On the road [Prólogo de Karl y Umbopa]

Era un momento de total y absoluta exaltación de mi sentimiento de la raza.
Que mejor momento para entonar el himno de los Parte cráneos.
Nuestro muy amado Vorwärts Über Leichen (Adelante a través de los cadáveres)
En Latín dice algo así como…

“Cuántas veces me has dicho ya “no seas soberbio”
las metas de la izquierda son nuestras metas
Ya sé que nos une la idea del socialismo
pero nos dividen las realidades del racismo
Todos los rojos lo niegan.
Aman a todos en el mundo menos a su propia gente

No hay vuelta atrás, para nosotros no hay vuelta atrás
Cuántas veces hemos salido a cazar por la raza
Y a la vuelta nos reciben como asesinos
Y el zíngaro tras la puerta de su negocio.

¡CRISTALES ROTOS!

No hay vuelta atrás ante el odio y los cadáveres.
Otra vez la han vuelto a cagar
Y desde hace dos años, todos marcados por los judíos.
La igualdad no cabe en el mundo de los poderosos.

¡CUCHILLOS LARGOS!
¡HEIL MATHEW!
¡CUCHILLOS LARGOS!
¡CRISTALES ROTOS!


Tirada de estilo para cantar.
Base 10 + Dados 43 = Total 53

@ Karl

Intentaste entonar con precisión el himno de los Partecraneos, por desgracia nunca habías sido un buen cantante y menos con aquella mascara que hacía reverberar el sonido. Aún así tu creías que lo estabas haciendo bastante bien pues siempre te henchías de orgullo al entonarlo, había tanta verdad albergada en aquellas palabras...

Mientras observaste con alegría como el Coktel explotaba y el fuego se extendía a velocidad de vértigo, que la casa fuera de madera estaba ayudando y que el coktel hubiera reventado en una de las paredes hacía que el techo estuviera comenzando a arder con lo que pronto se provocaría un derrumbamiento.

Sonreíste satisfecho.

@ Umbopa

Comenzaste a correr por el destartalado pasillo, las puertas que estaban abiertas dejaban ver en su interior salas extrañas llenas de extraños artilugios que no entendías. Lo único que sabías lo que era eran vendajes llenos de sangre y cuchillos de filo muy pequeño que también lucían tintes rojos. Llegaste al final del pasillo, una puerta abierta daba a una sala vacía en la que una de las paredes lucía un enorme hueco... por hay había caído tu extraño compañero antes. Que, por cierto, estaba en el jardín de la casa con la mano derecha extendida al frente y parecía que trataba de cantar algo, aunque más que cantar aquello parecía más como si estuvieran matando a un cerdo, un cerdo muy chillón.

Aquello era de locos.

Por desgracia no habías encontrado por donde subir. Saliste de nuevo al pasillo ¡Vaya! No te habías dado cuenta de que las escaleras seguían subiendo hasta el tercer piso. ¡Ouch!

Toda aquella parafernalia morbosa de las habitaciones era sumamente extraña, pero el olor a sangre y muerte era el mismo de siempre y acabo con cualquier gana que hubiese podido tener de investigar las habitaciones.
Pero lo más impactante, sin embargo, fue observar el perturbado comportamiento del humano enmascarado.

- ¡¡Kili mamillioni ulaanifu!! - (¡¡Mil millones de maldiciones!!)

¡¿Pero que demonios estaba haciendo aquel idiota?! ¿Acaso la visión de los espíritus le habia enloquecido por completo? A pesar de su temor a ser descubierto Umbopa no pudo evitar asomar la cabeza por el enorme hueco y gritarle una advertencia.

- ¡¡Tonto!! ¡tú correr, correr, rapido, rapido, antes espiritus venir por tí! -

Acto seguido salió corriendo escopeteado hacia la escalera (jo, mira que no darse cuenta antes...) que comenzo a subir atropelladamente y poco menos que corriendo a cuatro patas.

- No debí de gritar, seguro que los espiritus me han oido... ¡¡Ahora vendran a por mí!!... Ohhhhh, mal dia, mal dia... -

Cuando ví a aquel estúpido negro asomarse tan patéticamente por el hueco que mi esbelta figura había dejado en la pared dejé de cantar en el acto...

-¡BLOODEN ARCONTE! (Sangre del arconte)

Dije sorprendido justo antes de cojerme los hígados y descojonarme de risa.

¡¿Á que coño venían los espíritus en todo esto?!

En fin...luego preguntan porque los odiamos...
¡Si su propia mentalidad los lleva a la autodestrucción!
¡Cualquier zíngaro idiota sabe que cuando un incendio te sorprende hay que salir del edificio cuanto antes!

Entonces recordé la pequeña aventurilla en Torda con el barril de brea y aquello me produjo unas carcajadas todavía mayores.

-...vale, tal vez todos no...!!

Solo me quedaba sentarme en el cesped y contemplar como ardía aquella mierda de casa.
Incluso vendría con sorpresa pues unos estupendos gritos de dolor de un negro mientras muere me alegrarían la noche...

El puesto era mío.