Las profundidades del Infierno [Serghei, Kalenden, Rejenih]

Hize una mueca de asco al mirarme la herida.

¿Maldita sea, qué coño es esto? ¿Soy yo o está morado? Estúpido viejo, ya le vale, se podría haber puesto la espada por el mismisimo...

Bueno, el caso es que algo tenía que hacer con aquella mierda o no iba a salir de ese maldito bosque con vida...

Lo que tiene que hacer uno por sobrevivir...

Me dirigí a rejenih, que al parecer algo de medicina sabía, o de lo contrario no habría intentado curarme el día anterior.

-Tú, Rejenih, errr... Esto empieza a dar miedo -dije enseñandole la herida, con una mirada de reproche -¿Qué ibas a hacerme ayer? Quieto, ni se te ocurra volver a intentarlo. Dime qué tengo que hacer y lo haré yo.

No iba a dejarme en manos de otro, sería una patada al orgullo. Si lo hacia mal a la primera podía volver a intentarlo las veces que hiciera falta.

Tras comprobar que estabamos solos, nos tomamos el bien merecido desayuno. El ambiente estaba en silencio y me alegraba de no despertar con un cadaver a mi lado por una pelea entre Rejenih y Kalenden. Supuse que la primera noche juntos sería mucho peor, es un alivio que haya resultado tan bien. Fué un acierto el continuar la marcha.

Rejenih y Kalenden comenzaron ha charlar tras el desayuno. Me aparte un poco para dejarles espacio, si iban a disculparse el uno con el otro querrían intimidad y si iban a matarse no quería estar cerca. Daos prisa en terminar vuestros asuntos, debemos aprovechar las horas de luz al máximo. Saqué algunas de las ramas caídas que había ido recogiendo por el camino y continué con el trabajo de tallar flechas, apenas me quedaban 6 en el estuche y nunca venía mal tener unas cuantas de sobra.

Joder. Mira a donde le ha llevado su orgullo. Si estaba de colores raros es que probablemente se ha infectado o que ya no le queda sangre por esa zona. De lo único que estoy seguro de que haya podido pasar es lo primero... sólo quedaba mirar a mi alrededor. Esto estaba sucio por el abandono, y durmiendo podría habersele infectado. Así que..

-¡Te dije que me dejaras tratar eso! Ahora está peor todavía que si estuviera sangrando. Trae deja que te...

Cogí agua del saco y acerqué la mano a su herida. Dió un paso atrás y me miró como un perro que amenazara a un ladronzuelo de que no le conviene entrar en casa de su amo.

Algún día esa forma de pensar te matará, pero en fin... ahora además de encontrar a Mir debo intentar cambiarte.

-Si te tratas a tí mismo lo harás bastante peor que si lo hace un tercero... si no te fías de mí se lo puedo explicar a Serghei, pero en fin...Tiene pinta de estar infectada. Hay que taparla de forma que no tenga contacto con nada, ni si quiera tu ropa si cres que puede estar sucia. Coge un trapo limpio o algo así. Además de limpiarla. Con agua limpia, o alcohol puro, si es que lo tienes. Puede escocer un poco, pero bueno... Alguien como tú no morirá por una simple infección a menos que sea realmente grave, pero si no haces lo que te digo probablemente enfermarás. Así que ya sabes, agua, por los dos lados, y algo limpio para taparla. Y con cuidado, no es algo contrareloj, es mejor ir despacio y bien hecho.

Obviamente elegí hacermelo yo mismo. No es que no confiara en Serghei... bueno, confiaba más en él que en la mayoria de personas, sobre todo si teniamos en cuenta que hacía pocos dias que nos conocíamos. Pero igualmente no me gustaba que me toqueteran, y mucho menos depender de otro. Así que me lo haría yo mismo. Con suerte si lo hacía mucho acabaría aprendiendo algo.

No fue fácil. Según rejenih no teniamos los materiales idóneos para hacerlo y en eso debía creerle. No creía que los medicos usaran botellas de agua y mudas de viaje. Lo intentamos varias veces y cometimos muchos errores. Mientras intentaba limpiar la herida me metí el dedo, tras lo cual empezé a despotricar contra todo lo despotricable. Joder como dolió, era para matar a alguien. Pero finalmente logre tenerla bien limpita y desinfectada, o eso decía el viejo, así que me pasó un trozo de tela para vendar la herida.

Era un tipo bastante diestro para las manazas que tenía, pero no había hecho muchos vendajes complicados en mi vida. Esta vez no me metí el dedo en la herida, así que dolió menos, pero lo tuve que intentar un par de veces antes de apretar bien el vendaje.

Examiné el resultado cuando terminamos. Sonreí, parecía que había salido bien y que ya no iba a desangrarme allí mismo.

Jeje, y sin haberlo hecho nunca. Eres el amo, Kalenden, hasta podrías dedicarte a esto. Ya sabía yo que una heridita de nada no iba a detenerme.

Así pues, volví a ponerme el chaleco y las pieles de protección. Recogí todo y me levanté.

-Bueno, ahora sí que podemos marcharnos. Vamos allá, seguro que aún tenemos mucho que caminar.

La cabezonería de Kalenden con tratarse el mismo la herida nos costó mucho tiempo, tiempo valioso. Por no hablar de que pagó caro su orgullo... sin saber muy bien que hacia, llegó a meterse el dedo, o lo que fuera en la herida. Entonces maldeció a prácticamente todos los habitantes de Gaïa, a menos que exista una raza de piel verde oculta a la civilización. Pero al final, tras un buen rato de intentos fallidos, consiguió hacer algo a derechas.

El vendaje tapaba bien cualquier resquicio de la herida y estaba totalmente limpio, así que técnicamente ya estaba protegida. Sin embargo después de echarle agua no recupero de todo el color, le recomendé desinfectarla todos los días antes de dormir hata que recuperara la normalidad y a otra cosa.

Una vez salí por la puerta miré cualquier cosa que pudiera servirnos como señal a la vuelta mientras Kalenden y Sergehi se las arreglaban para bajar. No podía marcar el tronco con un arma o algo por el estilo, ya que sería una señal, aunque no fácil de notar su antigüedad, si de tomar como señal de que es seguro que alguien estuvo aquí. Y si se conocía bien el bosque, de que ese alguien era nosotros. Así que si no quería ser rastreado por un habitante del bosque, o por Arc mismo, tendría que buscar otra manera...

Una vez bajé yo miré la cuerda. Eso sí que no sería sospechoso contra nosotros así que la deje bien a la vista, intentando que pareciera que se había movido por la birsa y al mismo tiempo en una posición que evitara la influencia de esta. Después, a punto de marchar ya, observé los árboles tal y como los vería a la vuelta, en busca de cualquier detalle fácil de memorizar, como algún grupo de árboles más delgados o alguna forma concreta en el suelo.

Tirada de Buscar de Rejenih: 30 base + 81 dado= 111 de habilidad final.
A partir de esto si volvemos ya veremos la dificultad de memorizar.

No era seguro, ni mucho menos, que volvieramos justo por el mismo camino por el que entramos, y es más, me gustaría que no fuese así. Pero este refugio había sido un verdadero golpe de suerte y toda precaución por aprovecharlo era poca.

-Bueno, yo creo que ya. Si volvemos, podré volver a localizar esto. Venga, aprisa, el tiempo es oro. ¿A dónde señala la brújula esa ahora?

La verdad es que como ya era de día resté importancia mentalmente a Arc, así que prestaba bastante menos atención a lo que me rodeaba.

@ Rejenih

Aparte de la cuerda que habías dejado para que fuera visible, pudiste notar un pequeño montículo de piedras dispuestas de manera bastante natural en la base del árbol. Seguramente su anterior habitante habría señalado el tronco de esta manera. Era una curiosa forma, además de que no llamaba la atención. Sonreíste para tus adentros, con eso podrías reconocer el árbol si no ibais demasiado rápido o con prisas.

@ Todos

Mientras tanto tus compañeros bajaron más o menos bien. Al menos llegaron vivos hasta el suelo. Como de costumbre el techo de ramas os ocultaba el sol, o la luna, o lo que fuera. Así que ibais a necesitar algo de fuego si queríais guiaros entre aquella maleza muerta.
Kalenden usó el mismo truco de nuevo y le prendió fuego a una rama bastante grande como para iluminar y que no se quemara a los dos minutos. Una vez dispuestos los preparativos el guerrero mentalista sacó la Esfera de Búsqueda. El ojo rojo que solo podíais ver dos del grupo se abrió de golpe y comenzó a girar. El enganche señaló hacia el Este desde vuestra posición.

No había remedio, continuaba la travesía a través del denso bosque.

Moth, Bosque de Gehena, 29 de Mayo 14:02 PM

Ya llevabais largas horas de caminata entre la espesura, Kalenden había tenido que incinerar ya más de ocho ramas y el camino se había vuelto angosto e intransitable. Los árboles se juntaban cada vez más y el suelo comenzaba a estar lleno de rocas, en vez de maleza. Era como si Gehena tratara de deboraros, lentamente.

Y entonces un rayo de esperanza os alumbró. Entre los árboles, a unos cuantos metros, se abría un claro, y en él... una pequeña aldea. Desde vuestra posición no podíais verlo bien, pero parecían cuatro o cinco granjas. ¿Quién podía vivir en un sitio como aquel?

Seguía sin entender, porque nadie me lo había explicado, la naturaleza de ese cachivache, pero de todas formas, si lo seguían era por algo. Lo que está claro es que era un artefacto muy complejo o de capacidades sobrenaturales... después de todo estaba en poder de Kalenden. Pero en fin, no me contestaron antes, no me explicarán tampoco nada ahora...

Avanzamos durante horas, en un viaje más molesto que realmente peligroso. El que todo se fuera estrechando hacia que tuviera miedo de acabar en un callejón sin salida, así que pemanecí atento en busca de rutas alternativas.

Entonces...

¿Un poblado? ¿Una aldea? ¿En mitad del peor bosque que he visto en mi vida? No sé si tomarlo como un milagro o como algo malo...

-Esperad un momento... pueden ser una gran ayuda, sí, pero alguien que decida vivir por aquí debería estar medio pirado. No tiene pinta de ser más que unas pocas granjas, pero... Mirad, mejor observemos primero un poco si tienen el aspecto de un poblado normal, y por si no le gustan los extranjeros, entraré primero yo, que estoy más defendido. Y si hace falta preguntamos aquí por Mir, Karel, Arc, o cualquier tipo extraño que haya pasado por aquí estos últimos días. ¿De acuerdo?

Si me dan su aprobación me acerco lo bastante como para seguir oculto por los árboles pero ser capaz de divisar si hay gente por la calle y si lleva una vida normal, como si no viviera en un bosque del que poco me sorprendería que alguna antigua mitología tomara como el infierno.

@ Rejenih

Te acercaste todo lo que pudiste intentando ser disimulado. A través de la espesa vegetación pudiste adivinar que varios granjeros trabajaban sus tierras sin ningún tipo de prisa o estrés. Iban vestidos con ropas bastante andrajosas y rotas, su piel estaba curtida y bruñida por el trabajo y el sol y todo cuanto hacían era trabajar sus tierras, en las que no había ni un solo brote, quizás porque no era temporada, quizás porque nada crecía en aquel bosque muerto.

Ninguno pareció percatarse de tu presencia, todos seguían a su ritmo, como si nada pudiera alterar la paz de aquellos habitantes de Gehena.

Resté importancia al que no consiguieran nada de esa tierra. No creía que estuviese muerta del todo, si así fuera se habría ido a otro bosque de Gehena en vez de establecer las granjas aquí. Probablemente el tejado de las ramas impidía que la luz del sol llegara, con lo que en tal caso lo más normal sería que alguien trepara y las quitara o que lanzaran piedras hasta romperlas... en todo caso no me fijaba en eso.

Me mostré, acercandome con los brazos en alto en señal de paz, y hablé alto, pero a bastante distancia, esperando que se giraran al oírme.

-¿Hola? Buenos días-dije en latín- Venimos de lejos. La verdad es que sois el primer poblado que encontramos en todo el bosque. Sólo venimos de paso. Si no os importa, también nos gustaría preguntar un par de cosas....

Si reaccionaban mal ante mi aparición dudo que fuesen unos diestros espadachines capaz de hacerme daño con una hoz si uso el escudo.

@ Rejenih

Te acercaste lentamente con las manos en alto pero preparado para desenvainar si algo extraño pasaba. Ante tus gritos algunos granjeros, los más cercanos, alzaron la vista y te observaron con una mezcla de curiosidad y miedo.

De pronto tiraron sus hoces y se pusieron a gritar en un idioma que no entendias en absoluto. Decían algo así como.

Elber, calliet Elber.

Tras unos segundos apareció un chico joven, de unos veinte años. Vestía con las mismas ropas que el resto, pero más nuevas y no tan rotas. Llegó corriendo hasta estar a unos 20 metros de ti. Alzó las manos y te miró con tranquilidad. El resto de granjeros se quedaron a su espalda, observandote con curiosidad.

¿Hablas latín? comenzó el joven, hablaba de una manera bastante chapurrera. Asentiste. Bien... Esto es... Vistrich... no somos mala... gente... solo... queremos... paz. No... motivos... para las... armas. ¿Qué quieres?

El momento en el que me alegre por haber llamado su atencion y por creer ver compresion en sus rostros se esfumo en cuanto empezaron a hablar en un idioma que no entendia ni por asomo. De hecho no se parecia a nada que hubiera oido nunca.

No sabia que significaba, asi que retrocedi un paso, pero entonces aparecio un chico, bastante joven al parecer, y vestido con algo mas que harapos.

Hable dejando clara cada silaba, para no dar lugar a confusiones, y apoyandome en gestos cuando podia.

-Yo.. tampoco... deseo... mal. Solo... estamos... aqui... en el bosque... buscando una amiga... que se perdio... aqui... ¿Alguien de... Vistrich... ha visto... a una... niña... en los ultimos... dias?

@ Rejenih

El joven dijo algo en aquel extraño idioma.

¿Estrech callieen giler, arie tacnont?

Uno de los aldeanos pareció exaltado y comenzó a hablar a una velocidad endiablada, parecía nerviosos y gesticulaba muchísimo. Hubo una palabra que se te clavó en la cabeza.

Katana.

El corazón se te disparó. ¿Katana? ¿Habías oído bien? El arma oriental por excelencia, y no creías que mucha gente se paseara por Gehena con una maldita katana. Debía de ser de él... Karel.

El chico joven te miró tras mediar algunas palabras más con su interlocutor.

Emmm... Sí...vimo niña... tapada...con sabana. Iba... con... hombre armado... ¿Katana? ... fueron... hacía... allí señaló un punto entre la maleza, en la dirección hacia la que ibais. Hace... dos... días. ¿Todo... bien?

@ Kalenden y Serghei

El hombreton había pasado por los árboles hasta llegar a las granjas. No podíais escuchar muy bien lo que decía, ni podíais ver bien lo que sucedía. Pero visteis a un joven que intentaba hablar con muchos gestos. Al parecer el defensor de la verdad no estaba en peligro por ahora, daba la sensación de que solo dialogaban con él. La duda no paraba de golpearos el pecho ¿Estaría averiguando algo?

Nada, imposible. Este idioma debe haber nacido en el bosque, no se parece a ninguno que recuerde. Al parecer se depende del tono de voz, o de los gestos, o simplemente ese tipo habla asi por estar medio loco. Bah, dejalo Rejenih. No impor...

Entonces una de sus palabras me martilleo la cabeza. Katana.

No... no... eso es... Karel. No me... espero que la hayan visto separado, unas horas o un dia de distancia...

Sin embargo la traduccion del joven nego rotundamente esas palabras. Presa de la desesperacion, se noto bastante en mi rostro que no me gustaba nada lo que habia oido.

Hace dos dias... Karel partio hace cinco... nosotros llevamos uno en el bosque... si seguimos asi, probablemente le encontremos con facilidad, pero... Karel esta con ella. A saber como la habra... ese lunatico... no, simplemente podia preguntarlo.

-Hombre... de la katana... malvado, hombre de la katana asesino. ¿La niña... parecia estar bien?-el tener que hablar lento y toda la espera era horrible en estas circustancias- ¿Como estaba? ¿Sana? ¿Contenta? ¿Triste? ¿Herida? Por favor... contestad...

Por favor... tiene que estar bien...

@ Rejenih

Hiciste aquellas preguntas tratando de hablar lo más simple posible. El chico joven tradució tus palabras a ese idioma tan extraño y cerrado. El mismo hombre que antes le contestó, seguía gesticulando mucho y parecía nervioso. El joven asintió y se giró a ti de nuevo.

Niña... no... despierta... ummm... ¿Inconsciente? Hombre... ser... raro. Struglord decir... él... sentir... escalofrío. Ese... hombre... paso de largo... sin... detenerse. Esperó... ser... de ayuda. No saber... más

Respiraste agitadamente. ¿La niña estaba inconsciente? ¿Podría estar muerta? Si había pasado hacía dos días podía no notarse en el cadáver. Bueno, era mejor no dejarse llevar por los nervios. Había que pensar el próximo paso a dar.

¡Vamos, deja los gestos raros y ve al grano!

Los detalles se bloquearon durante unos segundos en mi mente. Solo una cosa importaba.

¿Insconciente? ¿O muerta? Con apenas dos dias, un cadaver ni si quiera desprenderia el olor de... no, pero como ya les dije una vez a Kalenden y Serghei, si Karel movia rapido su katana tambien seria veloz corriendo, atrapar a una niña deberia haber sido cuestion de minutos para el... y si hubiera acabado con ella nada mas acabar el incidente de la posada... no, eso sigue siendo tres dias. ¡Espera! Arc dijo que si seguiamos buscando a la niña seriamos su presa, eso fue ayer, despues de que Karel pasara por aqui... y ademas de estar claro que era aliado de Karel... no... es un aliado de Karel, dijo algo como que le gustaria la descripcion que Kalenden hizo de el, por lo tanto son camaradas y por lo menos hablan con frecuencia... pero... ¿Significa eso que sigue viva y que Arc estaba enviado por Karel para que no la rescataramos? No, porque tambien podria estar muerta y simplemente Karel podria querer salvarse las espaldas de una venganza... no.. si...

Sentia la cabeza como si fuera a estallar, las dudas y los recuerdo acudian a mi cabeza uno detras de otro, repentinamente, descolodando lo que creia hasta el momento en el que llegaban totalemente.

Pero Karel ya derroto una vez, y por lo que he oido con facilidad a Kalenden y Serghei, y dejando a Serghei gravemente herido... no creo que se esperara una persecucion... lo que significa que Arc solo actuo al verme, porque podria ser alguien mas peligroso, porque si quisiera matar a Kalenden y Serghei lo habria hecho en la posada... ¿eso significa que enviar a Arc era porque se esperaba que acudiera alguien mas aparte de Kalenden y Serghei? Lo veo muy dificil. Si enviaba a Arc a matarnos, ¿Significa eso que no queria hacerlo el? Pero el podia hacerlo... no, el problema estaba en que podriamos no intentar matarle, si no solo salvar a Mir. Por lo tanto, debia estar viva, ¿No? Ademas de lo obvio, Karel no deberia cargar con un cadaver de una niña, entre sus locuras no contaba esa al menos que yo sepa. Argh. Necesito pensarlo con dos cabezas ayudandome.

Me costo horrores hablar despacio.

-Gracias. Ahora... buscare... compañeros... alli.-señale por donde habia venido, el bosque- Venian... conmigo. Solo un momento... hablaremos... buscaremos forma... de dar algo a cambio... por vuestra ayuda... y nos iremos... en paz.

Corri tan rapido como pude hacia donde estaban Kalenden y Serghei.

-Rapido, venid. Han visto a Karel y a Mir hace 2 dias. Aqui, en esta aldea. Mir estaba tapada por una manta, y insconsciente, la llevaba Karel...la tiene Karel. Se han ido por donde señalaba la brujula.

Estuve observando como Rejenih hablaba con los lugareños. Etuve tentado de salir de mi escondite por mi cuenta, pero pensé que a lo mejor les resultaría intimidatorio a esa gente.

Lo que dijo el viejo me hizo darme cuenta de mi error al no haber escuchado la conversación.

"¿¡INCONSCIENTE? ¿¡CON KAREL!?" -lo segundo ya me lo esperaba, pero igualmente no pude evitar gritar irado. mi pobre Myrh, inconsciente...-¡Me cago en todos los santos, los demonios, los dioses paganos y el culo de una vaca! ¡Cómo ese cerdo le hay hecho daño a la niña, le sacaré las tripas y se las haré comer para luego arrancarle el corazón y comermelo yo... ¿No te han dicho anda más esos mamones? ¡Tienen que saber algo más, maldita sea, a dirección ya la sabemos con la mierda pelota de Gabriel!

Malditos pirados del bosque, no servís más que para que casi me dé un ataque al corazón. Ojalá pudiera quemar vuestro puto pueblo para que tuvierais que iros a vivir a un sitio normal.

El viaje como siempre no era tan monótono, cuando uno está en constante agitación por miedo a que lo asalte algo desconocido o encontrarse algún peligro el tiempo pasa muy lento. Sentía como si hubiesemos estado andando durante un par de días antes de llegar a una población y Rejenih se ofreció a parlamentar con ellos primero. No me pareció buena idea que un hombre tan alto, robusto, embutido en chapa y con tanto bulto a la espalda fuese el que nos representase, pero por otro lado si decidían no ser amigables no estaba en el mejor de los estados para correr y defender mi vida. No me opuse a la idea y esperé, nuevamente lo único que podía hacer era esperar.

Rejenih volvió con prisas y noticias alarmantes. Habíamos puesto esperanzas en que Karel no estaría junto a la niña, al encontrarla esperábamos encontrar a la niña sola, en lugar de en compañía de un psicópata y así haciéndonos el trabajo más fácil. No me fiaba del todo del asunto así que quise saber más. ¿Te han dicho que han visto a Karel con la niña? ¿De que conocen los aldeanos a Karel? Algún baño de sangre seguro que hay de por medio. Tampoco estaría de más averiguar que hay en la dichosa dirección Este que lo tiene tan emperrado. Y si fué hace 2 días... Nos estamos hacercando, nos llevaba 4 días de ventaja y si lo que dicen es cierto ahora solo son 2... Sino nos hubiesemos detenido por las peleas y la dichosa herida... tiempo perdido maldita sea. Ya que estás pregúntales como diablos saben los días que han pasado en esta maldita noche perpetua.

La verdad es que no esperaba una reacción así de Kalenden. Había estallado en ira, más de lo que yo, incluso cuando le atravesé con el estoque, había logrado. Más que el recuerdo de Karel. Más que el recuerdo de lo ocurrido en la posada.

Tendría que ser un mentiroso muy hábil para fingir una reacción así con lo que conlleva, y dudo que alcance esos niveles... creo que por lo menos a su favor puedo decir que aprecia a Mir de verdad...

-Serghei, no conocen de nada a Karel, pero vieron un tipo con una katana pasar hace dos días, de largo, sin hablar con nadie de la aldea, con una niña insconciente y tapada por una manta. Karel no les hizo ni caso, simplemente pasaba por aqui. Pero tened en cuenta que llevamos aquí poco más de un día, y hemos hecho el camino que se supone que Karel hizo en tres días. Podemos encontrarlo. De todas formas venid, cualquier pregunta podéis hacerla vosotros pero no perdáis las formas-dije dedicando una mirada a Kalenden- y hablad despacio, no saben hablar del todo bien el latín, el único que lo sabe es ese joven con el que hablaba.

Os acercasteis, haciendo caso a Rejenih, hasta la aldea, si podía llamarse así. El chico que hablaba latín se os acercó haciendo gestos bastante significativos, como para que os marcharais.

No... fu... fuera... no vimos más. Por... allí volvió a decir señalando el punto por el que se había marchado Karel. No parecía querer tener más conversación y el resto de granjeros parecieron ponerse nerviosos al veros llegar a los tres.

Sin mediar más palabras el joven se giró y comenzó a andar hacia los campos de trabajo. A mitad camino volvió a señalar por donde se había ido el mestizo. La señal era clara, querían que os marcharais. Poco más ibais a conseguir así que era mejor continuar.

Aunque quizás queríais intentar averiguar algo más, o hablar sobre el próximo paso, Karel no debía de estar lejos. Podíais sentir que Myrrh estaba cerca, más de lo que podíais imaginar.

El peligro podía estar tras cada árbol a parir de ahora.

Gruñí enfurruñado. Cómo era de esperar, no eramos bienenidos allí. Era de esperar, la verdad. Si normalmente en Moth no recibían bien a los extranjeros, en el sitio más recónditoy apartado no iba a ser mejor. Odiaba aquello, por mucho que ya estuviera acostumbrado.

-No somos bienvenidos. Si insistimos más no me extrañaría que empezaran las hostilidades. - Posiblemente, en una situación normal, podríamos con aquel grupo de andrajosos si se ponian violentos. Al fin y al cabo ninguno tenía pinta de saber usar un arma. Pero no estabamos en una situación normal, y un depredador herido tiene que ir con cuidado- Sigamos el camino o esto se va a poner feo, lo digo por experiencia.

No era la primera vez que un grupo de andrajosos me echaba de un pueblo, y si lo hubieran hecho a pedradas tampoco habría sido algo nuevo. Malditos pirados hijos de perra... Pensé en prenderle fuego a unas cuantas casas cuando ya nos marcharamos. Tampoco hubiera sido la primera vez que pasaba algo así...

Pasasteis de largo la aldea una vez comprobasteis por las malas que poca información adicional ibais a obtener al respecto. De nuevo os adentrasteis entre la maleza siguiendo la maldita Esfera de Búsqueda que, como de costumbre, apuntaba al mismo sitio. Fueron largas horas de caminata, y muy tediosas. Los árboles estaban demasiado juntos y más de una vez tuvisteis que dar rodeos para conseguir adentraros más.

Fueron largas las horas. Pero no fueron en vano.

Cayó la noche, lo pudisteis notar por el horrible frío, por la insondable oscuridad y por la inesperada calma que se respiro de pronto. Todo el bosque quedó en silencio, ni siquiera el viento soplaba en vuestros oídos, ni siquiera vuestros pasos se escuchaban en aquel pozo. Con la única iluminación de otra de tantas ramas que Kalenden había recogido seguisteis el camino. Pensasteis en parar a descansar cuando la noche estaba bien entrada, pero no podíais, y menos sabiendo que Karel no andaba lejos, que solo os llevaba dos días de ventaja. A pesar del cansancio vuestros pies seguían andando. Era fuerte vuestra determinación, algo en vuestro interior os empujaba a continuar y vuestro esfuerzo al fin dio sus frutos.

Moth, Bosque de Gehena, 30 Mayo 02:00 AM

Estabais agazapados tras la cuarta o la quinta línea de árboles. No lo sabíais con exactitud pues allí los troncos estaban demasiado apiñados unos encima de otros. Kalenden mantenía la rama encendida pero la ocultaba con sus pieles, necesitabais algo del fuego para ver, pero teníais que evitar ser descubiertos. A solo unos metros de vosotros, al final del linde de árboles, se abría un enorme claro bañado por la mortecina luz de la luna. En él una enorme y semiderruida iglesia se alzaba como símbolo de que había tenido años mejores.

El enorme portón estaba cerrado y la estructura contaba con muy pocas ventanas y muy estrechas, demasiado para que un hombre cupiera por ellas. El techo de la parte izquierda estaba completamente destrozado y no quedaba ni un ladrillo. En la parte derecha se abría un gran boquete a mitad de la pared, los ladrillos aún continuaban esparcidos por el suelo. Todo estaba en silencio, no había ni un solo ruido, pero desde el boquete y las ventanas podíais vislumbrar luz y de vez en cuando sombras. Alguien estaba allí dentro...

El trasto que ahora sabía que era de Gabriel señalaba al mismo sitio que los aldeanos. Poco más podían decirnos, así que nos marchamos sin más dilación.

Más horas vacías. Llegué a desear encontrar a Karel y poder enfretarme a él de una vez aunque no supiera si podía vencer si quiera... pero iba a acabar enfrentandome a él, y esta caminata me aburría y cansaba. Desconocía que hora era, pero sabía que llevabamos más de seis horas caminando y que ya era de noche.

El frío seguía empeñado en prometerme su lenta muerte al oído. Maldecí docenas de veces al único enemigo con el que no se podía hablar ni negociar, el único contra el que no se podía combatir ni matar. Estuve por pedirle a Kalenden que cogiera una rama de verdad, gruesa como un brazo, y quemara esa para que al menos calentara, cuando los árboles se abrieron dejando un espacio más grande que el del río del lobo. Sin los árboles tapando el cielo, la luna daba suficiente luz como para ver lo que allí había con detalle, y también lo que estuviera a escasos metros de nosotros, pero en cualquier momento podría ser cubierta por las nubes, así que decidí no separarme del todo de Kalenden.

Una iglesia. Medio destrozada. Las puertas estaban cerradas. Sin embargo podría entrarse por un boquete enorme en la parte derecha de esta.

Dentro había luz.

Personas.

-Kalenden, Serghei. Esta vez si podemos estar seguros de que allí dentro hay alguien, pero... ¿Entramos? Podría ser el lugar que ha escogido Karel para vivir en este bosque o podríamos no ser bienvenidos... tampoco es que tengamos que llamar a la puerta, hay un buen agujero en la pared de la derecha.

También me preocupa quién coño contruiría una iglesia aquí...

Nos largamos de ahí, con suerte no volveríamos a ver ese pueblucho nunca más. Maldita panda de perros egoístas, incluso estando heridos nos echaban.

Iba pensando aquello mientras ibamos andando. Adamos horas y horas, hasta que aquel frío intenso de los cojones se metió en nuestros huesos. O se había hecho de noche o algo extraño sucedía. Por suerte, el encargado de llevar la antorcha era, obviamente, yo por lo que estaba cerca del fuego. Y entonces lo vimos.

Esa iglesia, en mitad del claro. Me entró un escalofrío, nada de lo relacionable con los sacerdotes me resultaba cómodo. Pero sonreí al ver que estaba semiderruida.

Jeje, tengo que dejar así uno de esos edificios algún día de estos, y si dentro hay un sacerdote bien gordo mejor.

Sin embargo, de un gran boquete situado a la derecha surgía luz.

Maldición, hay alguien ahí dentro... no será que... Argh, no sé si quiero que esté o no...

-Kalenden, Serghei. Esta vez si podemos estar seguros de que allí dentro hay alguien, pero... ¿Entramos? Podría ser el lugar que ha escogido Karel para vivir en este bosque o podríamos no ser bienvenidos... tampoco es que tengamos que llamar a la puerta, hay un buen agujero en la pared de la derecha.

Dudo que alguien que se esconde en las ruinas de una iglesia perdida en medio de Gehena sea de fiar. Creo que no me equivoco si digo que todos hemos pensado lo mismo al verque ahí dentro había gente, pero si no stá ese pirado no habrá alguien mucho mejor. Hay que tener cuidado. No cabemos por la ventana, pero podemos asomarnos a ver qué se cuece ahí dentro y entonces ver si entramos o no.

Hablaba flojo, lo justo para que me oyeran mis dos compañeros. Fuera quién fuera el que viviera allí, no me gustaba. Y si era quien esperaba que fuera... necesitariamos como mínimo el factor sorpresa contra él.

Desenvainé mi estoque ahora que tenía la ocasión de hacerlo sin ser oído. Miré a los demás. No me fiaba del todo del éxito de Kalenden, y Serghei, aunque parecía el más difícil de ver, rápido y escurridizo, eso sería sólo en tiempos mejores, ahora con la herida en la pierna no se hallaba en plenas facultades.

-Me acercaré yo, vosotros soy el que está en mejores condiciones y el único que no puede atacar desde lejos si las cosas se tuercen. Escuchad, si esto es una trampa de Karel o de cualquiera, ira ese boquete de ahí es lo más obvio que podríamos hacer, y por lo tanto donde supongo que se esperarán que vayamos. Primero miraré por alguna de esas ventanas y ya os haré una señal si es mejor entrar o salir por patas, ¿vale? Si con la luz de la luna no me veis volveré aquí. Y atentos a cualquier cosa que haya por el camino...

Me acerqué con el estoque en la mano, en una posición baja, casi tocando el suelo con la punta. Vigilando a la vez el suelo que pisaba por si había una hoja, piedra o cualquier cosa que haga ruido, pero sobretodo atento a alguien entre los árboles, hacia una de las ventanas de las que salía luz.

Tirada de sigilo de Rejenih(moviendo a 8 metros por asalto para no aplicar penalizadores): 72 base + 15 dado= 87 de habilidad final.

Tirada de Buscar gente por el camino de los árboles a la iglesia: 30 base + 92 dado + 35 abierta= 157 de habilidad final

@ Kalenden y Serghei

Asentisteis sin poder negar las palabras de Rejenih. Él estaba en plenas facultadas y no tenía la pierna destrozada. Además de que era el único que no tenía nada para atacar a distancia.

No había otro remedio.

Empezó a avanzar, no era un fantasma en la noche, pero tampoco lo hizo del todo mal. Al poco, cuando pasó la última línea de árboles se os hizo muy difícil verle. Tragasteis saliva con fuerza... la tensión podía notarse en vuestros músculos. Desenvainasteis las armas. Kalenden el hacha, Serghei el arco y lo cargó. Cualquier movimiento, cualquier signo de ataque... y habría que correr.

El palpitar de vuestros corazones os iba a volver locos.

@ Rejenih

Avanzaste lo mejor que podías. Nunca te habías caracterizado por tu sigilo, pero no lo hiciste tan mal como esperabas. No te encontraste nada extraño en tu camino y sin problemas llegaste hasta la fachada. Te parapetaste en ella tratando de controlar tu respiración, tratando de que nadie notara que estabas allí.

Empezaste a oír voces del interior. Eran varías... hombres y mujeres. Hablaban demasiado bajito, o las paredes eran demasiado gruesas, pero no podías oírlos bien. Poco a poco te fuiste acercando a una de las ventanas... si tuvieras algún Dios este sería un perfecto momento para rezarle. Por desgracia habías dejado de creer en ese tipo de cosas. Respiraste con profundidad para calmar tu pulso y te acercaste a la ventana más cercana.

Echaste un ojo al interior. Pudiste vislumbrar que los bancos de la iglesia habían sido completamente apartados a los lados, en el centro ardía una gran hoguera hecha con libros y maderos. Frente a la hoguera, contemplando el fuego se encontraba un joven de pelo rubio despeinado. Vestía con ropas orientales, un kimono negro y dos katanas colocadas en el cinto. Su mirada melancólica estaba perdida en la inmensidad del fuego. A su espalda habían más personas, pero solo veías sombras indefinidas. Seguías sin oír la conversación.