Preguntas [Prólogo de Rejenih] Finalizado

Bien, ahora lo primero es lo primero, pero no en ese orden: tengo que asegurarme de que los Enervith son de fiar, y ya de paso, que me saquen de dudas sobre el Mesías. Porque me encataría que fuese el auténtico Mesías, pero cometía fallos y agujeros en sus palabras, como el no mostrarse hasta esa cosa de la lengua de fuego... tras despedirme, y recogiendo la llave número 8, me dirigí hacia la calle donde señalo el tabernero, y busqué si había posibles testigos que pudieran escandalizarse si el extranjero visitaba a los malvados herejes que saben callarse.

Las indicaciones del posadero habían sido vagas, así que suponías que te encontrabas en la zona correcta, pero había demasiadas calles y callejones como para saber cual era la correcta. Tampoco parecía que la casa tuviera alguna señal, o signo que la distinguiera, todas contaban con una cruz en la entrada o algún otro símbolo religioso.. Por las calles había muy poca gente, apenas cinco pueblerinos caminaban por las más amplias. Los callejones estaban vacíos.

Si la familia estaba tan afectada, a lo mejor ahora con todo esto estaban con problemas en la casa. Yo que sé, un marido llorando, al madre religiosa histérica discutiendo, algo por el estilo. Mientras pasaba por toda la calle, intenté escuchar algo por el estilo disimuladamente, así que aunque oía todo con precisión no habría sido muy normal ir mirando por las ventanas a propósito, a saber si me señalarían gritando "el extranjero es un espíaaargh" o algo por el estilo.
Al mismo tiempo busqué si había alguien que no me miraba malhumorado y murmurando, como los otros del pueblo, pues ese sería el más proprenso a preguntarle donde viven los Enervith como última medida.

Tirada de Buscar casa con familia que actue de forma extraña de Rejenih 30 base + 62 dado= 92 de habilidad final.
Tirada de Buscar por el tipejo menos hostil de la calle de Rejenih 30 base + 44 dado=74 de habilidad final.

Te adentraste por una de las calles, la que más grande parecía. Estabas atento a cualquier ruido extraño que viniera de alguna casa, algo que te indicara donde estaban los Enervith. Mientras observaste a los dos únicos pueblerinos que caminaban por aquella calle. Iban hablando entre ellos y ni se habían percatado de tu presencia. Pasaron por tu lado sin fijarse en ti y no pudiste evitar escuchar un poco de su conversación.

Sí, van a quemar a la hija de los Enervith dijo el primero Es esta tarde a las seis, en la plaza de la iglesia.

¿Los Enervith…? Preguntó el otro pensativo.

Sí, los brujos, los que viven en aquel callejón contestó el primero señalando una angosta calleja repleta de mugre.

¡Ah! Vale…

No pudiste oír el resto de la conversación ¡Ni falta que hacía! Aquello había sido suficiente.

Te asomaste al angosto callejón. El suelo estaba sucio, había huevos estampados en la única puerta que había en toda la fachada y no había salida al otro lado.

Una estampa preciosa.

Joder. Hoy es mi día de suerte. Primero la lengua larga del tabernero y ahora esto. Genial. Tan fácil, tan fácil, como hecho a propósito para que los conociera. Y descaraba la posibilidad de que los Enervith no fueran los herejes que decía la gente, pues no creo que sean tan listos como para controlar a un par de pueblerinos para que digan esto delante mía y todo...oh, vaya.
Menudo sitio es este. Cuanta comida perdida, cuantas gallinas esforzandose desperdiciadas. Tirar huevos a la puerta de una familia...cada vez quedaba más claro que sí, que realmente estaban en contra del Mesías. Ahora sólo quedaba averiguar por qué.
No sé como no me fijé antes en este sitio, la verdad...
Bueno, lo único era que el hombre sabía perfectamente que la que iban a quemar era una mujer, y su nombre y apellidos...pero puede ser que la madre ya esté muerta o algo, simplemente que sea la última mujer que quede. Si no era así lo descubriría pronto.
Llamé a la puerta, con suavidad, para no parecer algún bromista que va a lanzarles un gato a la cara cuando abran a la puerta o algo por el estilo.

La puerta se abrió muy poco, una cadena desde el interior la bloqueaba. Una cara asomó por la rendija, era un hombre bastante mayor, de unos sesenta años. Su piel parecía bastante castigada por el tiempo y presentaba varias cicatrices mal curadas. Sus ojos eran azules y su pelo canoso y escaso. Aquel hombre te echo un vistazo de arriba abajo, su ceño fruncido mostraba cierta sorpresa.

¿Quién eres? Preguntó, su tono de voz daba a entender que no era bien recibido ¿Qué quieres? ¿No es bastante ya con mi hija? ¿Quieres a sus hermanos? ¡Vete de aquí!

Era de ilusos esperar que las víctimas de todo el pueblo me recibieran con hospitalidad, pues estos tenían motivos reales para desconfiar de alguien que llamara a su puerta, pero habría sido todo un detalle...
Alcé las manos, extendidas. El símbolo de la no violencia Jayán aún me salía insconcientemente, aunque también se entendía algo simila para los humanos.
-Tranquilo, no vengo a por nadie. Sólo soy un extranjero, y no le deseo ningún mal a esta familia. Sólo quiero hablar. Sobre el "Mesías"

¿Sobre el Mesías? ¿Por qué quieres hablar sobre ese cabrón? ¿Te manda él?

Aquel hombre escupió al suelo, justo delante de tus pies. Su mirada estaba llena de odio y repulsión. Sus ojeras demostraban que aquel tipo había tenido mejores tiempos. No te iba a dejar entrar tan fácilmente…era comprensible.

Habla desde hay. No vas a entrar en mi casa…

El dolor endurece a los débiles y maltratados. En fin, llegó la hora de un buen discursito. Si después de esto seguía en mi contra podía irse al infierno.
Durante todo el tiempo que hablaba me mantuve alerta por si pasaba alguien que pudiera intentar acusarme, en tal caso simplemente callaría hasta que se marchara, haciendo una señal a este hombre para que esperara, y después continuaría hablando.

Tirada de Advertir de Rejenih Siegal: 50 base + 36 dado= 86 de habilidad final

-Le aseguro que no vengo de parte de Cristo, ni de parte de nadie. Le repito que soy extranjero. Sólo vengo por una lección que he aprendido en la vida: las personas honestas y puras siempre son perseguidas y oprimidas por los malvados, pero ser una minoría. Y todo este asunto del "Mesías" me da muy mala espina, y sé que si alguien entre todo el pueblo no le sigue como borregos, al igual que los demás, será por algo. Por lo tanto, he venido aquí para saber cuál es su motivo; por qué están en contra del Mesías en una situación así. El simple hecho de que vayan en contra de él, siendo la situación como es, me parece motivo suficiente para pensar que algo oculta el Mesías. He venido para que me digan por qué, por qué dudan y reniegan de él. Si me demuestran que ese hombre no es más que un mentiroso manipulador...-le miré a los ojos antes de continuar- juro que pasaré por encima de quien haga falta con tal de salvar a su hija. Llevo 35 años luchando-señalé a mis armas, a mi escudo, a mi armadura- He participado en innumerables guerras desde el destrono de Lascar Giovanni, y a todas he sobrevivido. No dude que soy capaz de pasar por encima de quien haga falta por el bien de la verdad.
Espero que haya sido suficiente.

Aquel hombre te observó con curiosidad tras tu enorme parrafada. La puerta se cerró y tras unos segundos se abrió.

Esta bien, pase dijo echándose a un lado Mi nombre es Edgar. ¿Y el suyo?
Mientras te hablaba te adentraste en la sala de estar. Era una habitación pequeña y maltrecha. La madera de las paredes y el suelo estaba vieja y carcomida. Las sillas estaban cojas e inservibles, la única mesa que había tenía una grieta en medio que amenazaba con romperla y la suciedad se amontonaba por los rincones.

Aparte de Edgar en aquella estancia habían dos chiquillos jóvenes, de apenas 12 años, que jugueteaban con una pelota de papel a Edén.

Tú dirás continuó el padre cerrando la puerta tras de ti ¿Qué te hace querer saber todo eso?

Al parecer he conseguido convencerlo.
-Rejenih Siegal. Encantado.
La vivienda de este hombre no pasaba por su mejor momento... pero aún así era habitable. Probablemente ni si quiera le dejaran salir a comprar unas nuevas sillas sin ser apredeados, así que esto era normal después de todo.
Los niños jugaban al Edén. No parecían fui afectados por la condena de su hermana, aunque probablemente por su edad ni si quiera se lo habían contado.
-Puros ideales. Durante mi vida he aprendido el daño que las mentiras pueden hacer a la gente. He aprendido a detestar cualquier forma de engaño, en especial si es para beneficio propio y dolor a los demás...y esta encaja con ese prototipo. Además que de siempre, he conocido a los embaucados por la mentira como una gran mayoría y a sus víctimas, las buenas, como una minoría. Todo me parecía muy típico, se ajusta mucho al prototipo que conozco. Además, es lógico que si en esta situación estáis en contra del Mesís es por un motivo de peso. Aunque no fuese así mi forma de ver todo esto, sería cuanto menos inquietante. Supongo que no podría permitir que el Mesías engañase y manipulase a todos por motivos similares por los que vosotros renegáis de él, aunque no estoy seguro. Lo único que le pido es la verdad, y actuaré en consecuencia. Lo cuál no deja de venirle bien, como ya he dicho.

Edgar caminó tranquilamente por la pequeña sala mientras escuchaba tus motivos. Tras acabar, estuvo meditando un buen rato. Finalmente se decidió a hablar.

Esta bien comenzó Tus motivos parecen nobles, pero te advierto de que si me engañas, si eres un enviado del Mesías, si tratas de hacer algo raro…te matare con mis propias manos. Empecemos.

Hace un tiempo llegó a nuestra pequeña aldea ese sujeto que hace llamarse Mesías. Intento convencer a todo el pueblo con palabras vacías. Pero lo que realmente funcionó fueron los “Milagros”. El muy cabrón hizo algunos trucos, tengo que reconocer que no se como, a los que llamó milagros otorgados por Dios para ayudarnos. Fue una estupidez, pero la mayoría del pueblo se lo tragó. Poco a poco, con ocasionales milagros y discursos dedicados al vulgo, todo el pueblo, incluidos los mandatarios, acabaron creyéndole y hay acabó la paz. En cuanto se adueño del pueblo comenzó la caza de brujas. Mi mujer fue una de las primeras en caer porque durante todo el tiempo se negó a creer sus palabras y dirigió varias campañas para convencer al pueblo de que aquel tipejo era un mentiroso. Todas fallidas por si te lo preguntas. Total, desde aquel día toda mi familia esta maldita. Somos unos “Brujos” para el resto del pueblo…

Edgar finalizó el relato con un profundo suspiro.

Ese cabrón miente, te lo aseguro. Su verdadero nombre es Leopold. O al menos es así como escuché que lo llamaba su secuaz más acérrimo. Constantine.

DJ escribió:Edgar caminó tranquilamente por la pequeña sala mientras escuchaba tus motivos. Tras acabar, estuvo meditando un buen rato. Finalmente se decidió a hablar.

Esta bien comenzó Tus motivos parecen nobles, pero te advierto de que si me engañas, si eres un enviado del Mesías, si tratas de hacer algo raro…te matare con mis propias manos. Empecemos.

No tenía de que preocuparme, supongo. Aunque este hombre, en su paranoia, puediera equivocarse y considerarme enviado del Mesías, dudo que pudiera matarme. Sólo tendría que vigilar su concepto de "raro"

Hace un tiempo llegó a nuestra pequeña aldea ese sujeto que hace llamarse Mesías. Intento convencer a todo el pueblo con palabras vacías. Pero lo que realmente funcionó fueron los “Milagros”. El muy cabrón hizo algunos trucos, tengo que reconocer que no se como, a los que llamó milagros otorgados por Dios para ayudarnos. Fue una estupidez, pero la mayoría del pueblo se lo tragó. Poco a poco, con ocasionales milagros y discursos dedicados al vulgo, todo el pueblo, incluidos los mandatarios, acabaron creyéndole y hay acabó la paz. En cuanto se adueño del pueblo comenzó la caza de brujas. Mi mujer fue una de las primeras en caer porque durante todo el tiempo se negó a creer sus palabras y dirigió varias campañas para convencer al pueblo de que aquel tipejo era un mentiroso. Todas fallidas por si te lo preguntas. Total, desde aquel día toda mi familia esta maldita. Somos unos “Brujos” para el resto del pueblo…

¿Milagros? Había oído eso antes...
Por otro lado, el hecho de que llegara a la aldea significaba que había estado antes fuera de esta, sin lengua de fuego que valga. Si fuese el Mesías y simplemente eligiera este pueblo, habría venido al mundo aquí. ¿Puede que sea un parásito nómada de los pueblos? ¿Que se aproveche de los habitantes con sus ilusiones y mentiras hasta ser descubierto, y entonces borra su rasto y viaja a otro pueblo para seguir siendo tratado como un rey en ese nuevo lugar? Con todo lo que había oído, era bastante probable... un mentiroso universal, capaz de engañar al mundo entero para su propio beneficio. Que asco. Bien, lo primero era descubrir como eran esos "milagros". De todas formas, aquello llevaba oliendome muy mal desde hace tiempo... Sólo necesitaba un mínimo indicio concluyente para ya estar completamente seguro. Las cartas a favor de que el Mesías es verdadero son muy pocas comparadas con las que están en contra, pero de estas falta la más importante.

[quote]Edgar finalizó el relato con un profundo suspiro.

Ese cabrón miente, te lo aseguro. Su verdadero nombre es Leopold. O al menos es así como escuché que lo llamaba su secuaz más acérrimo. Constantine.

Constantine otra vez... No lo entiendo. No entiendo como ese niño puede ser así...espera...¿Leopold? Gran Leopold...la taberna...el dueño decía que la había erigido en honor a su...¿nombre? ¡Maldita sea, aquí hay gente que sabe la verdad! Por lo pronto, el tabernero y Constantine lo saben, y seguramente su segundo apóstol también. ¿Pero quién más?
Vamos, Rejenih, relajáte. Aclara tus ideas.
-Primero de todo quiero darle mi más profundo pésame por su mujer-yo nunca había querido a ninguna mujer como para tomarla como esposa, siempre eran cosas de unas pocas semanas(con suerte) pero sabía lo que era perder a alguien así.- De todo lo que me ha dicho, hay dos cosas que me inquietan en especial. La primera son los "milagros" de ese hombre. ¿Que clase de acciones realizaba para convencerlos?¿Milagros típicos de la Biblia, o quizás algo más? ¿Alguno permanece aún cómo comprobable o visible? Y lo segundo es...¿Si sus sirvientes saben que su nombre es Leopold, significa que están con ellos en esta farsa? ¿Constantine, el tabernero de Gran Leopold, su otro apóstol? ¿Alguien más?¿Y porqué te dijo Constantine su nombre?

Edgar escuchó con atención tus preguntas tras lo que suspiró y se apretó las sienes intentando hacer memoria.

Que yo haya visto…han sido tres “milagros”. El primero, el de la multiplicación de los panes y los peces. Con él alimento una tarde a todo el pueblo en una época de hambruna. Luego se le pidió que lo repitiera, pero se negó por no-se-que mandato divino.
En el segundo sanó a un herido que misteriosamente despareció la misma noche en que había sido sanado. El maldito predicador acusó de la desgracia del tullido a sus detractores. Al día siguiente hubo cinco piras.
En el tercero hizo aparecer una lengua de fuego en mitad de la plaza. Dijo que era una muestra de la que tendría que bajar de los cielos en el momento en el que deberá darse a conocer al mundo.

El padre de los Enervith paró de hablar. Inspiró varios segundos antes de continuar.

Oí, furtivamente, que Constantine le llamaba Leopold. En la iglesia, la noche de lluvia en la que asesinaron a mi mujer. Estaba tratando de asesinarle…pero me vi incapaz. Y sí, la taberna se fundó justo con la llegada del nuevo Mesías.

No se que más decirte.

Maldita sea, ninguno permanecía actualmente... según me enseñaron los Jayán, yo tenía la capacidad de ver con más precisión y mejor que otros hombres aspectos sobrenaturales como las habilidades del chamán de la tribu o los ataques de los seres demoníacos... si hubiera podido ver uno, a lo mejor lo veía de forma distinta a los demás, lo que probaría que es un brujo, un monstruo, o alguna entidad así. Sería tremendamente irónico a la par que concluyente. Pero no era así. No comprendía muy bien como funcionaba eso, pero sí sabía que como detector de estas cosas valía bastante.
Y si en todo este tiempo sólo había realizado tres milagros, era iluso esperar uno nuevo antes de las seis. La mejor comprobación que se me ocurría no funcionaría.
En el primer caso dudo que dejaran una sola migaja.
El segundo caso era cuanto menos, sospechoso. Desaparecer así justo tras ser sanado...podría ser que tuviera la razón, pero si tantos detractores tenía, ¿Por qué matarlo justo al sanar? ¿Un arranque de ira quizás? Eso dejaría algo bastante más obvio como para la gente dudara y tuviera que confiar en Leopold. Durante toda mi vida había aprendido pocas cosas de la magia. Una que era portada, en su mayoría, por grandes mentirosos. Otra, que era muy peligrosa para todo aquel que no pudiera verla, y yo era una de las escasas excepciones. Poca cosa sobre las naturalezas que puede tener, mayormente relacionadas con los elementos que mencionaban los filósofos. Y también...también que por muy poderoso que sea el hechicero, la magia nunca es eterna, se agota. Puede ser que la sanación sólo durase un poco, y luego para no ser descubierto acabara con ese tipo.
El tercero...implicaba una coartada segura para poder quedarse en el pueblo el tiempo que quisiera, pero seguía siendo ilógico. Si era el verdadero Mesías sería considerado como mínimo un santo en un par de días. Era absurdo.
Cosas como esta, por separado sólo serían una pequeña inquietud, una sombra de duda, pero juntas adquirían mucha más fuerza, hasta el punto de estar casi seguro de que ese Mesías era flaudulento. Pero aún así sería terrible equivocarme. Sin embargo, esta gente parecía tan normal...no podían ser brujos. Además, si fuesen demonios disfrazados de humanos...¿Yo lo vería, no?
Espera...¿La taberna fundada EXACTAMENTE al llegar el Mesías? Pero eso implicaba...que sabía su nombre desde el principio. Y dudo que le pillara confianza al posible "apóstol" tan rápido. Eso sólo podía indicar que sabían su nombre desde el principio, antes o al intante de la llegada de Leopold. ¿Eran Constantine y el tabernero no otra cosa sino cómplices, cómplices del falso Cristo? De nuevo, la explicación a favor del Mesías no existía.
Constantine dijo "no dudes de nuestras creencias", cosa que no me dijo nadie más, de forma agresiva y tajante. ¿Es por eso porque el sabe la verdad y ve como algo peligroso un tipo armado que podría descubrirlo todo?
Ya está. Son demasiadas cosas. Demasiados fallos, demasiadas cosas extrañas. Es hora de aceptarlo y perder tu última oportunidad de recuperar la fe, Rejenih: Ese hombre es un estafador, un farsante, un mentiroso.

Suspiré.

-Demasiadas cosas extrañas, demasiados fallos y contradicciones. Me gustaría una prueba concluyente, pero no voy a tenerla,y de todas formas no me hace falta: ese tipo es un farsante. Un mentiroso. Y aunque no lo fuera, salvando la vida de su hija no hago mal a nadie, y sí un gran bien. Sólo una última pregunta: ¿Por qué no se marcharon del pueblo en la situación en la que están?

Já, ni que fuera tan fácil. No nos dejan escapar, nos tienen vigilados. La gente más cercana al Mesías no deja que nos alejemos del pueblo. Supongo que no quiere que salgamos de aquí y que podamos informar a otras ciudades de su estafa. Una cosa esta clara…ese cabrón no es quien dice ser. Si de verdad vas a ayudar a mi hija…me gustaría saber como, yo también quiero ayudar. Puedes contar conmigo y con mis dos hijos mayores. Cuéntame el plan.

La mirada de Edgar había cambiado. Ya no te observaba con desprecio, ahora lo hacia con respeto y gratitud.

Ahora estaba completamente comprometido, simplemente no podía fallar. Necesitaba toda la información posible antes de cometer un grave error.
-Antes que nada, necesito un poco más información, información sobretodo esto. ¿Tiene la iglesia alguna vía de escape trasera, como una puerta o ventana? -si no, a menos que fuese especialmente resistente, podría destrozar su pared para hacer un buen boquete, pero prefería lo otro- ¿Se pasan Constantine, Leopold o su otro apóstol todo el día en la iglesia o la dejan a veces para comer o algo similar? ¿Las dos personas que la vigilan, quienes son y que habilidad cree que tienen con las armas? ¿Sabe de que forma está prisionera con su hija? ¿Tienen un calabozo en la iglesia o simplemente lo más probable es que esté atada a una columna? Si no sabe algo de todo esto puedo salir a comprobarlo, pero no me fio tanto de mi sigilo o mi vista. Es importante, también, cualquier detalle que sepa de la disposición de la iglesia y similares, por favor.

Edgar levantó la cabeza y te observó. En su mirada se había esfumado la rabia y la desconfianza. Solo quedaba gratitud.

La iglesia tiene una puerta trasera que da directamente a la sacristía. No esta vigilada y es muy fácil de forzar. Mi hijo mayor puede hacerlo. Los guardias hacen su cambio a las tres de la tarde para irse a comer, ese debe ser el momento en que aprovechemos para entrar. Los guardias son duchos en el manejo de la espada, pero no creo que sean los mejores espadachines del mundo. Mi hija esta atada a una columna en el interior, es donde atan a todos los acusados.

Edgar tomó aire y pensó varios segundos.

El Mesías sale a las dos de la tarde para irse a comer a “Gran Leopold”, Constantine va con él para vigilar que no le pase nada. No suelen volver hasta las cuatro o cinco. Eso es todo lo que se.

Tan fácil no podía ser.
Hmm...Podría ser bastante desafortunado que alguien escuchara esto, simplemente pasando por aquí...o conociendo a esta aldea, puede que incluso cotillen a ver que hacen o dicen en busca de alguna blasfemia para quemarlos...intentaré durante todo este tiempo estar alerta, por si alguien pasa por aquí.

Tirada de Advertir de Rejenih: 50 base + 35 dado=85 de habilidad final
Tenía todo más o menos claro, así que tras una breve divagación en mi mente de unos diez segundos empecé a hablar con seguridad.
-Bien, es obvio que la mejor hora para todo esto es a las tres. Ni Leopold ni Constantine estarán, y como mucho ese segundo apóstol no lo tenemos localizado. Deberíamos intentar entrar sigilosamente por la puerta de atrás, e ir a por su hija. Es iluso pensar que podremos llegar, desatarnosla, llevarnosla y huir de la aldea sin que nos vean ni oigan, así que habrá que buscar algo más complejo. En principio seré yo quién la suelte y la lleve, así, si me descubren exclusivamente a mí(como después de todo supongo que ocurrirá), puedo simplemente decir que quiero "darle su merecido a la bruja". Y fingir que voy a hacerle daño, insultarla, algo así. Entonces llegará usted(todo esto dentro de la iglesia en el momento en que sólo estén los guardias, con lo cuál nos viene perfectamente la hora de comer) y fingirá querer acabar conmigo por intentar hacer daño a su hija, y empezaremos un falso duelo. Ella ya estará sin saco tapandole la cara y desatada, así que podrá apartarse varios metros lejos tanto de nosotros como de los guardias. En principio intentaremos simplemente llevar la falsa pelea como quien no quiere la cosa a la puerta trasera de la iglesia, dejando claro a los guardias que no se interpongan, pero que si yo caigo, entonces vayan a por tí. Si desobedecen o intentan avisar al resto del pueblo, simplemente fingiremos que usted me derrota, y mediante algún tipo de gesto, algún galimatías mientras me señala, ponerme la mano en la frente, algo así, fingirá que utiliza esas "brujerías" de las que le acusan como control mental. Fingiendo ser un títere, me lanzaré esta vez contra los guardias. Entonces reduciremos rápidamente a los guardias(confie en mí, si son unos guardias de una aldea cualquiera soy capaz con facilidad) y los dejaremos insconcientes, inutilizados, algo así. Una mordaza será la mar de útil para que no nos descubran antes de tiempo. Entonces huiremos por la puerta de atrás de la iglesia todo lo rápido que podamos. Si alguien le ve y intenta atacarle no se preocupe, estoy bien protegido-señale a mi armadura, al escudo de mi espalda y al yelmo que asomaba de la bolsa- y los contendré el tiempo que haga falta para que escapen, y no huiré hasta que estén bien lejos. Tendríamos que huir por direcciones distintas y acordar otro punto de reunión, creo que la niebla está empezando a disiparse, al menos a las afueras. Aunque parezca que este plan es excesivamete detallista, confíe en mí, todas las partes son necesarias. Si tiene alguna duda o ve algún hueco o fallo en el plan, simplemente dígamelo y lo cambiaremos como se pueda.
Le miré a los ojos después de todo lo que le había dicho, esperando su respuesta.

El plan me parece perfecto. Será mejor que comencemos ya a ensayar la pelea, el “conjuro” de control el mental. ¡Ah! ¡Eneth! Gritó el hombre y de una puerta lateral salió un chaval de unos veinte años de aspecto desgarbado y descuidado.

¿Sí, padre? Pregunto el tal Eneth. Su voz sonaba rasgada y dolida.

Eneth, vamos a salvar a tu hermana anunció el padre, el rostro del muchacho se iluminó Necesito que vayas a la iglesia y que desde la puerta trasera hagas un mapa de la ruta más directa y menos peligrosa para salir de la aldea.

¿Y eso padre? ¿Quién es esta hombre? Preguntó el chaval mirándote.

No hay tiempo que perder. Ve y haz lo que te digo.

Sí, padre.

Eneth marchó por la puerta que había salido. Al poco salió envuelto en una capa negra y ocultaba su rostro con una capucha. En las manos llevaba un tintero, una pluma y papiro.

Volveré en una hora el chaval desapareció por la puerta.

¿Comenzamos? Preguntó Edgar.

Espero que no apedreen a Eneth por el camino. Ah, míralo, si tiene capa con capucha y todo. Eso solucionaría también como llegaría Edgar a la parte de atrás de la iglesia sin ser detectado por el resto del pueblo. Aunque supongo que a día de hoy podía ser lo mismo... nadie más tenía motivos para ocultar su rostro en esta aldea, al menos que yo supiera. La capucha sería decir a girtos que eres un Enervith...

-Cuando quiera. ¿Tiene armas o armaduras?¿Cuáles sabe manejar? No creo que en un pueblo tan pequeño haya, pero si hay armería tengo dinero de sobra para comprar un par... Además de otras dos armas, aquí dentro.
Abrí mi saco mostrando los dos objetos en su interior, la katana de doble hoja y la espada bastarda.
-Supongo que al ser dos guardias y como necesitamos acabar con ellos lo más rápido posible uno de los dos debería usar la katana doble.
También saqué el estoque de su funda.
-Y esta es un arma de gran calidad, será la mar de útil, porque es tan ligera como una pluma. Será ideal para dejarles a los dos con un brazo o piernas heridos y después dejarlos insconcientes con la grande-señalé a la espada bastarda-no es su intención al ser creada, pero puede usarse como un maza. Luego los dejaremos amordazados en algún lugar aparado, como el confesionario o algo así, y escaparemos con su hija. ¿Usted que tiene?

Edgar observó con asombro la cantidad de arma que llevabas encima y escuchó con incredulidad tus palabras. Aun con los ojos abiertos como platos se dirigió a un armario de la habitación y sacó una cachiporra de madera coronada con varios clavos.

Es…esto es…lo que tengotartamudeó Es un buen arma, creo que será mejor para dejar inconscientes a los guardias. No soy un experto, pero puedo manejarlo.

A continuación dio unos cuantos golpes al aire. Sus movimientos eran bruscos, inexpertos y dejaban muchos huecos en la defensa. Desde luego no era un luchador diestro.

No tenemos armería, pero creo que con lo que tenemos podremos apañarnos. ¿No?

No sabía si reír o llorar. Opté por dejar de lado ambas posibilidades. Negué con la cabeza.
-Las armas de esos hombres eran espadas. Con ese tablón de madera no llegas a ninguna parte... simplemente, un golpe preciso, se rompe tu arma y ¿Qué? Tendrías suerte si logras huir. Incluso una barra metálica o un hacha de leñador funcionaía mejor. De todas formas, sería arriesgado intentar que aprendieras a usar otra arma en las pocas horas que nos quedan... bien, ahora el problema es tu habilidad con las armas. Puede que para fingir vayamos bien si simplemente seguimos unos pasos rápidos pero sencillos, pero si por cualquier motivo intentan atacarle y no puedo detener a los dos guardas a la vez podríamos tener problemas. Por eso intentaré enseñarte a defenderte, sólo por si acaso, en lo más esencial. ¿Recibiste algún entrenamiento de lucha o simplemente es todo improvisado?

No recibí instrucción de combate nunca. Es todo improvisado dijo algo avergonzado, bajó la vista al suelo Pero no creo que necesite saber más para el teatrillo que vamos a montar. Dejémonos de cháchara y entrenemos, pasos simples, pero creíbles. Es simple, lucharemos lo más alejado de los guardias que podamos. Si deciden venir te encargas de ellos y yo sacaré a mi hija de allí.

Edgar dejó de hablar y te miró con firmeza y convicción. Su rostro era el de un hombre fuerte y decidido, el de un hombre que afrontaba los problemas y no se dejaba hundir por ellos. Sonrió.

No se quien eres, no se porque quieres ayudarnos…pero…de verdad que te lo agradezco. Este tipo de cosas me hace ver que aun queda gente buena en el mundo. Gente que de verdad merece la pena.

Tras sus palabras, el padre de familia miró a sus dos hijos pequeños que continuaban jugando a Edén despreocupadamente.

Orgajandh susurró Iremos allí cuando todo esto acabe…

DJ escribió:No recibí instrucción de combate nunca. Es todo improvisado dijo algo avergonzado, bajó la vista al suelo Pero no creo que necesite saber más para el teatrillo que vamos a montar. Dejémonos de cháchara y entrenemos, pasos simples, pero creíbles. Es simple, lucharemos lo más alejado de los guardias que podamos. Si deciden venir te encargas de ellos y yo sacaré a mi hija de allí.

Mejor lo dejo para luego...no podía ir así a combatir. Necesitaba enseñarle al menos algo básico defensivo. Mantener el arma pegada al cuerpo, las trayectorias que un enemigo diestro o zurdo podía tomar con su arma... simplemente, algo que recordara hoy y olvidara mañana, pero que podría salvarle la vida...
Después pensé en que arma debería usar. Aquí la palabra fundamental parecía la velocidad. No podía usar el enorme escudo o la espada que a fin de cuentas era mitad mandoble, debí de acabar con ellos con toda la velocidad posible. No darles tiempo a gritar en busca de ayuda o dar una simple descripción de lo que ocuría. Escucharían unos gritos como mucho. Después de todo, eran unos simples guardas de pueblo. Incluso la katana de doble hoja estaba en segundo plano con estos dos enemigos: carecía de la presión y flexibilidad en el radio de acción útil suficientes como para no usarse con intentos asesinos con facilidad. El estoque, entonces, sin escudo. Ya está, decidido.

Edgar dejó de hablar y te miró con firmeza y convicción. Su rostro era el de un hombre fuerte y decidido, el de un hombre que afrontaba los problemas y no se dejaba hundir por ellos. Sonrió.
No se quien eres, no se porque quieres ayudarnos…pero…de verdad que te lo agradezco. Este tipo de cosas me hace ver que aun queda gente buena en el mundo. Gente que de verdad merece la pena.

Por un momento, me planteé hablarle de todo. De como mi madre, y como el resto de mi vida me enseñó que los hombre viviríamos en una sociedad en la que todo fuese sinceridad sería perfecta. En como el mal y la manipulación eran en esencia perjudiciales para el hombre, pero que sin mentira no tendrían posibilidades de existir.

Como viajé por todo el mundo, cercionando una y otra vez que todos los conflictos que veía provenían, en esencia, de una pequeña y nimia en principio mentira, de un pequeño engaño, que como la semilla de una mala hierba, se iba desarollando hasta pudrir la fecilidad del mentiroso y de los que le rodean.

Decirle que siempre, la minoría sincera que había conocido eran víctimas, víctimas inocentes que en esta injusta sociedad pagaban muy cara su bondad. Víctimas, a las que en su mayoría, nunca logré ayudar, y que ahora buscaba alguien que sí pudiera ser feliz gracias a mí, para sentir no sólo una victoria moral, sino que he cumplido lo que mi madre esperaba de mí. Lo que los gigantes esperaban de mí.

Sí, también me planteé, aunque dejé atrás la posibilidad nada más oírla en mi mente, hablarle de los Jayán, criaturas consideradas monstruos para el hombre, ángeles para mí, seres que por no ser humanos no sufrían los terribles efectos de las mentiras. Como tuve que dejar atrás la humanidad y estas tierras para encontrar una sociedad en que le bien primara sobre el mal.

Pero no podía decirle nada de eso. Mi respuesta fue mucho más escueta.

-Las buenas personas son siempre víctimas. Las malas, maltratadores de las primeras. Por su maldad consiguen injustamente dominar a los bondadosos, porque estos tienen mucho caminos de dominación cerrados, y los pocos que tienen de poco les sirven contra sus némesis. Lo único que hago en salvar una vida. Una vida inocente. Restablecer el equilibrio de como debería funcionar este mundo. Usted habría echo lo mismo. Eso es lo que nos diferencia de gente como Leopold. Nuestro deseo de un mundo justo.

Encontrar a un humano que comprendiera y creyera en esas palabras era un logro, y más una familia entera. También había otro motivo que no le dije, porque ni si quiera quería admitirlo ante mí mismo.

No quería estar solo.

Tras sus palabras, el padre de familia miró a sus dos hijos pequeños que continuaban jugando a Edén despreocupadamente.

Orgajandh susurró Iremos allí cuando todo esto acabe…

No me sonaba nada.
-¿Orgajandh? ¿Es una ciudad o una aldea? ¿Cómo es? ¿A cuánto tiempo de viaje está?