que atravesar a uno, si no que ahora también parecían querer ignorar mi buen juicio. Genial. Pues no van a volver a ignorarme.

Aquí sólo había una simple hoguera, Kalenden no podría depararme una de sus sorpresas. Y les había visto combatir: aunque me dolería mañana, podría con los dos. Cogí mi espada bastarda, que sostuve con la mano izquierda como si fuese una pluma, aunque supiese de sobra que con esto iba a perjudicar a mi habilidad, no me importaba si conseguía que la intimidación evitara el combate directo: no estaba ahora para estar esperando otra vez a que se curaran.


-¡ESCUCHADME DE UNA VEZ LOS TRES!-dije, aún sin procesar las palabras de Gabriel y su insinuación- vais a quedaros quietos de una jodida vez y vais a hacerme ca...

Mis palabras fueron cortadas por un grito que resonó como si estuvieramos encerrados en una armario de piedra y el eco nos hiciera oírlo cien veces, a las que había que sonar las doscientas dentro de nuestras cabezas. Un sonido estridente, que te dejaba los tímpanos más agrietados que una vidriera de iglesia. Fui el último en caer por el chillido, aunque tampoco es que les sacara una gran ventaja a los demás. Pude ver como el bosque se contraía y expandía, como si estuviese respirando ese sonido o alguna cosa extraña por el estilo.

Y entonces todo cambió. Estabamos en una habitación de madera, odernada con el estilo y las sutilezas del siglo MMML antes de Abel, lo que contrastaba con un armario que distaba de ser troglodita.

La impresión inicial, y fue bien gorda, fue sustituida al poco por diligencia.

Examiné la habitación conciencudamente, intentando adelantarme a los demás. La primera ojeada reveló comida por los suelos, Kalenden dirigiendose al armario al lado de la comida, Gabriel intentando escapar disimuladamente y Serghei aún tenía problemas para despejarse, a lo mejor tenía un oído más bien sensible y el grito lo habia dejado más bien trastocado, o yo que sé. Sin embargo intente fijarme en detalles, posibles ventanas que me dieran una pista de donde estaba o marcas en la pared, por ejemplo. Entonces, antes si quiera de empezar me dí cuenta de que no llevaba armas. ¡Maldita sea! Me importaba bien poco la millonada que valieran frente a la pérdida que representaban con respecto a mi defensa personal, y más en esa situación. Pero iba a encontrarlas, estuviesen donde estuviesen... por lo pronto la espada bastarda tenía más años que mis tres compañeros, no iba a perderla para siempre por una tontería.

Traté de abrir. La puerta no cedía. ¡Mierda no se abre! Nos habían encerrado como ratas. Si pillaba al desgraciado que nos había encerrado le echaría a Kalenden para que el nórdico se divirtiese sacándole las entrañas a mano. Estaba bastante cabreado con al situación. Había pasado de preso de aquel trío de locos a ser un preso con el trío de locos. Al que nos había encerrado mas le valía huir o ser muy poderoso. ¿Quien demonios nos habrá encerrado? Karel lo dudo, ni llevábamos tanto camino adelantado ni el se molestaría en dar media vuelta. La respuesta al enigma esta al otro lado de la puerta, solo hace falta encontrar la forma de cruzarla... Me alejé un poco de la puerta y dirigí unas escuetas palabras a los otros. Alejaos de la puerta...

Es sencillo, si está trabada por el otro lado la abriré a golpes...

Proyectar la fuerza de voluntad como un impacto era una de las cosas mas sencillas de los poderes mentales, pero proyectarla con la máxima fuerza posible era otra historia...

Tirada de Potencial:100+55=155 Impacto de fuerza 12
Tirada de proyección psíquica para impactar en la puerta:100+72=172

@ Kalenden

Diste la vuelta al armario con un poco de esfuerzo y abriste las puertas que estaban roñosas. El interior estaba vacío, solo había una barra de metal cruzada de parte a parte, seguramente servía para colgar ropa. Rejenih se acercó hasta ti y examino contigo el armario, pero no encontrasteis nada.

@ Harold

Intentaste abrir la puerta, pero no cedió bajo tu empeño. Al otro lado se escuchaba el tintineo de una cadena. Rabioso por aquello te alejaste de unos pasos y preparaste tu mente para proyectar un impacto de fuerza.

La puerta cedió de golpe como si un martillo, en manos de un goldariano, la hubiera golpeado con toda su furia. Al otro lado viste una habitación, no el exterior. La luz provenía de un enorme candelabro colocado a escasos metros de la puerta. Las ocho velas estaban encendidas y desprendían bastante luz. El resto era una simple sala de madera que acababa en otras escaleras que giraban haciendo esquina, por lo que no podías ver que había a continuación.

@ Rejenih y Serghei

Desde vuestras posiciones observasteis como una descarga de color oliva salía disparada del brazo extendido de Harold y reventaba la puerta con pasmosa facilidad. Al otro lado visteis lo mismo que él.

Miré satisfecho el resultado del impacto. Hay veces en que algo de fuerza bruta no viene nada mal. Al otro lado de la puerta vi el candelabro. Ese era el origen de la luz... Me dirigí a la escalera, pero en el ultimo instante me paré. Me detuve a analizar la situación un instante. Ahora mismo deben querer salir de aquí tanto como yo. Y aventurarme ahí fuera yo solo se traduciría en un encuentro con un enemigo desconocido... Aunque me duela los necesito para salir de aquí, a los tres.
Me giré una vez mas. Allí estaba el variopinto grupo, indefenso sin sus armas, al menos en apariencia. Pero seguían siendo luchadores hábiles. Y podía confiar en que al menos hasta que saliéramos de allí no habría problemas. Bien ya tenemos una salida. Y creo que deberíamos colaborar al menos hasta que salgamos de aquí y sepamos quien nos ha encerrado. ¿Que me decís? cogemos a Serghei y nos vamos?¿O preferís quedaros aquí y esperar a que lo que sea que nos ha encerrado vuelva?

Ante la intervención de Kalenden tuve sentimientos encontrados. Por fin uno de mis a compañeros se ponía de mi parte, por otro lado, lo gráfico de su comentario me revolvio las tripas. ¿En serio le estaba deparado tal destino a Gabriel (tanto repetir su nombre dio sus frutos) en caso de que yo recurriese a la última medida?

Harold Frey escribió:No tienes ni idea de lo que es el dolor Kalenden… Y es sencillo, no me da la maldita gana contarte nada de mi vida si no contáis algo de la vuestra. Cuestión de confianza.

La confianza que se depositó en tí es precisamente la única razón por la que has estado viajando con nosotros estos días, esa confianza se rompio cuando atacaste con brujería a Kalenden.

Pero la cosa no podía terminar así, Gabriel tuvo que hablar y no para decir algo bonito. Juro que mataría a Kalenden en ese instante sino cesaba en su prerrogativa. Luego volvio ha repetir lo que hizo antes para salvar el cuello, soltar información con cuentagotas y no de la que se le había pedido. Sin duda tal y como pensaba sabía más de lo que decía.Unos momentos más y sabré la verdad sobre este asunto.

Todo fue interrumpido por el dolor, un dolor producido por una mujer o eso parecía. Aquel grito era desgarrador y yo luchaba por mantener la compostura, por mantener mi ventaja frente al brujo y más que probable amenaza, me hubiese gustado decir que aguante como un hombre contra una tormenta, pero el dolor era superior a mis fuerzas, me retorcí, tape mis oidos intentando que el dolor cesara, pero no cesó... hasta la llegada de la oscuridad que me devoró.

No se cuanto tiempo pasó, pero parecía que llevaba una resaca peor que el día de la verbena de Derengtein, la cerveza estaba aguada sin duda, pero las cantida fué suficiente para dejar satisfecho al pueblo entero. Me costo un momento ponerme en situación y vi a los tres moviéndose por el cuarto pese a que yo me mantenía inmovil. Kalenden y Rejenih estaban inspeccionando un armario en el suelo y "Gabriel" había subido unas escaleras hasta llegar a una puerta, el único sitio por donde entraba luz al cuarto. No tardó mucho en volver ha hacer gala de sus brujería y entonces la puerta reventó. Sabía que sus brujerías no pararían en las maldiciones... Llevé mis manos inconscientemente en busca de la reconfortante presencia de mis armas, pero habían desaparecido. Quien quiera que nos haya trasladado hasta este lugar se había tomado muchas molestias. Cuando iba a comenzar a levantarme "Gabriel" habló.

Harold Frey escribió:Bien ya tenemos una salida. Y creo que deberíamos colaborar al menos hasta que salgamos de aquí y sepamos quien nos ha encerrado. ¿Que me decís? cogemos a Serghei y nos vamos?¿O preferís quedaros aquí y esperar a que lo que sea que nos ha encerrado vuelva?

Nadie coge a Serguei. Cuando salgamos de esta tú y yo tenemos una conversación pendiente. Con un ojo sobre "Gabriel" me incorporé y me acerque a donde Kalenden y Rejenih estaban para saber que es lo que había llamado su atención. En susurros hice un comentario, el susurro tenía la intención de que el sonido no fuese escuchado por los que habría fuera de la sala, así que si "Gabriel" se acercaba o forzaba un poco el oído me escucharía. Dado que gracias al brujo carecemos del factor sorpresa propongo que nos movamos rápidamente, el estruendo causado por esa puerta habría despertado al más vago de los guardias. Guardemos las dudas que hayan podido surgir en este momento para cuando estemos a salvo. Dado que a ninguno nos faltaba un brazo o una pierna y nos habían traido a "vete tu a saber donde" había descartado cualquier bestia salvaje o monstruo sin sesos. Por lo que como sospechosos me quedaban A: alguien interesado en interrogarnos y B: alguien con intención de vendernos. En cualquiera de ellos estábamos jodidos y era mejor desaparecer.

Tirada de advertir (ruidos provenientes de arriba): Base 80 + 59 dado= 139

Sin mediar palabra alargué una mano, intentando arrancar la barra metálica. Sería siempre mejor a las inclemencias del combate desarmado. Un tipo con una simple espada, más torpe que un guardia, podría causarme graves daños en un despite, así que usaría eso hasta que se rompiera.

Tirada de proezas de fuerza de Rejenih: 65 base + 76 dado=141 de habilidad final

La verdad es que estaba bastante bien sujeto, probablemente Serghei o Harold no habrían podido sacarlo. Pero a mí me costó poco más que un tirón. La verdad, no estaba acontrumbrado a las armas que se cogen con dos manos y se usan para dar un sólo golpe, con más carrerilla que giro de muñeca y quiebran los huesos en vez de atravesar y causar desangramiento, pero si alguien iba armado tendría que ser yo... pero sólo por si acaso.

Iba a decirles que mejor no enfurecer demasiado pronto a quién fuera capaz de encerrarnos cuando Harold echó la puerta abajo.

Soltando una maldición por lo bajo, atendí a la conversación. Serghei se recuperó más pronto que tarde, estaba mejor de lo que esperaba, y...

-Un momento. Aún debemos comprobar si Gabriel es de fiar. Propongo lo más sencillo, más allá de absurdos jueguecitos y amenazas. Gabriel, utiliza el poder que usaste sobre Kalenden antes de que empezara todo ese lío sobre tí mismo, y rápido. Serghei, atiende para comprobar si de verdad una el mismo hechizo, poder mental o lo que sea, y confirmanos que si lo usa sobre él sin miedo, no era nada peligroso. No sólo para comprobar si podemos confiar en él, sino por la seguridad de Kalenden. Después vámonos y rápido. Este tipo nos dejó comida y nos dejó encerrados: está claro que nos quiere vivos pero no activos ni libres.

Si es necesario, tirada de liderazgo de Rejenih: 10 base + 80 dado= 90 de habilidad final.

Esperaba que me hicieran caso: aunque no llegaba a los extremos absurdos de Serghei y Kalenden necesitaba confirmar la lealtad de este tipo. Me coloqué de cara a la puerta, con la barra en las manos, preparado para atacar a cualquier cosa mínimamente hostil que apareciera, pero sin quitar mi atención de mis compañeros del todo.

Tirada de Advertir para escuchar la seg y de paso cualquier otro ruido extraño o voz o similar:25+91+68=184

Dado que gracias al brujo carecemos del factor sorpresa propongo que nos movamos rápidamente, el estruendo causado por esa puerta habría despertado al más vago de los guardias. Guardemos las dudas que hayan podido surgir en este momento para cuando estemos a salvo.

Dado que ninguno de vosotros parecía dispuesto a hacer nada mas que inspeccionar nuestro nuevo hogar he decidido acelerar las cosas y ahora ¿que tal si en lugar de repetir lo que he dicho antes nos ponemos en marcha?

-Un momento. Aún debemos comprobar si Gabriel es de fiar. Propongo lo más sencillo, más allá de absurdos jueguecitos y amenazas. Gabriel, utiliza el poder que usaste sobre Kalenden antes de que empezara todo ese lío sobre ti mismo, y rápido. Serghei, atiende para comprobar si de verdad una el mismo hechizo, poder mental o lo que sea, y confírmanos que si lo usa sobre él sin miedo, no era nada peligroso. No sólo para comprobar si podemos confiar en él, sino por la seguridad de Kalenden. Después vámonos y rápido. Este tipo nos dejó comida y nos dejó encerrados: está claro que nos quiere vivos pero no activos ni libres.

¿Por los dioses es que no van a parar con el tema ni siquiera tratando de escapar de este encierro? Maldita sea Rejenih, justo cuando creía que podríamos dejar el tema a parte tenia que salir el con sus "pruebas" para asegurarse de que no había matado a Kalenden. Por otra parte si no les hago caso empezará otra discusión interminable y entonces Si que nos oirán nuestros captores y toda posibilidad de fuga se irá al traste.Lancé un suspiro resignado. En aquel momento preciso no tenia tiempo que perder gritándome con Serghei y Kalenden. Vale Rejenih, me parece una estupidez malgastar energías en esto ahora teniendo en cuenta que es probable que tenga que improvisar con poderes que no empleo de forma habitual...Pero si no lo hago supongo que esto desembocará en otra discusión estúpida y mandará al traste toda posibilidad de fuga....

Tirada de Potencial psíquico por "sentir matrices":100+25=125
Tirada de Proyección psíquica:100+59=159

Ni tan siquiera le había puesto demasiadas ganas a aquello, tal como dije, me parecía una chorrada malgastar energía en esto, pero el tiempo apremiaba y no podíamos perder ni un minuto.

¿Y ahora podemos irnos de aquí de una vez?

Tras arrancar Rejenih la barra de metal que tenía en mente utilizar como reemplazo de mis armas no pude sino darme por vencido para evitar una rencilla por una sucia barra y mejor compartir mis conocimientos. Si aplastas la barra con algo duro como una piedra contra una superficie que aguante los golpes podrás hacer que tenga algo de filo, no se parecerá ni de lejos al de una espada, pero puede que estés más acostumbrado a su uso. Dada la longitud del tubo puede que me sobrase empuñadura y es posible que dadas las situacion actual no era muy recomendable ponerse a golpear una barra de metal, pero menos era nada.

Observe la actuación de "Gabriel". Rejenih no lo había dejado en una posición cómoda. Si se negaba a utilizar el poder sobre si mismo las semillas de la desconfianza germinarían por lo que no tenía más remedio que utilizar ese poder que según él solo puede usar una vez cada hora.Ha hecho exactamente lo mismo, incluido a Kalenden. Se está riendo de nosotros.

Deje los juicios a Rejenih y a Kalenden. Estaba claro que ahora nuestro caballero andante no podía negar la verdad y en cuanto a Kalenden prefería que no actuase del modo habitual. Le hice un comentario por lo bajo en un futil intento por apagar su ira. Guarda tu furia para otra ocasión. Probablemente mi comentario ni siquiera pasase de su oído, pero dudaba de ello.

Aún tenía dudas de porque era el único que veía las brujerías de "Gabriel", sin duda en un enfrentamiento sería un alivio saber que me podía quitar del medio. Aún me preguntaba si funcionaría con otros brujos o tan solo con él, pero lo que ahora importaba era salir de allí y la intervención de Rejenih había vuelto a poner las cosas tal y como estaban antes de ser encerrados. Solo que esta vez contábamos con las peores cartas.