Viaje [Rejenih, Kalenden, Serghei, Harold]

Moth, Bosque de Gehena, 30 Mayo 9:45 PM

Al principio seguisteis unas huellas marcadas en el barro, eran muchas y de distintos tamaños. Supusisteis que tenían que ser de vuestras presas. Pero lo que más os llamó la atención fue que las huellas desaparecían de pronto. Llegaba un momento en el que ya no estaban. Aquello os desconcertó bastante, Kalenden sacó la brújula para comprobar que todo estaba correcto. Seguía apuntando al Oeste. Sin más remedio seguisteis la andanza.

Finalmente cayó la noche, aunque no lo notasteis por el techo de ramas. El hambre os apretaba y, aunque habíais dormido mucho, seguíais cansados y con ganas de dormir. Entre aquella espesura lo único que se podría usar como refugio natural eran las enormes raíces que emergían de la tierra. Eran de un tamaño inconmensurable, algunas lo suficientemente grandes como para que un humano se resguardara bajo sus pliegues.

Os resguardasteis bajo un gigantesco árbol negro. El frío os caló hasta los huesos y el viento que soplaba no os dejaba en paz. Tratasteis de comer penosamente y, por si las cosas no fueran bastante mal, de pronto un trueno estremeció el cielo y comenzó a llover. Gracias a las ramas apenas se filtraban algunas gotas, pero eran suficientes como para mojaros y enfriar aún más vuestros cuerpos.

El silencio, la lluvia y el frío viento. Gehena era como un ente viviente que poco a poco os iba engullendo y arrastrando a sus profundidades. Notabais su invisible garra de hielo acechando en vuestro cuello. ¿Cuanto tiempo más podríais aguantar en su interior sin volveros locos?

Maldita sea, estúpido bosque, estúpido viento, estúpido frio y estúpida lluvia. Ojalá uno de estos rayos caiga en un arbol y se queme Gehena entero.

Cada día odiaba más aquel maldito lugar. Todo ese ambiente acabaría por volverme loco. El frio de Goldar era más intenso, pero el de aquel bosque era más... ¿Siniestro? Maldita sea, el sólo hecho de estar incómodo por un estúpido bosque ya era una locura.

Definitivamente aquel lugar no era el que hubiera elegido para recuperarme del cansancio y las heridas, pero no había elección. Repasé en mi mente todo lo que habíamos pasado en el maldito Gehena, especialmente el día anterior. Habíaos venido con la esperenza de que Karel hubiera dejado en paz a la niña y nos encontrabammos con que, no solo era el culpable directo de su desaparición, si no que no iba solo. Un piskolero que lanzaba rayos y truenos, un crio que hacía temblar el suelo como un corazón palpitante, un chaval que seguramente era diestro con el mismo estilo de combate de Karel y... esa furcia, la pelirroja.

Sí... esa guarra logró disipar mi fuego sin ni siquiera inmutarse. Maldita zorra, le enseñaré yo quien manda la próxima vez. Le voy a meter hasta el fondo el hacha y la voy a abrir en canal desde dentro, a ver si puede disipar eso.

En fin, el caso es que Karel iba acompañado de un grupo en el que, quien más quien menos, parecía poseer un gran poder. Habíamos logrado acabar con uno, pero posiblemente porque se confió y porque luchaba sólo. No quería pensar que pasaría si los otros nos atacaba al unísono... Definitivamente era un tema a tratar.

Bueno, al parecer fuimos unos ilusos al pensar que quizás el pirado no estaba metido en esto. Debimos asumir desde el principio que volveríamos a verle... Pero el problema es que no es él sólo. Creo que entre los tres podríamos reducirlo, quizás perdiendo alguien un ojo, una orjea o quizás una mano, pero venciendo al fin y al cabo. Pero contra los cuatro... no sobreviviriamos. Puede que lograramos acabar con alguno, pero en desventaja numérica no les podemos a gente con esos poderes, que posiblemente sean una peuqeña muestra del total. Creo que deberiamos tratar eso. ¿Que opinais del tema? ¿Ideas para compensar esa desventaja numérica? ¿Cual creeis que es más peligroso de los tres esos? Yo personalmente pienso que hay que ir con cuidado con la pelirroja... no me gusta nada...

Normalmente no habría actuado tanto en grupo. normalmente no habría hecho esas preguntas ni escuchado opiniones. Pero ahora las necesitaba... ¿Porque? Puede que estuviera cambiando... Podía ser que estuviera volviendo a querer relacinarme con seres humanos... O puede que simplemente Myrrh mereciera el sacrficio de cambiar mi conducta.

Notaba como si ese día hubiesemos hecho menos distancia de la habitual. Quizá era que la pierna estaba dando señales de mejora, con suerte pronto no necesitaría la muleta. Muleta que me recordo sin remedio a como había empezado todo, eché esos dolorosos pensamientos a un lado y observé que las huellas de ese "grupito" habían desaparecido. ¿Pero cómo coñ...? Había dos respuestas rondando mi cabeza y me decantaba mucho por la peor de ellas. Una era que habían decidido ponerse a cubrir sus pasos desde ese momento y que lo había dirigido todo alguien con habilidad... la otra era una explicación de una sola palabra: BRUJERÍA. Por suerte no cundió el pánico, se uso nuestro as en la manga y supimos en que dirección estaba la niña. No podía negar la utilidad del artefacto enbrujado pero siempre que veía ese ojo me sentía incómodo. Continuamos la marcha sin más percances hasta la hora de hacer un campamento.

Tomamos refugio entre las gigantescas raices de un árbol de tamaño proporcional, la lluvia se había desatado y el frio junto al hambre nos atacaban como esas bestias el día anterior. Kalenden rompio el silencio y sorprendentemente usó palabras para hacerlo. Escuché sus palabras, éramos un grupo normalmente callado, solo hablábamos para discutir nuestras acciones y compartir información. Apenas nos conocíamos Kalenden mostró su inseguridad ante los combates que aún estaban por venir, lo veía normal, en esta ocasión había sido él el que peor parado había salido.

No fuimos ilusos, teníamos esperanza de que la situación acabase fácil y rápida. No creo que debamos de preocuparnos ahora por lo que haremos cuando estemos cara a cara, está claro que ha usado algún tipo de brujería para ir volando o quien diablos sabe. Con suerte para cuando lo tengamos cara a cara le podamos tirar una pared o un árbol encima y evitarnos la batalla. De lo que debemos preocuparnos es por salir de este bosque maldito. Si queremos la oportunidad de poder partirle la cara a ese desgraciado debemos sobrevivir al viaje primero. Saque algunas de las provisiones y empecé a comer algo, con el disgusto de no haber podido aprovechar la carne de las bestias que derrotamos por miedo a lo que podia ocurrirnos si probabamos una carne tan corrupta y haber dejado la piel de la que derrote fuera de la iglesia atras... obviamente era de una criatura que no era natural de nuestra tierra y de venderla hubiese acabado a malas con la iglesia. Comed, debemos recuperar fuerzas. ¿Cómo van tus heridas Kalenden? ¿Han molestado mucho durante el viaje? Prefería cambiar la conversación a un tema menos lugrubre que lo que serían uno o varios enfrentamientos a muerte con Karel y su grupo.

Frío. Odio el frío. Entra por tus orejas, por tu nariz, por tu boca cuando la abres. Te destruye por dentro. Lentamente. No puedes ensartarlo. No puedes sobornarlo... no puedes acabar con él.

El gélido infierno de Goldar y sus helados páramos eran cien veces peores, pero yo nunca había soportado el hielo, por poco que fuera. Y encima el aire parecia encontrar divertido insistir una y otra vez, empujando el frío hacia mi dirección para que calara mis huesos.

Entonces habló Kalenden. Agradecí el poder distraer mi mente con otra cosa.

-Karel parece no darnos importancia: fíjate en como se marchó de la iglesia dejando sólo a Arc para retrasarnos o matarnos. Y le hemos amtado y ni si quiera se ha dado cuenta o ha venido a clamar venganza, por lo que es de esperar que sea lo que sea lo que quiere de los valles interiores, mande a otro secuaz suyo que considere poco importante. Dos como mucho. Si nos enfretamos a él será sólo con el que sea de sus tres compañeros que le importe, y si está la mitad de pirado de lo que vosotros me decís, no le importará ninguno. Lo que verdaderamente me preocupa es que demonios quiere de Miir. Pero de todas formas si ya hace lo que hace en Orghanjad, seguro que por el camino hay más aldeas que sufren de visitas similares o incluso ciudades, y podemos buscar aliados allí. O si no, simplemente un par de mercenarios con algo de fama que nos ayuden, si el problema es el número...

Dicho esto me llevé un bocado de mi propia comida a la boca, dejando la de Gabriel para Serghei y Kalenden.

Eso de contratar mercenarios es muy bonito pero no me puedo ni permitir los servicios de un curandero una vez al año. ¿Cómo pretendes que contrate mercenarios Lo único que tenía de valor eran mis armas, que habían visto tiempos mejores y que necesitaba para no terminar decorando una cuneta junto al camino. La idea de pagar a gente experta en el combate y sin escrúpulos no entraba dentro de mis posibilidades. Y sino pasamos por una ciudad importante dudo mucho que tengamos esa posibilidad. ¿Además, como podríamos fiarnos de ellos? Y si Karel hiciese una oferta mejor que la nuestra. Meter a extraños en esto era pedir a gritos que de tener éxito quisieran tirar a Myrrh en una hoguera tras arrancarla de las garras de Karel. La opción de dejar que más gente que tenga con Karel algún asunto pendiente es más interesante, pero preferiría no involucrar a más gente. Ahora que sabemos que ese desgraciado recluta gente por donde pasa... ¿Quien es de fiar?

Todos parecían tener intención de mostrarse muy seguros de nuestras posibilidades de victoria. Proponían cosas irrealizables y se preocupaban por temas banales. Se habían alejado de la idea de que nos pudieran atacar todos a la vez como las fieras salvajes huyen del fuego.

Malditos necios...

-Mis heridas están bien, se curarán, no te preocupes. -dije restandole importánci al tema mientras cogía yo también un poco de comida- Lo de Arc es tan sólo una quemadura de nada, las he sufrido muy peores. Y peores que las sufriré, posiblemente...

Resté pensativo mientras comía. Aquella ultima frase se me había escapado sola, pero era bien cierta. Quien toma un hacha a hachazos muere, y el señor del fuego debe terminar sus días entre las llamas. Las llamas me obedecían, sí, pero bien podía serque algún día cometiera un error, y aquello sería mi final. O quizás me encontraba con alguien parecido a mi, como aquella chica pelirroja, que intentara disputarme mi control sobre las llamas. O Quizás un maldito inquisidor de esos se las ingeniaba para asarme en una pira. Y si no, cuando muriera, iba a pedir que me incineraran...

Salí de mis pensamientos al darme cuenta de que llevaba ya un buen montón de tiempo masticando el mismo trozo de carne. maldita sea, lo había dejado hecho puré y ya no tenía sabor a nada. Trague y volví a internarme en la conversación.

-El bosque es más que un bosque normal, ha quedado demostrado, pero también ha quedado claro que podemos ahcerle frente. Nada de lo que haya en Gehena me preocupa ya ahora que Karel se ha marchado. Y hablo en serio con que la proxima vez podrían atacar todos. Pensadlo bien, esta vez nos ha infravalorado enviando a uno solo de sus hombres, pero no querrá aquivocarse dos veces, o enviará a varios o enviará a uno mucho más poderoso. Lo de los mercenarios sería una buena opción, sí, pero... ¿Los mercenarios cobran, sabes? No van a trabajar gratis por buena fe, y yo solo tengo cinco moneditas de cobre... además... conozco bien a la gente de esa calaña, he sido uno de ellos en varias ocasiones... No son de fiar.

Sin contar que cualquier mercenario al que le hicieran enfrentarse a la tropa de Karel huiría por patas para salvar la vida. O se aliaría con ellos. O aún peor, nos acusaría a la inquisición, que motivos no le faltaban...

Al parecer por algún motivo que se me escapaba eran reacios a la idea de un compañero entre nosotros.

-Desde luego yo no estaba en el primer combate contra Karel y sin embargo este al verme no ha intentado sobornarme creyendo que soy un mercenario... y si de verdad reclutara a cualquier que se interpusiera en su camino, no tendría cuatro aliados, tendría un pequeño ejército a sus órdenes.

Me anoté mentalmente el hecho de que Kalenden no sólo tenía únicamente cinco monedas de cobre encima(lo que la verdad explicaba muchas cosas) sino que además había sido mercenario Y POR ESO no se fiaba de ellos. Pues vaya. Y luego para que le curen el orgullo le sale por las orejas...

-Si nos hicieron enfrentarnos a Arc no creo que sea precisamente el más torpe de los cinco en combate, pero aún así... teniendo en cuenta como actuaba en Orgajandh, y que hay motivo para que eso sea una excepción... de aquí a los Valles Interiores a menos que Moth sea un páramo deshabitado, habrá bastantes aldeas. Supongo que en alguna el nombre de Karel será pronunciado con odio y podremos unir a nuestra causa a alguien más, una vez vea que podemos alcanzar nuestro objetivo. Y si pide dinero, o si al final es un simple mercenario, yo puedo pagarlo. Por eso no os preocupéis.

Entonces vino del oeste otra fría brisa. Empecé a impacientarme por seguir caminando, moverme, entrar en calor de una vez.

No me valían para nada los razonamienos de Rejenih. Si no lo recultaron sin duda era porque carecía de ningun don innato util para ellos. O posibemente no intentaron mermar su lealtad hacia nosotros por el mero hecho de no considerarlo necesario. ¿Porque molestarse en charlar y persuadirlo pudiendo aplastarlo sin más esfuerzo?. Pero ahora quello cambiaba, dudaba que Karel despreciara tanto la vida de sus seguidores, aunque solo fuera porque muertos no le servían de nada. No me extrañaría nada que a partir de ahora nos saliera con estratagemas más sutiles que surgir espectacularmente ante nosotros y despreciarnos enviando a una sola persona contra tres. ¿Porque ahora que habíamos acabado con Arc nos tomaría un poco más en serio, no? Como no lo hiciera.... Grrr.

-Si vas a pagarlo tu, pues que nos acompañe un ejército de mercenarios, si quieres. Pero si hacen guardia ellos yo no dormiré. -dije para zanjar aquel tema- Y si Karel fuera odiado en todas las aldeas de Moth, ya haría tiempo que habría una estúpida panda de inquisidores estaría montando revuelto por toda la zona para buscarle. Y en el remoto caso de que alguien lo hubiera sufrido, se mearía en los pnatalones con sólamente pensar en la idea de ir a buscarle. ¿No aprendiste con Orgajandh? Ni dios tenía huevos de hacer nada al respecto... -entonces tuve una idea. ¿Habíamos vencido a Arc por superarle en numero, no? Pues en eso debiamos basarnos- Creo que deberiamos enfocarlo de otra manera, algo más rastrero pero más efectivo. En vez de intentar aumentar nuestro numero, que nunca está mal, había que reducir el del oponente. Analizar cual de esos tres es el más débil y atacar por ahí. Es lo que hicimos con Arc, aunque fue porque nos dejaron. Sólo hay que lograr acabar con ese eslabón débil cuando de él dependa el cautiverio de Myrrh. Acabar con él, llevarse a la niña, y que le jodan al pirado y a los demás. Por lo menos hasta que la niña esté a salvo.

Era un plan muy snecillo que siempre aplicaba en mis asaltos a viajeros. Es estúpido atacar a un grupo numeroso, hay que atacar a alguin débil y solitario.

Rejenih Siegal escribió:Y si pide dinero, o si al final es un simple mercenario, yo puedo pagarlo. Por eso no os preocupéis..

Me llamó la atención esta frase. Kalenden había admitivo que le quedaba poco más que el dinero de un niño podía atesorar, mi suerte era algo mejor pero ni de lejos podía permitirme pagar un profesional. Pero Rejenih nos quería borrar las preocupaciones a golpe de bolsa resonante de metal. ¿Me está vacilando o lo dice en serio? A decir verdad Rejenih llevaba muchas armas y eran objetos muy caros. Las mías eran una especie de herencia, pero yo las usaba como medio de defensa. Kalenden simplemente era un tipo peligroso y armado, de esos había a patadas. Pero Rejenih parecía emplear las armas como profesión. Me daba cuenta de que nos conocíamos poco y que solo nos ataba un cúmulo de circunstancias. Pero una vez más eso no ayudaba en absoluto. No hablaba de dinero precisamente cuando me refería a que Karel hiciese una oferta mejor... La brujería impregnaba de temor o furia los corazones de los mozzer y sabíamos de sobra en que clase de asuntos estaba involucrado nuestra presa.

Si quereis pensar ahora en la forma de combatir a esa panda. Mejor tratar de adivinar alguna debilidad, porque realizar un plan de combate sin conocer nada del lugar ni del enemigo es una locura. Yo prefiero que gastemos energías en inspeccionar los alrededores para asegurarnos que estamos solos, encender un fuego y organizar un turno de guardias. Me propongo para la primera o la última. Necesitamos descanso y recuperarnos de la última incursión. Apoyaba la idea de pillarlos por separado y si era posible despistados pero no creía que fuese tan fácil, si en su momento se nos presentaba la ocasión sin duda la aprovecharía pero dudaba de la posibilidad. Eché una mirada a lo que nos rodeaba y volví a la conversación. Rejenih deberías de volver a echarle un vistazo a las heridas de Kalenden. Una vez conocí a un hombre al que tuvieron que cortarle un brazo porque se le puso negro tras una cura y no poder seguir pagándose el tratamiento. Yo tan solo vi un manco con una historia interesante pero eso no evitaba que le comprobase de vez en cuando si mi pierna había cambiado de color, tal vez Rejenih que parecía conocer algo del tema podía sacarme de mi ignorancia y debía admitir que esperaba la reacción de Kalenden ante mi comentario con bastantes ganas.

Desde luego parecen reticentes a la idea de contratar a otra pesona para la causa... no es de extrañar después de lo que necesitaron para confiar en mí, un buen rato y la confimación de Gabriel. Por lo tanto si quería que alguien se uniera a nosotros tendría que ser alguien tangible, que ya andara y caminara ante nosotros y a partir de ahí intentar convencer a este par... aunque después de todo encontrar esta gente o no depende del azar, al igual que encontrar un punto débil entre esa gente... pero ahora que lo pienso...

-No, Serghei, no bromeo, pero en fin... Lo único que se me ocurre sobre esa gente es que uno de ellos, probablemente el pelirrojo, domina poderes sobrenaturales. Fue su voz la que escuchamos cuando ocurrió ese extraño latido de corazón que parecía provenir del bosque, parace que el presumía de ser el autor... y la verdad, sobre las huellas que hemos seguido esta mañana... puede que consiguieran hacer desaparecer el rastro de cuatro personas durante unos cientos de metros, pero llevamos casi todo el día caminando y no hay ni un solo rastro en los kilómetros que habremos recorrido, ni si quiera hojarasca pisoteada o algo por el estilo. Me huelo que ese tipo sea capaz de hacerles flotar unos centímetros por encima del suelo, o que las huellas desaparezcan a su paso. El hecho de que ocurriera en medio del camino... Kalenden es una excepción a lo que estoy aconstumbrado, normalmente los hechizos requieren galimatías y gestos exagerados que duran bastante tiempo... y eso explicaría el porque no hicieron eso nada más salir de la iglesia. Necesitaban esperar a que el brujo se preparara, ¿entendéis? Si alguna vez nos enfrentamos a más de uno, el pelirrojo debería ser nuestra prioridad, porque podría convertirnos en ranas o enviar alguna bestia contra nosotros... pero precisamente porque se esconden tras sus hechizos no suelen estar preparados para el combate cerrado, a menos que descubrieran como son después de dominar las armas... y ese tipo tenía la voz de un niño, de alguien bastante joven. Pero por lo demás... Kalenden, tú estabas asomado a la ventana, ¿Viste algo más que nos pueda dar una pista?

Luego Serghei empezó a preocuparse por las heridas de Kalenden. Esperé a que el comprobara su propia herida, sería mejor evitar otra discursión sobre si puedo tocarle o no.

¿El pelirrojo? Precisamente a mi me parecía el menos peligroso de todos. Era un brujo, sí, ¿Y qué? Era un crio, y no se había mostrado cuando pudo atacarnos. Alguien que se esconde es porque no le conviene ser visto, y alguien a quien le importa que le vean es alguien débil.

-Pues sí, yo estaba asomado, aunque no a la ventana, si no al boquete. Los vi a todos y cuando alguien que yo me sé descubrió nuestra posición... -le lanzé una mirada de reproche a Rejenih - ...así que tuve que ahcer algo al respecto. No sé si lo visteis, fue algo parecido a lo que calcinó a los perros sarnosos esos, para que os hagais a la idea. El rubio que portaba las mismas espadas que Karel lo esquivó sin despeinarse. La cria pelirroja, la que estaba cerca de Karel, alzó la mano y directamente detuvo y apagó la llama antes de que alcanzara a ninguno de sus compañeros. El crio no hizo nada, posiblemente porque no podía, no creo que sea el peligroso ni por asomo. Es de esos que hacen mucho espectaculo y mucha tontería pero a la hora de la verdad son unos inútiles, estoy seguro. La zorra del pelo naranja es quien debe preocuparte si lo que te asusta es la magia. Y llevaba un arma, creo, así que no me vale tu razonamiento de que los brujos no saben combatir sin magia. El rubio también me da mala espina, llevaba la misma arma que Karel y también se movía endiabladamente rápido. No me extrañaría encontrar un segundo Karel en él... A mi parecer, el crio del pelo rojo y voz de niñita es el punto flaco si no nos dejamos atemorizar por latidos de corazón y tonterías de esas...

Serghei se preocupó por mis heridas. Oh, que bonito detalle por su parte. Aunque podría haberse ahorrado lo de los colores raros y la amputación, maldita sea.

Me quité la armadura de pieles, la capa y el chaleco de nuevo.

-¿Cómo las veis? ¿Genial? ¿Horrible? Venga, decidlo rápido, hace un frío que pela...

Las heridas estaban bastante bien. Al parecer la curas de Rejenih habían hecho su trabajo. No había muestras de infección, ni de pus. De hecho, la herida del estoque ya se estaba cerrando. La quemadura del pecho simplemente no había cambiado y ninguno era un experto en quemaduras, ni siquiera Kalenden que las había sufrido en sus propias carnes.

Tras la inspección rutinaria decidisteis dejar la conversación para el día siguiente, el cansancio aún hacía mella en vosotros a pesar de haber pasado todo un día. Serghei se levantó y dio una pequeña vuelta por los alrededores para comprobar que estabais solos. A los pocos minutos volvió con la confirmación de que no había nada extraño, solo árboles y lluvia. Así que, sin más tiempo que perder, establecisteis unos turnos y encendisteis una hoguera gracias a Kalenden. El primero sería el brujo, luego iría Rejenih ya que era el que mejor se encontraba y en vigilancia sería cuando la noche estaría más entrada. El último, ya cerca del alba, sería Serghei.

Moth, Bosque de Gehena, 31 Mayo 09:23 AM

La noche había transcurridos sin incidente alguno. Serghei os despertó cuando consideró apropiado. Desayunasteis tranquilamente antes de poneros en marcha. Estabais bastante más descansados y vuestras heridas empezaban a mostrar verdaderos síntomas de mejora. Al parecer no todo estaba saliendo tan mal.

La lluvia se había detenido y el suelo estaba embarrado. Si Karel y los suyos continuaban en Gehena era imposible que no dejaran huellas con aquel suelo tan blando. Una leve sonrisa se dibujo en vuestros rostros.

Tocaba continuar. Por Myrrh.

Antes de acostarme di una vuelta por los alrededores, si había alguien o algo acechándonos no estaría muy lejos. Estuve a punto de caerme en un par de ocasiones debido a la madera húmeda y en otra me salve por agarrarme a tiempo a un trozo de raiz que sobresalía. Poco más ocurrio aparte de algún buho que agarró en la oscuridad algún ratón de campo o ardilla protegido por el manto de la oscuridad. Volví al campamento y tras una discusión corta me tocó la última guardia. A decir verdad prefería con mucho la primera, sino hay problemas eres el que más descansa con diferencia pero eran necesarias para mantenernos con vida. Parecía que había pasado mucho más tiempo del que realmente era.

En mi turno procuré mantener el fuego encendido y continuar tallando flechas. Tan solo me quedaba una y probablemente tendría que utilizarla para cazar algo. Nuestras provisiones no durarían mucho más además de ser un arma que ha mostrado su utilidad. Quien me iba a decir a mi que acabaría en mitad de Gehena matando monstruos y persiguiendo a un inmortal. Para colmo ahora mismo compartía vida con dos hombres con los que había luchado contra seres inmundos en una iglesia ardiendo. Todo esto era una locura... desde luego cuando hay brujería de por medio no sabía uno a que atenerse.

Pronto uno de los maderos de la hoguera llegó a un punto en el que había decidido que sería buena hora para levantarnos. A falta de un sol y una luna con los que aproximar la hora uno hacía lo que podía. Desperté a Rejenih y Kalenden con lo que comenzamos a desayunar, tras realizar nuestra rutina mañanera de comprobar la dirección de Myrrh y evitar preguntas de Rejenih sobre la brújula nos pusimos en camino. Como siempre que la veía en funcionamiento ví ese ojo tan innatural que me daba malas sensaciones.

Tras un tiempo de caminar con poca luz nos dimos de bruces con un barranco. No era de mucha altura, más bien era un desnivel demasiado pronunciado, pero era un obstáculo en nuestro camino y debíamos pasarlo.

¿Preferís tratar de escalarlo o tratar de rodearlo?

Cuando Serghei volvió de su guardia por los alrededores, encendí unos maderos para hacer una hoguera. Una vez ya asentados del todo, decidimos los turnos para vigilar que si ocurría algo de noche no nos cogiera por sorpresa.

Tuve suerte, me tocó la primera. Pude leer un poco de mi libro rojo, recuperando el tiempo de estudio perdido anoche. Empezaba a tener ciertas nociones sobre el tema y en cuanto se presentara la oportunidad, a lo mejor probaba de hacer alguna cosita innovadora. Se me ocurría cierta amnera interesante de usar el fuego de una manera más ofensiva, aunque iba a ser un poco complicado... En fin, cuando estuve cansado de leerme aquella cosa, desperté a Rejenih y me fui a dormir.

Tras varias horas de dormir sin ser interrumpido, Serghei nos despertó. Cumplimos con la rutina de siempre de desayunar y usar a pelotita para ver a donde ibamos, para luego partir.

Esta vez no caminamos mucho, comparado con otros casos, nos detuvo un maldito barranco. No era nada del otro mundo, pero al parecer a Serghei le metía miedecillo.

Si tenemos que rodearlo podemos perder horas y horas. Esa una mierdecilla, creo que podemos salvarla trepando un poco como las lagartijas. Nos ahorrariamos una caminata de cagarse.

Ante la actitud de Kalenden me sentí contrariado, quería evitarse el caminar a costa de escalar. Miré a Rejenih que iba envuelto en su traje de metal y a Kalenden con las heridas, que corrían peligro de empeorar ante una actividad como la escalada. Había propuesto la opción de rodearlo precisamente para evitar que él escalase y me había salido con la bravatada de que quería trepar. Debo impedirlo, Kalenden es el que está peor de los tres y no puedo arriesgarme a que empeore en cambio el otro lleva tanto metal encima que si cae lo haría a plomo... El querer encontrar a Myrrh cuanto antes chocaba con la opción de escalar ese obstáculo, debía encontrar una solución al problema.

Si, escalarlo sería la opción más rápida para seguir por el camino... pero es mejor comprobar si hay algún modo más fácil de escalarlo. Algún punto que tenga donde cogerse fácilmente o algo similar. En esta oscuridad podríamos estar al lado de unas escaleras tayadas y no las veríamos. Vamos a ir en ambas direcciones a tratar de encontrarlo caminando en ambas direcciones. Si encontramos problemas damos un silbido, si es algo de interes dos. Espero opiniones antes de ponerme en movimiento.

Serghei decía que no había peligros en los alrededores. Me fiaba de él bastante más que de Kalenden. Pero por si acaso dormiría con un ojo abierto. Me tocó la guardia de en medio. La peor, a decir verdad, ya que es la que más perturba el sueño, pero no era algo para discutirlo. Me asolaron dos terribles y monstruosos enemigos: el aburrimiento y el frío. Pero conseguí mantenerme despierto.

Me quedaban menos de la mitad de mis provisiones, y dudo que las aldeas de Gehena se muevan por dinero del Imperio de Abel. Así que tendrían que buscar comida, me daba igual si tenía que matar a un oso con tal de comer algo. Así que vigiliaría a partir de ahora por alguna cueva.

Seguían contestando sobre la brújula con evasivas.

A saber que puñetas le pasaba, y por qué Gabriel se la había dado a ese par de personas que definió como ineptos. Pero se supone que señala a donde está Myrh, así que mientras cumpla su trabajo por mí vale...

Nos encontramos con un barranco. El suelo parecía continuar el resto del camino, así que en realidad pondría entenderse como que estabamos hasta ese momento encima de una pequeña meseta y esta era la bajada... bastante pronunciada, la verdad. Serghei propuso bajarlo o rodearlo. Pensé que, después de como habíamos demostrado ser capaces de trasportarnos más rápido que Karel por Gehena poco importaría el retraso de unas horas, pero entonces recordé que nuestro objetivo no era rebanarle el pescuezo a Karel, si no rescatar a Myrh, que lo estaría pasando mal a cada segundo. Eso y las pocas ganas que tenía de volver a discutir con Kalenden hicieron que me decidiera por buscar una parte más transitable.

-De acuerdo. Yo voy por allí, por el norte. Intentad no alejaros demasiado, si no oimos los silbidos del otro podemos preder más tiempo que rodeando este sitio.

Ibamos a enfrentarnos a alguien inmortal y su séquito de brujos y espadachines, y sin embargo un simple barranco era bastante molesto. A los héroes de las novelas nunca les pasaban cosas así...

Moth, Bosque de Gehena, 31 Mayo 14:00 PM

Tardasteis bastantes horas. Disteis un rodeo y los silbidos brillaron por su ausencia, nada interesante ni ningún problema. Volvisteis al punto de partida con mas frustración que otra cosa. Discutisteis unos momentos el que hacer. El barranco no parecía poder rodearse con facilidad, pues por mucho que habíais andado no habíais encontrado el final. Tampoco había un punto concreto donde la escalada fuera mejor.

Kalenden tuvo la última palabra en aquella discusión. De hecho no fueron palabras, cogió sus cosas, se las hecha a la espalda y comenzó la escalada harto de tanta palabrería. Con un suspiro de resignación hicisteis lo propio. Al final tocaba escalar.

Tiradas por trepar:
Kalenden: 15 Base + 45 dado = 60
Rejenih: 15 Base + 82 dado = 97
Serghei: 30 Base + 92 abierta + 4 dado = 128

La escalada no fue un viaje tranquilo, pero tampoco fue anda complicado. Serghei, a pesar de su cojera, demostró tener una gran habilidad y no demostró en ningún momento si la pierna le dolía. El que peor lo tuvo fue Kalenden que más de una vez tropezó o resbaló, pero sin más consecuencias.

Finalmente conseguisteis llegar a la cima. Respirasteis agitadamente y os arrodillasteis para relajar los músculos. Y de golpe algo que no esperabais surgió entre la maleza.

Agarrasteis vuestras armas al momento... y un chico de pelo negro y brillantes ojos azules salió de entre los árboles. Estuvo desconcertado por unos segundos y después reparó en vuestra presencia.

Gehena es una caja de sorpresas... Por alguna suerte de voluntad macabra el destino no iba a permitir que matara a Karel yo solo ¿o tal vez si?
Una sola noche en Gehena sin compañía podía corromper el alma, y eso me debió ocurrir a mí en su día. Me acerqué con paso lento a aquellos extraños, con mucha precaución y los cuchillos en mano, listos para ser usados en cualquier momento...

Es como el día que me encontraron los cazadores de Akureyri Sonreí para mis adentros. Solo faltaba comprobar si aquel encuentro seria tan amistoso como el de Hauffman. Además tal vez hubieran visto a Karel...¿Pero seria inteligente preguntarlo directamente? Que demonios...mucho que ganar y nada que perder ¿a que espero?Los observé de arriba a bajo, con una expresión neutra. A través de mi rostro no debió dejarse ver ya ni desconfianza ni miedo, ni alivio, simplemente era como el rostro inexpresivo de una estatua. Se han llevado las manos a sus armas...probablemente el bosque los haya vuelto algo paranoicos...con razón. En cualquier caso no deben ser demasiado peligrosos si escojo bien mis palabras, de serlo ya me habrían atacado

Gehena es peligroso...¿a donde se supone que vais? No resultó una presentación demasiado amable, tampoco me importaba demasiado

A pesar de todas la tonterías de dispersarnos y estar haciendo el idiota durante horas, no encontrmos nada útil. Ningún puente. Ningun sitio más facil de escalar. Así que acabamos bajando por el mismo sitio en el que habiamos encontrado el barranco. Gracias a mí, claro, de lo contrario aquel par se habrían pasado años discutiendo sin hacer nada. Pero el caso es que finalmente logramos bajar, con algún que otro probemilla, pero sin ninguna consecuencia prrocupante.

Y mientras ya nos empezabamos a acomodar para poder coger aliento tras la escalada y descansar un poco, algo salió a nuestro encuentro. Nos levantamos con las armas a mano en menos de un segundo, ya habíamos vivido demasiadas aventuras y desventuras en Gehena como para no haber aprendido a estar atentos.

Pero ese "algo" resultó ser alguien, y por su apsecto alguien no muy peligroso. No era bajo ni tenia aspecto debilucho, pero tampoco parecía nada del otro mundo. Además iba solo, por no mencionar que estaba tan sorprendido de vernos como nosotros a él. No distaba mucho de la clase de persona a la que asaltaría para sacarle todo lo que lleva encima... lástima que esas cosas en grupo no se pueden hacer siempre.

Gehena es peligroso...¿a donde se supone que vais?

Al parecer el extraño había decidido acercarse y hablar. No se podía ver ningún rastro de sentimiento en su cara ni en su voz. Mal asunto. Y sin embargo había notado algo en él... me adelanté para hablar. Avanzé, sosteniendole la mirada. Al contrario que él, yo si mostraba un rostro bastante expresivo, con mi habitual sonrisa psicótica de autoconfianza, como si sólo con verlo se me ocurrieran una serie de cosas divertidamente macabras al verle. La verdad es que después de tanto tiempo sonriendo igual, uno ya no sabía sonreir de otra manera.

-¿Gehena peligroso? Creéme, no hace falta que nos lo adviertas, lo hemos comprobado nosotros mismos. ¿A dónde vamos? ¿No crees que es una pregunta un poco directa como para que te respondamos con total confianza, dado el lugar en dónde estamos? Cómo tu has dicho... Gehena es peligroso... entiende que desconfiemos de los extraños. Aunque, ahora que lo pienso... -No iba a contarle toda nuestra vida al primer tipejo que encontraramos por el camino. Podría ser un siervo de Karel, y aunque no le fuera posiblemente no sería de ayuda. Sin embargo... tenía una manera de ganarme yo su confianza. Quizás hasta funcionaba. - Kanske den kanna anförtro ngn ngt på du. Trots all, du och Jag har den samma ursprungen. Sig själv hon märker på henne röst. Nay har utseende från Harold utom sig själv hon märker på henne röst vilken komma av den norr. Vad er din namn, stöttan?*

No me había engañado, a pesar de no tener aspecto norteño aquel tipo venía de mi tierra o más allá. Se le notaba en su acento marcado por el arkes, y sus vestimentas hecha de pieles, aunque más finas y discretas que las mías, servían como confirmación. No era al primera vez que otro tipejo de ahí arriba me tomaba en serio por hablarle en su idioma, puede que volviera a funcionar. Sólo esperaba que no estuviera fuera de su país por algo en contra de este. O el truquillo del idioma no serviría para nada...

*Quizás pueda confiar en ti. Al fin y al cabo tenemos el mismo origen. Se nota en tu voz. No tienes pinta de norne, pero se nota en tu voz que vienes del Norte. ¿Cómo te llamas, chaval?

Hice un gesto de aprobación. Miré un momento a los dos acompañantes del norteño…
Tenían toda la pinta de ser mercenarios…No parecían del tipo de gente que acabaría sirviendo a Karel, aunque nunca se sabia

Aquellos que entran en Gehena nunca lo hacen voluntariamente...a menos que sea en busca de la muerte

Miré a los ojos a aquel norteño de demente sonrisa. No iba a fiarme de el aunque hablara arkés. Los otros dos se miraban con caras algo desconcertadas. Era evidente que no habían entendido nada, no importaba. Lo mas importante ahora era encontrar a Karel y ya de paso sonsacarles información si es que sabían algo del desgraciado. Decidí dirigirme al norteño, si había notado algo de acento arkes en mi eso significaba que con algo de suerte había perdido parte de su desconfianza

För min skull del jag er av jakten , och jag söka med ett människan så - alarmerat Karel*
*Por mi parte yo estoy de caza, y busco a un hombre llamado Karel…

Estaba claro que no eran lugareños. Cabía la posibilidad de que fueran secuaces de Karel, pero mas bien parecían una panda de mercenarios que había tenido la desgracia de perderse en el bosque. O tal vez el que estaba perdido era yo. Aquello era lo de menos.

Si suponemos que Karel es muy selectivo con sus secuaces y que suele viajar con ellos es poco probable que estos tres sean de su banda…Aunque Yoko dijo que no estaban todos cuando entraron en el pueblo Me paré un instante a recordar…Dijo que solo faltaba un tal Arc...Entonces puedo suponer que esta gente no esta con Karel…al menos de momento puedo suponer eso.

Como me llamaba...no estaba seguro de querer darles mi verdadero nombre...y una vez mas el viejo cura Rodrick me dió la solución

Mi nombre importa poco o nada, podeis llamarme Gabriel

Por desgracia no había zonas más transitables en todo el barranco, en todo caso al contrario. Perdimos unas horas, pero muchas menos que si hubieramos tenido que rodearlo, ese trasto era inmenso. Nos reunimos en el centro de nuestras búsquedas y tras una breve charla decidimos que lo mejor era bajar directamente la pendiente. Serghei demostró las ventajas de no tener miedo a que el terreno se hunda a tus pies, y encima siendo como era, del tipo ágil y escurridizo, nos estaba esperando cuando íbamos a poco más de la mitad del camino. Kalenden demostró que por muy duro que se hiciese sus heridas hacían mella en él, pero consiguió pasar sin demasiados problemas.

Ibamos a seguir avanzando cuando apareció un chico hecho de la misma pasta que Serghei, y de hecho parecía hasta de la misma edad. Hablaba con un acento que me resultaba familiar en sus palabras, pero que no terminaba de situar. Después de todo había viajado mucho por el mundo, podría ser desde la lengua de Estigia a la de los piratas de Dwänholf y probablemente nunca lo reconocería.

Me dí cuenta de que iba armado con unos simples cuchillos, poco más que unos cuchillos de cocina. No entendía como había podido sobrevivir en Gehena lo bastante como para encontrarnos...

Entonces Kalenden habló en una lengua que no era latín. Recordé que había dicho un par de veces, una de ellas antes de nuestro duelo, mientras que la otra era incapaz de situarla, que era de Goldar. Así que supongo que alguien como él no se dedicaría al estudio de un segundo idioma por gusto, así que debía ser ese el idioma de Goldar. Por algún motivo me resultaba aún más familiar que el acento del extraño.

Permanecí callado hasta que dijera algo importante, parecía como si Kalenden le conociera o al menos supiera algo de él que a los demás por no ser de las frías tierras del Norte se nos escapaba. Siguieron hablando a medias entre un idioma y otro hasta que escuché una palabra muy clara.

-¿¡Karel!? ¿Conoces a ese hombre? Más te vale no ser su aliado...

Había dicho llamarse Gabriel. Me recordó al ocultista, pero no es raro que dos personas tengan el mismo nombre ni mucho menos. Y menos si es encima el nombre de un principado con tanta influencia...

"Jaja, Gabriel. Maldito mundo con sus putas coincidencias.... Aunque no es un nombre muy típico del frío norte... Definitivamente, este tipejo tiene de norteño la voz y poco más... Y... ¡Coño! ¿¡Karel?! Podría ser que..."

-¿¡Karel!? ¿Conoces a ese hombre? Más te vale no ser su aliado...

Rejenih se había adelantado a mis palabras. Maldita sea, ¿Podía ser que Karel, informado de la muerte de Arc, nos enviará otro sicario para acabar con nosotros? Bueno, si era un siervo de ese loco no parecía uno muy habil, ni muy discreto. Entre los tres le podríamos aún estando heridos... Ni siquiera parecía haberse dado ceunta de que eramos a quién buscaba.

-¿Karel, eh? ¿Y porque buscas a ese pirado? ¿No serás otro de sus sicarios, eh, gusano? Porque si es así vas a acabar como el piskolero ese, el tal Arc. Y no acabó muy bien, te lo aseguro...

Hacha en mano. Fuego en mente. Un sólo indice de amenaza y alguien iba a acabar muy mal.

Me había despistado con el barranco y podíamos haberlo pagado caro. Un chico que empuñaba unos cuchillos nos salió al paso. Y nos habló.

Harold Frey escribió:Gehena es peligroso...¿a donde se supone que vais?

¿Peligroso? Gehena es directamente terreno vedado. A nadie se le ocurre poner un pie dentro salvo ocasiones de causa mayor... Nosotros tenemos nuestras razones bien asentadas... ¿Cuales serán las suyas?

Lo más curioso del asunto es que el primero en entablar contacto fué Kalenden. En lugar de tratar de atravesarlo con su hacha o pegarle fuego que era su medida normal para tratar con lo desconocido. Sino era ya extraño Gehena por si mismo, este acontecimiento le volvía a dar un giro más. Y por si fuera poco Kalenden se puso ha hablar en un idioma desconocido. Más sorprendente aún era que el muchacho respondiese. Pero lo que hacía que todo tomase un carisma digno de un cuento de miedo fue la reacción de Rejenih, había identificado la palabra Karel en toda ese galimatías. Pensándolo mejor era muy probable que fuese su nombre o una palabra similar, tan solo nos quedaba saber que hablaban a nuestras espaldas el desconocido y Kalenden. El muchacho se identifico por un nombre dejando claro que no era el suyo o al menos el nombre completo.

Me fío muy poco de todo lo que se mueva por este bosque. Y tampoco es de mi confianza lo que se mantiene quieto. Como bien has dicho para entrar en Gehena hay que estar mal de la cabeza... Pero para entrar solo mucho peor. Sin envainar las armas esperaba que Kalenden quisiera explicarnos que era esa charla privada que mantenían delante nuestra. Hace no mucho habíamos hablado sobre que haríamos para aumentar nuestro número. De golpe y porrazo nos encontramos alguien que sabe de Karel en mitad de la nada. Este asunto olía muy mal y no me iba a dejar convencer tán fácilmente. Si quería un acercamiento más amistoso más le valía mostrar alguna prueba de buena fe.

La avalancha de preguntas no se hizo esperar. Karel había hecho enfadar a mucha gente, o eso parecía. Pero aquello me beneficiaba. Si los convencía para que aceptaran mi compañía era posible que tuviera tres magníficos peones que emplear contra Karel. Una vez mas la suerte parecía sonreírme.

-¿¡Karel!? ¿Conoces a ese hombre? Más te vale no ser su aliado...

Si, por desgracia conozco a Karel...y no soy un secuaz.

Dejé de atender al anciano para responder otra pregunta acusatoria. La verdad era que resultaba bastante irritante tener que contestar a los tres a la vez, pero debía tener paciencia y no mostrarme molesto.

-¿Karel, eh? ¿Y porque buscas a ese pirado? ¿No serás otro de sus sicarios, eh, gusano? Porque si es así vas a acabar como el piskolero ese, el tal Arc. Y no acabó muy bien, te lo aseguro...

*Honom enhörningen vilken JAG vilja från så pass bedra är henne intelligent person spika på en stake

Lo único que quiero de ese cerdo es su cabeza clavada en una estaca*

En otras circunstancias a un nórdico le habría parecido valiente y graciosa la afirmación. Pero decir lo mismo en una voz totalmente neutra, carente de cualquier sentimiento humano le daba un tono extraño y desalentador.

Me fío muy poco de todo lo que se mueva por este bosque. Como bien has dicho para entrar en Gehena hay que estar mal de la cabeza... Pero para entrar solo mucho peor.

Si, a todo aquel que entre en Gehena solo le espera la muerte, y por tanto el hecho de que esté vivo dice bastante en mi favor

Resultaba cuanto menos extraño hablar con tanta ligereza sobre el maldito bosque y sobre como seguía vivo, pero la verdad es que solo llevaba una noche en solitario. En cualquier caso era algo que creía mejor no comentar con aquella gente.

Ahora me toca a mi preguntar dado que supongo que tambien buscais aKarel. ¿Porque quereis darle caza? ¿Y que habeis hecho con su lacayo?

Algo me hizo imaginar porque Arc no estaba con Karel aquel día maldito en la aldea. Era posible que esta gente lo retuviera, o que Karel fuera un su búsqueda. A saber, ellos ya me lo contarían

Lo sabía, pero no sospechaba que fuese tan fácil... un aliado contra Karel. Alguien que también tiene motivos para querer acabar con él. Es demasiado sencillo para ser verdad. Puede que incluso, por la dirección en la que viene, les haya visto volver hacia aquí... por preguntar no perdemos nada.

Recordé las desconfianza con la que me había tratado Kalenden y Serghei al conocerme. Tenía que actuar antes de que esas reacciones le hicieran enfadar, y si tenía pintar de ser un enemigo, eramos tres contra uno: le rebanabamos el pescuezo y listo.

-Arc era uno de los cuatro secuaces de Karel, y un enemigo pontencial. Así que le matamos, y ahora estamos un paso más cerca de acabar con ese medio oriental. Le perseguimos porque por algún motivo que aún se nos escapa, ha secuestrado a una niña, una simple niña, cuya madre, asesinada por Karel, conocían tanto Serghei como Kalenden-señalé a cada uno- como ambos compartimos un mismo fin, lo normal es que vayamos juntos contra ellos, pero antes he de preguntarte un par de cosas. ¿Conoces a alguien más como nosotros, que también persiga a Karel para acabar con él? ¿Le has visto en algún momento, en los últimos días? ¿Y como esperas dar caza a alguien de cuya habilidad seguramente has oído hablar, con un par de cuchillos? Hace falta algo más para hacer mella en el o sus compañeros...

Estuve antento a sus palabras. Si encontraba algo extraño en cualquiera, que denotara que no era precisamente el peor enemigo de Karel...