En la Posada [Kalenden y Serghei]

¿La niña? Pu...pues...bien. Es una simple gripe.

Sino le importa tan bien me gustaría conocer lo que sabe usted sobre la leyenda que aterra a Orgajandh el día de hoy. Celina ya nos ha contado algo, pero tal vez usted se conozca otra versión o algún detalle que ella desconozca. ¿Nos haría el favor de satisfacer nuestra curiosidad?

En cuanto a la historia... ya ha visto como le he recibido debido a ella, así que cualquier cosa al rrespecto se agradece.

Pues ahora que lo nombráis… Gabriel se acercó a vuestra mesa y arrastró una silla para sentarse junto a vosotros… la historia de Karel es una de las más sombrías, oscuras y sumidas en el misterio que he oído en mi vida.

El ocultista se detuvo unos segundos, dejó que sus palabras hicieran efecto en vosotros antes de continuar con la historia.

No os voy a aburrir con la leyenda porque parece que ya la habéis oído, yo os voy a contar mi propia historia…la historia de cuando casi morí bajo el filo de su katana.


Era noche entrada y mi mujer y yo permanecíamos atrincherados en nuestra casa, habíamos tapiado puertas y ventanas e íbamos armados con utensilios caseros. Creíamos que nada podría pasarnos, pero nos equivocábamos. Antes de que pudiéramos darnos cuenta el asesino estaba en nuestra habitación, nos miraba con los ojos de un loco y portaba su arma desenvainada y chorreante de sangre.
-Buenas noches… - dijo en voz baja.
Solo fueron dos palabras, pero las recordare el resto de mi maldita vida. Es indescriptible el miedo que sentí en aquel momento, el terror que me invadió, deje de pensar racionalmente y no pude hacer otra cosa que lanzarme a por él. Tenía que defender a mi mujer.
Con un simple movimiento de su katana me derribó. El corte fue superficial pero sangraba muchísimo. No podía apartar mi mirada de aquellos ojos que me observaban con curiosidad. Entonces Karel hizo algo que me desconcertó. Sacó una moneda y la lanzó al aire.
-¿Cara o Cruz? – preguntó.
La moneda caía. No podía hablar, estaba mudo.
-¿Cara o Cruz? – repitió.
El asesino estaba a punto de coger la moneda.
-¡Elige! – exclamó.
La moneda caía.
-¡¡Cara!! – fue lo único que salió de mis labios.
La moneda cayó en la palma de Karel.
-Eres un hombre con suerte. – fueron sus últimas palabras antes de irse por la puerta de nuestra habitación. No volvimos a verle.

Tras aquella experiencia me interese por todo este mundo del oc… de la medicina. Para intentar salvar vidas.

Gabriel observó con atención vuestros rostros incrédulos. Era hora de usar su arma secreta. Lentamente se fue desabrochando la camisa que llevaba como última capa de ropa. Observaba vuestros rostros como si disfrutara de aquel momento.

En su pecho había una cicatriz recta y limpia.

Asombroso, no muchos pueden decir que han estado al filo de la muerte y sobrevivir a la experiencia. Asentí sobre el asunto mirando a Kalenden, el corte estaba hecho por las manos de alguien muy diestro lo cual no me daba muchas esperanzas de salir de esta usando el acero, aunque antes tampoco tenías tantas. Gabriel le importaría compartir ahora que se va, la hubicación de su casa, es por si me veo obligado a dejar el local y buscar refugio. Comprenda que soy un viajero y aquí no conozco a nadie. Por supuesto pagaré como si de una noche en la posada se tratase en tal caso.

Tirada por persuasión de Serghei: 54 + 20 = 74

Ya tenía lo que quería de él, pero antes de que se marchase prefería saber donde encontrarlo en caso de necesitarlo. Ese interés suyo por lo oculto podría ser útil en todo este lío. Ahora me faltaba esperar para ver como se desarrollaban los acontecimientos y tener un rato para aclararle el asunto a Kalenden aunque me temía que Celina realizará su aparición antes. Tan solo esperaba que Karel no prefiriese venir en el intermedio con la monedita.

Escuché con atención la historia y, sobretodo, observé fascinado la herida. Si realmente era un corte superficial, el causante de aquella cicatriz esgrimia sin duda un buen acero, seguramene con cierta destreza.

"Aquí está la prueba de que hacía bien creyendo la historia. Karel o alguien que se hace pasar por él existe, y para colmo está como una cabra. A saber lo que habría hecho de salir cruz..."

-Un gran valor al enfrentarse a Karel portando sólo utensilios caseros... -comenté finalmente.

No dije mucho más. Dejé hablar a Serghei y, si la persuasión no funcionaba posiblemente le metiera miedo en el cuerpo al hombre, sólo un poquito, para que cantara. Aunque preferiría evitar problemas, no quería tener sin localizar a aquel sujeto que, al parecer, tanto sabía y tanto callaba. Había dudado al decir su profesión...

Gabriel sonrió ante el comentario de Kalenden.

Jajaja, sí fui valiente, sí el ocultista parecía divertirse con aquella anecdota, y más aún con vuestra impresión ante su cicatriz. Luego miró a Serghei y prestó atención a su petición. Claro, mi casa esta nada más salir de la posada en línea recta. Tras pasar la plazoleta de la fuente. Es la casa con un blasón en la puerta Gabriel sonrió Suerte esta noche chicos. Lo que todos necesitamos es suerte justamente. Bueno, me tengo que ir.

El ocultista se despidió de vosotros con su huesuda mano y luego se marchó por la puerta principal.

Por fin solos.

"Nada más salir de la posada en línea recta, pasar la plazoleta de la fuente y buscar al casa con un basón en la puerta. Parece sencillo, los pueblos pequeños tienen esta ventaja. Tratré de acordarme.."

Parecía que, al fin, estaba a solas con Serghei y podíamos intercambiar opiniones sin ser molestados. Debíamos aprobechar el valioso tiempo del que disponíamos antes de que Celina volviera, así que fui al grano.

-Muy bien, ahora que estamos sólos, vayamos al grano y cuentame lo que has averiguado. -no quería parecer nervioso, pero quería oírlo cuanto antes- ¿Algo extraño, fuera de lo común? ¿Brujería, ocultismo, hechicería o algo así? ¿Algún ser extraño? ¿Miembros no propios de un humano como por ejemplo... alas?

Esperé a la respuesta de Serghei. Sólo esperaba que Celina no los interrumpiera en sus "conspiraciones", seria realmente violento.

Por fin un momento para recapacitar del asunto e intercambiar opiniones con alguien, en este caso Kalenden. Se veía que mi comportamiento había disparado su ansiedad sobre el asunto porque me cosió a preguntas, pese a la urgencia del asunto puesto que Celina podría sorprendernos en cualquier instante por lo que preferí susurrar.

Tranquilo, te cuento. La niña es adoptada, la encontró en el cementerio vagando y llorando por un dolor en la espalda. Al parecer le está saliendo algo, pero no lo comentaron, yo creo que es algo de índole sobrenatural. Puesto que Celina admitio que si se enterasen en el pueblo la gente les prendería fuego o las apalearía hasta matarlas. Gabriel ha admitido que el problema le venía grande pese ha haber hecho exorcismos y hablar con los muertos un par de veces. Él le aconsejo que se deshiciera de la niña aprovechando la nieble y ella se ha negado en redondo. Pero lo importante es que no se han puesto de acuerdo en la excusa que nos han dado y no será dificil pillar a Celina en la mentira. Hice una pausa para dejar que procesara la información y continué. Dime que piensas y tu opinión sobre destapar la mentira o dejarla pasar.

En caso de destapar la mentira ¿Qué haríamos después? ¿Ser cómplices? ¿Entregarla? ¿Chantajearla? Desde luego una cosa estaba clara, Orgajandh había trastocado todos mis esquemas y pensamientos anteriores sobre el mundo y la cosa no tenía pinta de acabar por el momento.

Así que la niña era adoptada... Bueno, por lo menos eso demostraba que Celina no se acostaba con extraños seres sobrenaturales, aunque no servía de mucho más. Sin embargo, el resto del relato era mucho más útil. Motivos para ser quemada, el hecho de que Gabriel supiera de ocultismo, cosas que salen en la espalda... Todo era excelente para reafirmar una cosa: Aquella niña no era, para nada, normal.

-De acuerdo. Creo que ambos coincidimos en que la "hija" de Celina no es lo que se dice una niña humana normal. -yo también hablaba bajito, como antes- Tu has oído que a la niña le está creciendo algo en la espalda. Yo esta mañana he oído ruidos extraños... concretamente lo que juraría que era el ruido de unas alas al intentar volar. Si fuera cristiano aseguraría que Celina tiene un angel escondido... pero eso seria tremendamente raro, y que lo diga alguien como yo es mucho.

Hize una pausa, en parte para respirar y en parte para fijarme en cómo se había tomado Serghei lo del ángel, si como una broma absurda o como algo preocupante. Ni siquiera yo estaba muy convencido de aquello, mis pruebas eran muy poco creíbles.

-En cuanto a lo de destapar al mentira...-continúe tras la breve pausa- Por lo que se ve celina mira por el bien de la niña, y teoricamente no es asunto nuestro. Pero nos ha estado engañando, y si la gente miente en algo puede mentir en otras cosas. Además, aunque lo haga por su bien, dudo que a la cria le siente muy bien vivir encerrada. Tendríamos que averiguar la manera de que lo acabe contando ella...

Tras acabar de hablar, esperé su respuesta.

¿Alas? ¿Como una paloma? Puse cara de tratar de imaginarmelo hasta que comentó lo del ángel. Yo me imaginaba algo menos... menos... alado. No se, una cara de diablo en la espalda o algo así... ¿Estás seguro en lo de las alas? ¿Y que son de plumas? Podrían ser de piel... como las de un murcielago. Al comentar que no era cristiano mire a un lado y a otro por reflejos, al tiempo que me colocaba el dedo índice en los labios instándolo a guardar silencio. No digas eso ni en broma, por estas tierras se quema a gente en la hoguera por mucho menos. Dadas las quemaduras que mostraba y algunas más que estoy seguro que ocultaba la ropa ahora mismo deberían de estar cruzando por la cabeza de mi interlocutor imágenes poco amistosas.

Me parecía extraño que Kalenden supiese distinguir el sonido de unas alas de tamaño humano intentando ser utilizadas, pero no tenía motivos para llevarle la contraría y por lo que había escuchado podía ser perfectamente posible.

Tras asentir a lo que me contaba sobre la mentira le miré seriamente. ¿Crees que esto puede tener algo que ver con Karel? No se, si estamos en lo cierto y esa niña es un ángel. ¿No podría haber sido mandada para acabar con la maldición que asola a este pueblo? Tal vez me adelantaba a los acontecimientos, pero siempre que aparecía un ángel en las sagradas escrituras era para obrar un milagro. No sabía si pensaba con claridad en todo este asunto, pero tantas cosas extrañas me tenían sobrepasado. Solo me faltaba que un lagarto volador del tamaño de una casa atacase el pueblo para terminar de hacer la colección.

"En estas tierras se quema a gente en la hoguera por menos, dice. Que intente cualquiera de estos aldeanos acercar a mi una cerillita y seré yo quien lo queme vivo".

No sería la primera vez que pasaba a fuego y acero a unos aldeanos poco hospitalarios. En Moth la gente era supersticosa, y por usar sus poderes un público o incluso simplemente por su gran tamaño muchas veces era acusado de monstruo o demonio. Tampoco le importaba... Siguió con la conversación.

-Bueno, segurísimo de haber oído concretamente alas de plumas en la espalda no estoy -acepté, en respuesta a la pregunta sobre el aspecto de las alas- pero me jugaría el hacha a que oí un aleteo y luego la niña cayó y se hizo daño, así que puede que intentara volar. Si lo intentó con alas de paloma, de murcielago o de pollo creo que es lo menos importante...

No pude evitar sonreír un poco ante la idea de Serghei de que la niña fuera un angel salvador. Al parecer él sí era cristiano, o por lo menos guardaba influencia de esa religión. La idea de una niñita desplegando las alas y enfrentandose a un psicópata con katana era, cuanto menos, absurda.

-Dudo que se trate de el típico angel salvador que va a liberar a esta gente del malvado asesino - le contesté finalmente- Aunque es posible que sí tenga alguna relación con Karel, o que la pueda tener. Al fin y al cabo Celina se la encontró en un cementerio ¿No? Desconocemos todo de su pasado... y de sus otros poderes. No sabemos si además de las alas tiene otras... "cualidades especiales".

A pesar de que existía la posibilidad de que la niña estuviera relacionada con Karel, y ultimamente todo lo me que pasaba lo estaba, hubiera preferido que no fuera así. Ya era complicado el asunto de la maldición como para añadirle una cría con alas.

Supongo que solo habrá una manera de averiguarlo. Al final no había más remedio que inmiscuirse en el asunto. Quizá solo sirviera para incordiar a Celina pero no me podía quedar con los brazos cruzados sin hacer nada. Probablemente de haberlo sabido con anterioridad no me hubiese deslizado por el pasillo para escuchar la conversación a escondidas, por eso me digo siempre de no interferir con asuntos ajenos sino "dejar el mundo correr".

Vamos a acabar con este asunto de una vez. Alcé la voz para que Celina pudiese escucharme desde el otro cuarto. ¿Celina, podrías rellenarme la jarra? Todo este asunto me está dando sed. Lo mejor era atraerla con una excusa normal, para evitar que viniese a la defensiva. Si este tiempo de vendedor ambulante me había enseñado algo era que la predisposición era un factor importante. Susurré de nuevo.Déjame hablar a mi primero y después tu entras para meter presión.

Unos pasos resonaron al otro lado de la puerta de la cocina, se escuchó un tintineo de cristal y a los pocos segundos salió Celina con una nueva jarra de espumosa y fría cerveza. En su faz se dibujó una amable sonrisa mientras se acercaba a vosotros y depositaba la jarra en la mesa. Aprovechó la silla que había colocado Gabriel para sentarse junto a vosotros.

Que callados habéis estado dijo con tono de burla amistosa Serghei a ver si te vas a poner contento con tanta cerveza y esta noche te vas a dormir seguía con el mismo tono pero aquello sonó más a consejo Bueno, hablando enserio, deberíamos ponernos a tapiar puertas y ventanas. No pensaba que iba a tener ayuda, pero la verdad es que se agradece. Bueno, tengo los maderos en la cocina…así que ¿Cuándo empezamos?

Volvió a sonreír. Desde luego los posaderos eran profesionales de la actuación, de eso no os cabía duda.

Si, lo de Karel nos tiene sobrecogidos. Aunque hemos estando charlando con Gabriel. Nos ha contado que la niña está bien, que tan solo son unas paperas y que pronto estará como una flor, tambien nos ha contado su relato de como sobrevivió a Karel. Lo cual me hace pensar que tapiar puertas y ventanas solo servirá para tenernos encerrados como ratas. Espero a la respuesta de Celina, el único modo de que no la cojamos en la mentira será que comente lo de la gripe y visto que Gabriel se lo sacó de la manga lo tenía dificil. La trampa estaba puesta y solo había que esperar a que el ratón se acercase.

Tras escuchar su respuesta que presuponía erronea desde un principio indico a Kalenden con un leve toque con el pie bajo la mesa que es su momento de meter presión. Tan solo esperaba que no se sobrepasase para no asustar demasiado a Celina.

"Mi turno, supongo. Vamos a intentar lo de la presión. Esto va a ser complicado sin agarrar por el cuello y amenazar de muerte como es costumbre..."

-Oh, sí, tuvimos una buena charla con Gabriel antes de que se marchara. Un tipo un poco extraño, pero interesante, parece ser muy bueno contando historias y saber bastante de Karel y cosas parecidas. ¿Es extraño en un médico, verdad? De hecho ha sido muy poco explícito en los detalles de la enfermedad, nos ha contado que no era nada grave y poco más. Esperaba un galimatías lleno de tecnicismos en alguien de su oficio. Para ser médico me parecío poco interesado en la medicina...

Decidí que primero debíamos asaltar el asunto de Gabriel y su oficio. Así, nos acercabamos indirectamente al de la niña, pues un ocultista trata temas muy distintos a los de un médico. Además, seguro que estaba más dispuesta a hablar, y hasta quizás decir la verdad, de Gabriel que de su hija.

Kalenden, desde que entraste por esa puerta he sabido que las cosas iban a cambiar Celina de pronto se había puesto seria…parecía una mujer a punto de confesar todos sus delitos Luego apareció Serghei…dos extraños que habían aparecido en mitad de la neblina y habían decidido hospedarse aquí. El destino se trunca siempre. En fin… ¿Para que seguir mintiendo? Estoy harta…y si esta es mi última noche al menos prefiero morir con la verdad por delante.

Daba la sensación de que se iba a poner a llorar en cualquier momento. Pero a la vez parecía sentirse liberada, estaba descargándose con vosotros. Por fin ibais a obtener respuestas. Celina miró melancólica por la ventana. Continuó hablando.

Gabriel es un ocultista, ha venido a visitar a mi hij…a la niña porque no es normal. Tampoco es mi hija, la encontré en el cementerio llorando…parecía abandonada y la traje aquí. Tengo 27 años y no tengo ni esposo, ni hijos, comprendedme. La niña se quejaba de que le dolía la espalda, noche tras noche lloraba sin descanso, yo trataba de ocultarla. Hasta que una noche cesó. Corrí a la habitación y me la encontré llena de sangre, me asuste, pero la niña seguía viva. Por fin descubrí que era aquello que le destrozaba la espalda.

La posadera bajo la vista, había terminado su relato. Estaba abatida.

Ahora ya conocéis la historia. ¿Queréis verla?

"Vaya, ha sido fácil hacerla hablar. Supongo que no aguantaba más sus propios secretos..."

La mayoría de las cosas ya las conocía, pero la historia de la niña me había conmovido. Pocos podían comprender más que yo lo doloroso que podía ser descubrir prematuramente un don sobrenatural... mis quemaduras eran prueba de ello.

-Primero de todo, Celina, gracias por tu confianza. -dije finalmente y, sorprendentemente, mi amabilidad era sincera y no interesada- A mi personalmente sí me gustaría conocerla, en parte me recuerda a mi de niño. No me ha torturado nada al espalda pero... Bah, da igual, vayamos a verla. ¿¿Cómo se llama, por cierto?

Mierda, casi les soltaba más de lo que debía. No me gustaba contar mucho de mi, mucho menos hablar de mi don y mis previos problemas con él....

Escuché a ambos y lo cierto es que no me sentía tan identificado con el problema como Kalenden. Al fin y al cabo ¿Quien lo haría con una niña a la que le sale algo de la espalda y en el proceso pringa una habitación con sangre? Eso me hizo ver a Kalenden con un nuevo punto de vista. ¿Qué ocultaría él? Esas quemaduras bien podrían ser por un incendio o porque trataran de quemarlo... Lo mejor era dejar el tema pasar por el momento, ahora la prioridad eran Karel y la niña. No deseaba aumentar la lista de problemas con uno nuevo.

Ante la interrogante que proponía Celina asentí con la cabeza y me levante del asiento a la espera de que ella misma nos guiara. Celina, antes de entrar me gustaría comentarte que una familia no son solo lazos de sangre. Tenlo en mente si decides criar a esa niña. Yo había vivido exiliado de mis padres, pero en el camino encontré uno adoptivo que ha hecho de mi el hombre que soy ahora y sin duda siempre lo recordaré como a un padre más que como un mentor.

Bien, entonces fueron las únicas palabras de la posadera. Acto seguido se levantó lentamente y escuchó las palabras que Serghei le dijo. No pudo evitar que una leve sonrisa se dibujara en su rostro, a pesar de todo, parecía que había conocido gente buena y tolerante. Y eso, en aquellas tierras de superstición y oscuridad, era muy difícil.

La niña se llama Myrrh os dijo Era el nombre de mi madre, la llame así en su honor. No os asustéis al verla, sobretodo, aparentar tranquilidad para que no se asuste. Es una chica muy dulce y enseguida os cojera confianza.

Celina no pudo evitar que se le iluminaran los ojos al hablar de la cría. Desde luego, daba la sensación de que la amaba como si se tratase de su propia hija. En aquellos momentos parecía que la intranquilidad, la niebla y Karel habían desaparecido, lo único que importaba le importaba a Celina era una niña pequeña.

Vamos allá.

Enfilasteis el pasillo con Celina a la cabeza. No podíais evitar los nervios que os devoraban. Por fin habíais conseguido lo que tantos quebraderos de cabeza os había dado. El pasillo se os hizo tremendamente largo, pero al fin alcanzasteis la puerta de la habitación número cinco. Celina abrió. El interior era bastante simple y desprovisto de muebles excepto por una cama grande y una mesita de noche. Por el suelo había una muñeca de trapo, la única pista que pudisteis ver de que había una niña.
La posadera os dejó pasar y cerró la puerta tras vosotros, luego se dirigió al fondo de la habitación, donde aguardaba la puerta de lo que parecía un armario empotrado. Celina extrajo una llave de su bolsillo.

¿Mamá? Preguntó una voz al otro lado.

Sí, cariño. Vengo con dos amigos que quieren conocerte.

Clock. La puerta se abrió lentamente.

Al otro lado había una niña pequeña, de unos doce años. Tenía el pelo morado muy bien peinado y sus ojos eran de un intenso color rojo. Su tez era pálida, tan blanca como la nieve. Pero, desde luego, nada de eso podía hacer que apartarais la vista de las pequeñas alas de murciélago que salían de su espalda.




Hola os dijo la pequeña sonriendo.

Mientras que caminamos como si se tratase de una procesión por el pasillo rumbo al cuarto no puedo evitar recordar la historia de mi niñez y ver similitudes con la situación actual. Yo también temí que me quemasen en una hoguera, tube suerte de que mis padres consiguiesen tan "solo" un exilio. A veces me pregunto que tal estarán, entonces es cuando recuerdo que estén donde estén se las arreglarán mejor sin mi.

Al entrar en el cuarto echo un vistazo alrededor buscando a Myrrh para poder echarle el primer vistazo. Mientras que trato de encontrarla surge la voz de una niña del fondo de la habitación preguntando dubitativamente por su madre, centro mis sentidos en esa dirección encontrando un armario empotrado. ¿La tiene metida en un armario? Desde luego tiene miedo, aunque no se si es de que la encuentren o de que se pueda escapar. Con una llave Celina abre el cerrojo y tras un instante que parece eterno la puerta comienza a abrirse dando a luz a la niña que saluda con un tímido hola. Esto descarta completamente la idea de que pudiese ser un ángel.

Me agacho para ponerme a su altura y así ser una figura menos intimidante. Hola Myrrh, yo soy Serguei. Tu mamá nos ha hablado un poco de ti y no hemos podido resistir la tentación de conocer a una niña tan guapa. ¿Qué tal estas? Trato de hacer una primera aproximación lo más amigable posible, bien se sabe que solo hay una oportunidad de dar una 1ª buena impresión y no quería agobiarla con más preguntas.

"Pues más que un ángel parece una diablilla"

Era un pensamiento bastante estúpido, pero fue lo que primero me pasó por la cabeza. Pelo morado, ojos rojos y alas de murciélago. Personalmente, y en questión de gustos, me parecía mucho más agradable que el típico angelito ñoño de los cristianos, pero podía entender porque Celina tenía tal miedo de que los pueblerinos supieran de la existéncia de Myyrh. Eso sí, lo de encerrarla en un armario... quizás era un poco excesivo. Daba igual, ahora tocaba presentarse a la niña.

Iba a ser complicado, esperaba no asustarla con su siniestro aspecto. De todos modos ella sonreía, quizás no fuera muy asustadiza. Por si acaso se agachó, al igual que serghei, para no intimidarla con mi gran tamaño. También intenté que mi pelo cubriera lo más posible la parte quemada de mi cara.

-¿Cómo estás, Myrrh? Yo me llamo Kalenden. Somos amigos de tu mamá y nos ha contado que eres una niñita muy buena y simpática. ¿Quieres que seamos amigos tuyos también?

Sonreí. No solía sonreír a menos que fuera una sonrisa de medio loco para sustar a la gente, así que intenté que no fuera una sonrisa muy grotesca. Aún así logré esbozar una sonrisa de amabilidad para la niña. En el peor de los casos, podía pensar que en mí habían cosas mucho más intimidatorias que una sonrisa mal interpretable...

La niña se os quedó mirando con cara sonriente. No tardó mucho en salir del armario y agacharse para recoger su muñeca de trapo, luego miró a su madre como si le estuviera haciendo una pregunta muda. Celina se limitó a asentir y Myrrh se acercó a vosotros dubitativamente.
Para sorpresa de ambos la cría se puso enfrente de Kalenden. Miraba las quemaduras con cara de asombro y curiosidad. Extendió su pequeña mano para tocar las viejas heridas del guerrero.

Myrrh, no ordenó la posadera. La niña apartó enseguida la manita.

¿Por qué? Preguntó, su voz era dulce y aguda, propia de una niña de su edad. De nuevo Celina se limitó a negar con la cabeza. ¡Jo!

Myrrh se cruzó de brazos e hizo un mohín como si estuviera enfurruñada. Inevitablemente sonreísteis, a pesar de esas alas parecía una niña completamente normal.

¿Vais a ayudar a mi mamá con el malvado Karel? La pregunta de la chiquilla os pillo desprevenidos. No pudisteis evitar mirar a Celina con cara de reproche, los niños no debían oír ese tipo de historias.

Ya conocía la leyenda cuando la encontré… fue la justificación de la posadera.

Desde luego no era lo que me esperaba del asunto, pero era una niña más a excepción de las alas a su espalda. Observe su reacción ante las heridas de Kalenden y lo vi normal en un niño, o le daba miedo tales heridas o causaba fascinación. Myrrh optó por la segunda opción, pero como el modo tan brusco en que la paró Celina me pareció extraño. Aunque pensándolo bien era normal que la sobreprotegiera. Aún así la niña seguía teniéndo armas para continuar sorprendiéndonos como la pregunta tan directa y haciendo un cambio de tema súbito. Me tomó un momento pensar algo que responder ya que me había pillado totalmente de improviso.

Si, ahora íbamos a ayudar a Celina con el asunto de tapiar las ventanas y puertas. Tal vez cuando terminemos nos puedas hacer algo de compañía si a tu mama no le importa. Esperaba con eso apaciguar su curiosidad sobre el asunto y con todas las salidas tapadas no corría peligro de ser descubierta, podría salir del armario y era mejor que estubiesemos juntos esta noche en la que Karel visita la ciudad.

Al parecer su extraña condición no había afectado a la niña, que se comportaba como una chiquilla normal. Parecía bastante curiosa y fácil de impresionar. Era normal, pensé, había pasado gran parte de su corta vida entre aquellas paredes, casi todo lo que venía de fuera debía de ser para ella un gran descubrimiento. El hecho de sentir curiosidad y no miedo por alguien como yo era la prueba. Por eso me ssorprendió que ya conociera la leyenda de Karel... y aún más que ya la supiera sin que Celina te la contara.

-Sí, chiquilla, yo y Serghei somos valientes héroes venidos de muy lejos y os defenderemos a ti y a mamá de ese malvado Karel y de un dragón si hace falta. -le respondí. Un bandido y un vendedor ambulante tenían poco de valientes héroes defensores, pero estaba seguro de que aquella versión gustaría mucho más a al niña. Yo habría dado todo a mi edad por conocer un héroe de leyenda- Por cierto ¿Cómo sabes lo de ese villano? ¿Te contó alguien la historia de Karel, Mirrh?

Esperaba que Mirrh confiara en mi lo suficiente para contarmelo, si es que lo recordaba. Tenía un as en la manga para ganarme su confianza, pero quizás Celina no accediera...

Sí, me la contó un hombre muy raro. Tenía los ojos un poco cerrados y el pelo muy largo dijo la niña Me contó la historia en el cementerio, pero no recuerdo nada más. La chiquilla sonrió con inocencia.

Al parecer sufre de amnesia, no se acuerda de nada antes de estar en el cementerio os comunicó Celina que permanecía a vuestra espalda.

Sí, eso que dice mamá, amonsia

La verdad es que aquella niña, a pesar de su inocencia y dulzura, parecía una caja de sorpresas ¿O sería más bien una caja de Pandora que no convenía abrir? Desde luego no se os pasaba por la cabeza ningún motivo aparentemente razonable para que alguien le contara una leyenda así a una niña en un cementerio. Era absurdo.

Bueno, cariño comenzó la posadera Vas a tener que quedarte en el cuarto un ratito.

¡No quiero!

Tienes que hacerlo, pero en cuanto hayamos terminado de cerrar la posada podrás salir a jugar con nosotros. La posadera se acercó a su hija adoptiva, como vosotros, se arrodilló y le tocó con el dedo índice la narizita. Solo será un rato ¿Vale?

Bueeeeno de nuevo Myrrh se cruzó de brazos. Sonreísteis.

Chicos dijo la posadera ¿Me ayudáis a tapiarlo todo?

"¿Ojos cerrados, eh? Me jugaría el hacha a que se trataba de uno de esos orientales raritos. Según la leyenda Karel mismo era mitad oriental, así que la cosa concuerda bastante"

Al escuchar la pregunta de Celina asentí con la cabeza y me levanté para centrarme en la labor.

-Al tajo, pues. ¿Dónde has dicho que estaban esos tablones, Celina?

Aquello iba a ser fácil. Para un hombre corpulento como yo clavar unos cuantos clavos con un martillo sería pan comido.

¿Hombre de pelo largo? ¿Podría ser el mismísimo Karel? ¿Tendría que ver con su obsesión por el azar? Desde luego si los aldeanos descubrían a Myrrh el asunto no pasaría con mucho orden.

Vamos a empezar cuanto antes, así Myrrh podrá salir cuanto antes del cuerto. Decidí pasar de largo por el momento la enorme mentira de Kalenden, por muy niña que fuese, nos acababa de conocer y perdería toda la confianza de conocer la verdad. Me gustaría saber que le contará sobre las "aventuras de heroe" cuando salga de la habitación y le lance la andanada de preguntas sobre el asunto.

Celina, dinos donde tienes los materiales y empezamos con el asunto. Aunque veía inutil este tipo de barrera contra Karel por la historia de Gabriel, si que sería útil para Myrrh por lo que no tenía incombeniente en ayudar. Además que con suerte Celina nos haría un descuento o incluso llegar a no cobrarnos.