Las profundidades del Infierno [Serghei, Kalenden, Rejenih]

Rejenih Siegal escribió:
Espero que hayáis disfrutado del espectáculo. Sayonara

Hablé en yamato, tan rápido como pude. Lo cual no era mucho... después de todo llevaba mucho años sin tener que hablarlo fluidamente más que en ocasiones puntuales.

-¡Espérá! -mierda, con las prisas creo que he acentuado mal. Respira... relajate...- Espera. Por... favor. ¿Tú... hiciste esto? ¿Porqué?.

Hablaste en yamato, bastante mal, pero conseguiste articular las palabras con lentitud y esmero. Por desgracia tus palabras se perdieron en el aire y se mezclaron con el cántico mortal que silbaba entre los troncos.

El no obtener respuesta os puso más nerviosos. Vuestra agitada respiración fue lo único que alteró la tranquilidad de Gehena durante varios segundos. Y entonces el silencio fue roto por Kalenden.

-Un... un momento. ¿Quién eres? ¿De qué hablas? No tengo ni idea de qué es eso de Sayonara pero te aseguro de que si es el nombre de algo o alguien no tenemos nada que ver. No... ¡argh! No tenemos nada en contra de ti, no sabemos quién eres. ¿Qué... qué quieres de nosotros, a qué has venido?

De nuevo las preguntas se perdieron en la nada y no fueron contestadas. Poco a poco os fuisteis relajando, vuestro ritmo cardíaco se fue normalizando y vuestro cuerpo empezó a destensarse. Vuestros músculos estaban terriblemente agarrotados y el cansancio ya estaba haciendo mella en vosotros, y eso que apenas llevabais unas horas en el interior del bosque.

Pasaron varios minutos que aprovechasteis para relajaros un poco, pero sin perder la formación de combate ni envainar las armas.

Kalenden extrajo la Esfera de Búsqueda disimuladamente y comprobó el camino a seguir. Había que seguir internándose en la dirección en la que había aparecido Arc.

Habría que seguir caminando. ¿O quizás era mejor pararse a hablar? Una mirada de odio se cruzó entre Kalenden y Rejenih.

....

¿Ya estaba? Es decir... ¿Todo aquello para nada, un simple susto sin consecuencias? Maldita sea, lo que fuera aquello se había burlado de nosotros y se había ido tan campante... Sin embargo, era mejor. Cansados y heridos (aunque el dolor emepzaba a marcharse poco a poco) no podíamos hacer nada contra algo serio, así que era un alivio que no nos hubiera hecho mal alguno. Sin embargo...

¿Y ahora qué? ¿Seguimos como si nada hubiera pasado?

Sin que se me ocurriera anda mejor que hacer, saqué unos instantes la bolita para comprobar hacia dónde nos teníamos que dirigir. La muy zorra señalaba hacia dónde el chamuscado Arc se había escapado corriendo cual gallinita.

Argh... esa maldita cosa nos envía directos hacia el piskolero ese... Y posiblemente hacia el pirado ¿Qué hacemos, grupo? ¿Nos tiramos al lago de cabeza?

Les dirigí una mirad a mis compañeros mientras guardaba de nuevo el orbe. La de Rejenih iba cargada con un odio especial, no le iba a perdonar aquella herida aunque hubiera demostradoser más poderoso o suertudo de lo que aparentaba. Sin embargo ambas esperaban una respuesta, aunque posiblemente para quitarle tensión al ambiente lo mejor sería seguir caminando mientras cada cual intentaba olvidar sus preocupaciones.

Se había marchado. Al parecer no le había importado lo más mínimo que le contestara en Yamato. Pues vaya... al menos ahora sabía que ese extraño latido no era nada grave. Por lo menos no me asustaría si había una próxima vez.

Lo que estaba claro es que lo había provocado esa chica, así que al parecer, al igual que Arc y probablemente Karel, la gente de aquí tenía un extraño sentido del humor.

Podrían haberlo llamado bosque de los pirados en vez de bosque de Gehena...

A los pocos segundos de que todo se relajara por fin, me dirigí pitando a donde Kalenden había creado su llamarada contra Arc, en busca de su cuerpo. Sabía que si siguiera vivo nos habría disparado, pero necesitaba comprobar si lo habíamos matado, o si quedaba algún rastro de él. Después de que aparecierá en un árbol un pistolero o lo de los latidos me esperaba cualquier cosa así que estuve atento a mi alrededor.

Tirada de Buscar alguien o algo más que árobles y matojos por el camino a donde estaba Arc de Rejenih: 30 base + 79 dado= 109 de habilidad final

Tirada de buscar de Rejenih el cuerpo de Arc o cualquier huella que dejara su cuerpo caído en las hojas: 30 base + 10 dado= 40 de habilidad final.

Tirada de Rastrear de Rejenih si el cuerpo no está por cualquier resto que dejara como huellas o similares al esquivar el fuego o marcharse: 15 base + 68 dado= 83 de habilidad final.

Rejenih Siegal escribió:
Tirada de Buscar alguien o algo más que árobles y matojos por el camino a donde estaba Arc de Rejenih: 30 base + 79 dado= 109 de habilidad final

Tirada de buscar de Rejenih el cuerpo de Arc o cualquier huella que dejara su cuerpo caído en las hojas: 30 base + 10 dado= 40 de habilidad final.

Tirada de Rastrear de Rejenih si el cuerpo no está por cualquier resto que dejara como huellas o similares al esquivar el fuego o marcharse: 15 base + 68 dado= 83 de habilidad final.

Nada os acechaba desde las sombras, no había nadie ni nada. Solo árboles y soledad.

El lugar donde debería estar el cuerpo de Arc era un montón de hojarasca calcinada que se retorcía. La mayoría estaba ya apagada. Buscaste un poco y pudiste encontrar unos cuantos mechones de pelo semi-quemados. Nada más.

Tras ellos buscaste algún rastro de huellas. Solo había dos marcas de botas, probablemente de cuando había saltado desde el árbol.

Ningún rastro que seguir, pero... su cuerpo no estaba allí, así que era obvio que debía seguir vivo.

Pues a partir de ahora aunque se tarde más tendremos que ir por lugares con muchas hojas caídas y pocos árboles, para oírle si viene de lejos y que no tenga la ventaja de la altura.

Y entonces... miré a Kalenden.

La verdad es que me he dejado llevar por la ira y le he hecho más daño del que me conviene... puede que haya cosas aquí que yo no pueda afrontar solo. Espera, creo que me estoy precipitando.

¿Puedo seguir pensando en él como un aliado si quiera?

Primero hagamosle hablar, veamos si puedo fiarme de él...

Mientras volvía hasta estar a dos metros escasos de Kalenden volví a dejar todo en su sitio y sacar sólo el estoque. Lo alcé en su dirección, en una pose amenazante.

-En tu vida de mentiras te concedo la oportunidad de decir por una vez la verdad. Contestáme... ¿Por qué buscas a Mir? ¿Por qué alguien como tú, que tan fácilmente incurre en el odio y las mentiras, alguien que no se habría metido aquí ni aunque Gabriel ofreciera recompensa por salvarla, está en esta empresa? ¿Cuáles son tus motivos?

Podría reconducirlo por el buen camino, o podría deshacerme de él. Todo dependía de sus acciones.

Sin apartar la mirada de Kalenden hablé a Serghei.

-Serghei, tú le conoces mejor que yo: sabes como es. ¿De verdad quieres tener como aliado a alguien como él?

El viejo se dirigió corriendo hacia dónde le había asado la cabeza al piskolero. Al parecer buscaba algo, posiblemente el cadáver del tipo para saquear sus pertenencias.

-Vaya otro pirao, también. -comenté en voz baja- Bueno, cualquiera le lleva la contraria después de lo que ha hecho, ¿Verdad? -sonreí, tenia pensado abordar aquel tema con humor, por lo menos hasta estar preparado para abbordarlo con ira vengativa.

Así pues seguí al viejo, a un paso mucho más calmado que el suyo. Esperaba que Serghei me siguiera. No le sería dificil aún con la herida de la pierna, ahora yo también estaba en malas condiciones.

Si el viejo había encontrado algo, ya se lo había guardado o era invisible. No había rastro del piskolero, aparte de mucha hojarasca calcinada por un servidor. No me habría extrañado que el tipo hubiera desaparecido calcinado entre las llamas confundiendose con las hojas quemadas, me había empleado a fondo en quemarle bien la cabeza. Aún así lo dudaba, era complicado matar a alguien de esa manera si se le dejaba escapar.

El viejo formuló una pregunta.

- Si buscas al piskolero no lo encontrarás -Le dije antes de responder. Me ahorré los insultos despreciantes, por lo menos esta vez. No tenía ganas de que me ensartarán ora vez- Si está muerto no quedarán más que cenizas del cadáver y si está vivo hará ya mucho que habrá escapado.

"No habría sido así si hubieras ido a por él y no a por mi, maldito psicópata... Y ahora... ¿Qué me ha preguntado? Oh, lo de mis motivos. Maldito viejo, acabas de atravesarme y sigo aquí con vosotros ¿No te parece suficiente prueba?"

Y así mismo le respondí.

-Mi motivos no te importan, viej... Rejenih. Debería de serte suficiente prueba de que soy de fiar el que siga aquí después de que me agredas y me atravieses de lado a lado. Pero para que no entres otra vez en berserker matandonos a todos te diré que esa niña me recuerda a mi, cuando era más joven. Tenemos mucho en común, los dos, ella y yo... sonreí, imaginando lo que se le debía de estar pasando por la cabeza con esa explicación- Además, tengo una deuda para con su madre, tengo que evitar que el dolor de este horrible mundo la vuelva alguien como tu o como yo.

Ya se lo había dicho, y no iba a decir más. Ni por asomo le contaría lo de la moneda ni tampoco lo de las alas.

No hay que confiar en los tipos que dicen siempre la verdad. No te metirán, pero tampoco mentirán si se lo pides. Eso puede ser peor que alguien que siempre miente, y es mucho más dificil enfrentarte a ello.

Kalenden dijo lo que yo ya veia y despues repitio sus excusas de antes.

Me imagine a una niña con el rostro de Kalenden... no fue lo que se dijo una imagen muy agradable.

-Lo que dices... no tiene sentido. No actuas como alguien que se adentre en un bosque maldito lleno de pirados en busca de una niña por el simple hecho de que te recuerda a ti cuando eras joven... todo el resto de tu comportamiento niega tus palabras. ¿Que clase de persona hace eso y luego afirma que agradeceria a Karel las proximas cuatro muertes? No me hagas reir. Kalenden, en esta vida las mentiras son la raiz del mal, de su existencia desciende todo el sufrimiento que conocemos. Piensa en una persona que te haya hecho sufrir... en alguien a que en el pasado odiaras profundamente, en el ser mas malvado que hayas conocido. Preguntate que habria sido de su vida sin mentiras, sin poder engañar. Habria sido atrapado y encarcelado, ¿Verdad? ¿No lo ves igual que yo? ¡Si mientes, si engañas, solo generas sufrimiento para ti y para los que te rodean, pronto o tarde! ¡Ahora contestame, y dime la verdad!

Por ahora Kalenden tiene pinta de ser un malo por ignorancia y no por deporte, pero aun asi... seria un caso complicado.

-Aun puedes cambiar tu vida por el buen camino, Kalenden, aun estas a tiempo.

Lo que me imaginaba. El viejo no sólo questionaba lo que le decía si no que me soltaba un discurso moralista. Bufé hastiado. No estaba seguro de querer continuar con aquella conversación. Sus palabras podrían haber engañado a otros, pero no a mí. Es cierto que había sufrido a un hombre mentiroso, pero si todos aquellos que me llamaban monstruo hubieran mentido en su opinión hacia mi yo habría sido mucho más feliz. Y si en vez de mostrar su sentimeintos homicidas mi padre se los hubiera guardado, posiblemente él y mi madre estarían vivos y yo no tendría esa mierda de quemadura en la cara. Posiblemente estaría en Goldar orgulloso de combatir al lado mis amigos de la aldea por mi clan.

-Estás obsesionado con las mentiras -dije finalmente- Y esa obsesión te impide ver el verdadero mal que habita en el mundo. Las mentiras no son si no un arma, muy popular entre todas las personas, pero un arma al fin y al cabo, y el que se niega a usarla cuando la necesita está cometiendo un suicidio. Si yo siempre dijera al verdad posiblemente me habrían intentado quemar por brujo. - Mi maestro el cura me había enseñado lo que se hacía con los brujos. Siempre había sentido curiosidad por saber cómo de atónitos se habrían quedado los espectadores cuando las llamas en vez de quemarme se apartaban. No pude evitar sonreir por dentro, pero ahora era yo quién lanzaba mi discurso moralista- No, no se trata de mentiras ni verdades. Se trata de personas, de seres humanos como tú y como yo. El ser humano es algo despreciable, causa de todos los males existentes, y también de esas mentiras que tanto asco te dan. Si el ser humano fuera exterminado, todo iría mejor. Pero existe el problema de que un pequeño reducto de personas, entre las que no nos encontramos ni tu ni yo, no merecen esa aniquilación. Son personas muy escasas, pero existen. Yo ya he cometido demasiados crímenes y pecados para ser uno de ellos, y no poder seguir cometiendolos sería un atentado para mi libertad, así que no vas a cambiarme. Pero no por ello voy a perdonar al resto de personas despreciables, ser como yo no los salvará de mi, pues combato el fuego con fuego. Consigo que los seres despreciable de este planeta, como lo son la mayoria de humanos, prueben su propia medicina al sufrir un ser igual de despreciable.

Tomé aire. Había soltado una buena parrafada. Sonreí y tuve que contenerme para no reírme de mi mismo. No tenía ni idea de lo que estaba ahciendo, nunca había sido un hombre de palabras. Pero ya había empezado.

- Por eso quiero encontrar a esa niña. La mantendré alejada del dolor y del mal de este mundo para que pueda crecer sin que su corazón inocente se corrompa. No permitiré que el dolor la destruya por dentro como a mí. Voy... voy a ayudarle a conseguir lo que yo nunca conseguiré.

Bajé la cabeza. Odiaba aquello, odiaba mostrar aquellos sentimientos de impoténcia, me hacían débil. Mierda.

- ¿Satisfecho? Pues basta de charla, estamos perdiendo el tiempo. Andando, no pienso pararme hasta que anochezca, y puede que decida seguir andando bajo la luna

No podía ver lo que contemplaban mis ojos y escuchaban mis oídos. Apenas un instante intantaban matarse a acero y fuego, ahora les daba por ponerse a discutir chorradas filosóficas. Nosotros estábamos en Gehena, buscando a una niña que probablemente este secuestrada o siendo perseguida por un asesino, nos hemos encontrado con habitantes de este lugar que parecen tan peligrosos como él y ellos discutiendo, haciendose ver lo diferentes que eran. ¿Acaso todo el mundo perdía la cabeza aquí dentro?

Mirad los dos, este no es ni el momento ni el lugar. Esta discusión puede alargarse demasiado y no estamos en situación de perder el tiempo. Cada segundo que pasa es un segundo que dejamos a una pobre niña expuesta a los peligros del lugar. Si quereis discutir os pido que espereis hasta que por lo menos salgamos de este bosque maldito, ahora no os queda más remedio que confiar el uno en el otro o mataros. Y está visto que la segunda opción es una muy mala dado el lugar en el que estamos.

Yo tenía mis propias opiniones del asunto que discutían, pero no era momento de entrar al trapo. Pocas personas dan su mano a ceder en una discusión que han perdido claramente y desde luego no consideraba a ninguno de los dos de ese tipo. Lo mejor era tratar de aplazar el momento de la discusión y seguir juntos, quizá con suerte llegarían ha hacerse amigos y dejar esta discusión inconclusa de por vida. Tenía un objetivo y lo que pensaba que sería una ayuda se estaba convirtiendo en la mayor fuente de problemas.

Ante las palabras de Serghei me encogí de hombros y señalé el punto del bosque en el que habías empezado hablar, a unos cuantos metros.

-Si no puedes confiar en tu aliado, en las personas en las que viajas en un lugar como este... ¿Qué te queda? De todas formas seguro que ahora por lo que ha hecho Arc estará obsesionado por acabar conmigo. Ha recibido su castigo y el castigo por el resto de sus mentiras y ahora sabéis que podéis confiar en mi habilidad contra Karel, Arc, o contra cualquiera besia del bosque. Pero en fin, ya sé lo que quería. Sé que Kalenden podría tener motivos para salvar a Mir, mucho más que antes. Adelante, y ecojamos con cuidado el camino a tomar.

Seguí divagando en mis pensamientos, aunque tenía las ideas claras simplemente las repasaba mientras me adentraba en la dirección que esa extraña brújula había señalado, a la velocidad suficiente para que Kalenden y sobretodo Serghei me siguieran.

Las mentiras no son un arma, son el único escudo que tienen. Si no existiera, la maldad sería erradicada del planeta en cuestión de horas. Y son la raíz de ese mal del que hablas, Kalenden, porque sus males se extienden como el contagio de una enfermedad.

De todas formas tus palabras son reveladoras, más que suficiente. El típico criminal que si se viera a sí mismo, sin saber la condición de quién observa por una máscara, también se odiaría a sí mismo y puede que incluso intentaría matarse.

Sin embargo todo esto proviene del odio que siente hacia los demás, un odio con el que probablemente ha pasado a la genelización y odia a gente que si hubiera conocido antes de su misantropia habría sido un gran amigo para él.

La única forma de purificarle es que conozca una sociedad, un pueblo, un grupo de personas que sean esas "excepciones" de las que habla, personas capaz de tratarle como uno más y en pocos días el mismo apartará la necesidad de mal y mentira de su vida.

Mir es un buen comienzo... pero en caso de que esto no termine, en caso de que su odio siga existiendo, se convertirá en un peligro para los que le rodean, tanto puros como malvados.

Y si es así, si continuas con tu odio y tu guerra contra la humanidad tendré que matarte, Kalenden, porque si no, cuando consigas más poder... te convertirás en el próximo Karel. Un desquiciado asesino que se cree con capacidad de jugar con las vidas de los demás.

En fin... veamos como es todo esto...

Miré fijamente la zona de detrás de los árboles, buscando en lugar más seguro: uno espaciado, sin muchos árboles en los que Arc o cualquier amenaza con un simple arco pueda subirse, y muchas hojas caídas para oír a las bestias poco prudentes desde kilómetros.

Continuasteis vuestro avance entre la espesura. Era Rejenih quien iba a la cabeza y trataba de llevaros por sitios menos peligrosos y con pocos árboles. Aunque era bastante difícil, por no decir imposible, encontrar algún lado sin árboles. Tratabais de seguir lo más fielmente la brújula, que os internaba cada vez más en Gehena.

A las pocas horas los árboles habían cambiado. Seguían siendo negros y sin hojas, pero ahora sus ramas eran más densas y se entrelazaban las unas con la otras formando un techo artificial que no dejaba pasar el sol. A partir de aquel momento no había más remedio que internarse en la inmensa e infinita noche del tercer estrato de Gehena. Así que vuestros pasos continuaron.

Parasteis para descansar una hora que aprovechasteis para comer, beber y reponer fuerzas. Kalenden aprovechó para analizar su herida y tratar de taparla mejor pues sangraba. Serghei por su parte trató su herida de la pierna. Tenía mejor aspecto pero los puntos estaban demasiado tirantes.
Rejenih echó un vistazo a su grupo. Estabais en unas condiciones que daban pena, quizás era peligroso seguir adentrandose en las profundidades del infierno oscuro. Estaba claro que a partir de allí las cosas iban a ponerse más complicadas, siempre sería de noche y el suelo estaba despejado de hojarasca por lo que algún animal os podría acechar en silencio, o vosotros a él.

Solo había una cosa que no cambiaba, aquel incesante viento que soplaba entre los árboles. Seguía susurrando palabras a vuestros oídos.

Más que un bosque en sí parece un montón de bosques uno detrás de otro... dos metros de nada, de suelo sin árboles, y de repente la vegetación cambiaba radicalmente hasta convertirse en "ramas techo", lo cual daba la impresión de que siempre es de noche. Y encima la condenada brisa no para de añadirle un toque aún más siniestro. Eterna noche... ¿Se refería Arc a la noche de verdad o a la noche de esta parte de Gehena? Lo que está claro es que no debía bajar la guardia.

El suelo, despejado. Cualquier bicho podría intentar atraparnos y no le oíriamos si sabe lo que hace al acechar. Arc incluido.

-Creo que estamos de acuerdo en que este es la por ahora peor parte de este bosque. Los árboles no dejan ver un pimiento, y en este suelo un lobo o algo parecido podría atacarnos sin que nos dieramos cuenta hasta que sea demasiado tarde. Por no hablar de Arc... podría referirse a esta parte del bosque con la noche, y no a la noche real, por así decirlo. Tendremos que o buscar un sitio seguro, o atravesar este estrato lo más rápido posible. ¿Vosotros que decís?

Esperé su respuesta alternando la mirada entre uno y otro.

Oh, al fin un descanso. Comimos, bebimos, nos sentamos y pude echarle un ojo a la herida, que seguía sangrando la muy condenada. Aquello era justo lo que necesitaba. No estaba muy cansado, pero sí herido y estresado. No me importaba la oscuridad, podía ser tu aliada para esconderse aunque también ayudara al enemigo. Lo que molestaba, como de costumbre, era ese madlito viento. Parecía que el maldito intentara hablar con nosotros.

"Viento de mierda, si quieres decir algo dilo más claro, o mejor cállate de una puta vez"

Miré a mi alrededor, a mis compañeros, y me miré a mi mismo. Aquello se ponía cada vez más siniestro y nosotros estabamos hechos mierda, hablando claro. Como si fuera fácil plantarle cara al pirado en condiciones normales, hacerlo tal como estabamos iba a ser un infierno. Y ahora sabíamos que probablemente nos lo encontraríamos, pues nos habíamos topado con su colega el piskolero. A lo mejor sería una buena idea pararnos ahí esta noche... aunque odiaba perder tiempo, cada segundo podía ser vital. El viejo habló, aquel sitio lo tenía tan cagado como a cualquiera, se podía ver.

-Este sitio es peligroso, sí, y creeme, no me gustaría estar en él mucho tiempo. Pero no creo que ni al amigo Serghei ni a mi nos siente muy bien una marcha forzada, y dudo que haya sitios seguros en esta parte del bosque. Tus dos opciones son bastante imposibles de conseguir. A pesar de esta oscuridad aún tiene que quedar un poco para la noche, cuando entramos era de día. Yo opto por caminar un par de horitas más, al ritmo que podamos, y luego acampar. Así al día siguiente estaremos descansados y listos para enfrentar lo que sea.

"Bueno... no lo que sea, pero seguro que estamos en condiciones mucho mejores que si atravesamos de golpe y corriendo lo que nos queda."

El ambiente era tétrico, incluso para los canones de Moth, si salía de este bosque con vida procuraría no poner un pie dentro denuevo aunque al parecer por fin habían acabado las discusiones y pudimos marchar por el bosque hasta llegar a una zona claramente diferente. Cuando el hambre pudo con nosotros hicimos un alto para llenar el estómago y Rejenih aprovecho para hablar sobre nuestro itinerario.

Nada nos dice que lo que vayamos a tener delante no sea peor que esto, por lo que darnos prisa y llegar agotados a ese tipo de lugar no lo veo prudente. Propongo seguir como hasta ahora hasta una hora más adecuada para descansar, entonces ya veremos como acampamos. Con suerte nos encontraremos con algún refugio natural o algún punto fácilmente defendible para nuestras horas más frágiles mientras continuamos. Desde luego, cuanto más alejados estemos de ese claro a la hora de reposar mejor.

Creía haber dejado clara mi postura, por otro lado esta maldita pierna me estaba matando. Porque diablos no se podía haber curado ya, desde luego Karel pagaría por esto de alguna forma si nos volvíamos a cruzar en un futuro. Aún no sabía como, pero lo pagaría.

Al parecer Serghei estaba más o menos de acuerdo conmigo.

-¿Ves? Lo lógico es eso, seguir avanzando como hasta ahora un rato y más tarde, cuando ya empieze a tocar descansar de verdad, pararnos en algún sitio. Aunque, a menos que querais subiros a los árboles, no se me ocurre qué refugio natural puede ahber aquí, donde no hay más que un montón de arboleda medio muerta

Me levanté, ya habíamos descansado bastante por ahora.

-Bueno, ya hemos perdido mucho tiempo, lo suyo sería continuar caminando. Ya descansaremos más luego.

Dicho eso, saqué el orbe para comprobar dónde estaba el camino correcto.

La esfera señalaba al interior del bosque, como siempre. Con pasos cansados y hastiados emprendisteis de nuevo vuestro viaje. Rejenih iba a la cabeza con la mirada atenta a cualquier movimiento o ser que os acechara. En medio iba Serghei apoyandose en su muleta improvisada, iba pesarosamente, aquel camino se le estaba convirtiendo en un maldito infierno. Ya no solo era el dolor de la pierna, si no también lo incomodo que era ir en muleta por un bosque.
Kalenden finalizaba la marcha, una mano puesta en el mango de su hacha, la otra agarrandose el costado en el que tenía la herida.

El silencio os acompañó durante toda la caminata. Ninguno tenía ni los ánimos, ni las ganas de hablar. Además de que cuanto menos llamarais la atención mejor.

Y así pasaron tres horas.

El cansancio ya hacia mella en vosotros así que, por elección de la mayoría, decidisteis parar a pasar la noche. Pero antes era bastante sensato buscar un lugar que no fuera en mitad de la arboleda.

Tirada por Buscar del grupo (Pondré la más alta): Rejenih: 94 dado + 98 dado + 33 dado + 30 base =255

@ Rejenih

Os separasteis unos poco metros para buscar un buen lugar donde pasar la noche. Mientras caminabas por tu zona te tropezaste y al caer intentaste agarrarte a algo, con tan buena suerte que tu mano asió una cuerda. ¿Una cuerda que caía de un árbol? Echaste un vistazo a la copa de los árboles, en uno de los más bajos había una plataforma de madera. Podría llamarse una "Casar del árbol" aunque no era precisamente eso. Al parecer la cuerda era la escalera.

@ Todos

Kalenden y Serghei se acercaron a su compañero todo lo rápido que pudieron. El sonido del tropieza les había llamado la atención.

Con ojos atónitos observasteis el perfecto refugio que había encontrado vuestro compañero. Parecía que Rejenih era muy hábil.

Horas vacías.

Durante todo ese tiempo de dura caminata en tensión, en la que pasaba la mitad del tiempo buscando un camino seguro mientas avanzaba y la otra mitad esperando a Kalenden y Serghei y oteando todos los árboles por miedo a que Arc apareciera para volarme la cabeza.

Todo ese tiempo en tensión ni si quiera me dió tiempo a divagar como hacia la mayoría del tiempo para matar el rato. Tenía que pensar el asunto de Kalenden más seriamente, pero...

Entonces noté como, tras todo el día caminando y la mayoría del tiempo en tensión, el cansancio hacia mella en mí. Y al parecer no era el único que respiraba con dificultad. Acordamos dividirnos, aunque sin estar a más de unos metros del punto en que nos perdíamos de vista mutuamente, y entonces...

¡Maldita raíz!

Noté como el suelo se precipitaba hacia mí. Estaba tan distraído buscando una cueva o algo similar que había tropezado con una simple raíz. Intenté inútilmente, o eso creía agarrarme a algo... y para mi sorpresa encontré algo a lo que asirme y no caerme de narices. Una cuerda. Seguí su trayectoria con la mirada, y encontré lo que parecía una casa en las ramas de los árboles.

-¡Kalenden, Serghei! ¡Venid! He encontrado algo.

Mientras venían examiné todo con más atención. El árbol no tenía una escalada fácil... era obvio que la cuerda era necesaria, pero aún así...

Cuando llegaron, señalé a la plataforma de madera.

-Se sube por esta cuerda de aquí. Puede que tengáis problemas, para subir, pero... lo primero es comprobar si hay alguien allí. Supongo que estara habitada, aunque puede que el dueño esté fuera. ¿Subo yo primero y lo compruebo? Habrá que intentar ser amables con él, porque esto es un escondite perfecto...

-¡Kalenden, Serghei! ¡Venid! He encontrado algo.

Al oir los gritos me dirigí raudo hacia allí. La madre que lo parió... "algo" era una cuerda que dirigía a una gran plataforma de madera montada encima de un árbol. Iba a ser un poco chungo subir por ahí, pero qué demonios era el refugio perfecto.

-¡La madre que me parió, qué puta suerte! -mi primera reacción fue de alegría, pero luego, pensándolo un poco mejor...- Un momento, estoy seguro de que esto ya tiene dueño. Es más, tiene toda al pinta de ser una trampa o algo, seguro que allí arriba está el tal Arc a punto de atravesarle el cerebro al primero que se asome.

Un momento..., cállate, inútil, que ya va él. Si es una trampa y se lo cargan siempre puedes echar a correr.

-Bueno, vale, sube y si no hay peligro avisanos que subiremos. Pero mejor subete contigo la espada, a saber lo que hay arriba.

Miré la casa durante unos instantes. Eso bastó para poder negar las palabras de Kalenden.

-Esta justo en esta parte del bosque en la que las ramas lo tapan mejor... las hojas están colocadas para esconderla, de forma que parece artificial... y está bastante camuflada, supongo que será de la misma madera de estos árboles de aquí. Si fuese una trampa, estaría fácilmente a la vista para que la encontraramos seguro y al subir nos volaran la cabeza. Lo cual significa que no es una trampa, pero que probablemente el que vive aquí se tomó varias molestias para no ser detectado... o simplementa para que no le molesten. Lo dicho, comportaos...

Me acerqué a la cuerda. El árbol parecía resistente. Busqué la forma más apropiada para trepar por ahí y me puse a ello.

Tirada de Buscar de Rejenih: 62 dado + 30 base= 92 de habilidad final

Tirada de Trepar de Rejenih: 65 dado + 15 base= 80 de habilidad final

Escalaste hasta la casa del árbol sin demasiados problemas. Al llegar arriba comprobaste que estaba vacía. Era una única salita tapada por un techo de ramas y hojas. En el interior no había nada y si había habido algo ya no estaba ni había dejado huellas o marcas.

Entraste dentro y pudiste comprobar que el suelo y las paredes estaban llenas de polvo y humedad. Eso indicaba que no había sido limpiada en mucho tiempo.
El suelo crujía un poco pero parecía estaba, seguramente podría aguantar el peso de todos sin muchos problemas.

Era el lugar idóneo para pasar la noche, de eso no había duda. Así que sin más dilación llamaste a tus compañeros y les ayudaste a subir, pues ellos solos lo habrían tenido difícil. Una vez dentro solo os quedaba poneros cómodos y pasar la noche, eso sí, si no encendíais un fuego, ibais a dejar de ver pues la oscuridad reinante no dejaba de acrecentarse. Debía estar cayendo la noche.

Fué fácil escalar eso, tanto la cuerda como el árbol eran lo bastante resistentes como para subir arriba sin problemas. El que fuera que había hecho eso había elegido bien.

-Es fácil de escalar, tranquilos. Luego os ayudo, pero no hay peligro.
Me acerqué a la puerta sin dejar de mirar a mi alrededor, pero no había nada. Al principio llamé a la puerta por si había alguien dentro, pero...

O está fuera de casa o es sordo. Y dudo que alguien esté fuera de un refugio así en un bosque como este...

Abrí la puerta.

Esto no ha sido limpiado en semanas como mínimo... ni si quiera hay huellas en el polvo. Esto está claramente abandonado. Mejor, no me gustaría cruzarme con alguien que tenga que huir tan desesperadamente de la sociedad como para vivir aquí...

Me asomé.

-Está vacío y tiene pinta de llevar mucho tiempo abandonado. Es el lugar pefecto para pasar esta noche. Venid, os ayudaré a subir.

Fué fácil, la verdad. Simplemente no podían usar como es debido las partes de su cuerpo, y en tal caso les ayudé subiendolos yo. Serghei pesaba como una pluma, y Kalenden costó más tiempo que esfuerzo.

Me metí en la casa y esperé a que ellos también entraran.

-Estaría bien memorizar el camino que tomemos para pasarnos por aquí con Mir a la vuelta... ya que hemos encontrado esto vamos aprovecharlo del todo.

- Mejor nos ocupamos de eso luego, cuando nos marchemos. -respondí al viejo.

Observé el lugar en el que ibamos a pasar la noche. Aquel sitio estaba verdaderamente sucio y polvoriento, pero iba a servir. Era un sito bastante oculto y podríamos dormir allí sin problemas. Por si acaso, recogí la cuerda y la subí toda arriba para que nadie pudiera trepar por ella si no queriamos.

"Oh, vaya, esto empiza a oscurecerse."

Desde luego, cada vez la luz era menor, posiblemente se hacía de noche. Habría que encender alguna antorcha para vernos, aunque no podíamos encender una hoguera de campo, habríamos quemado el árbol entero. Bueno, eso no iba a ser problema.

-Parece que esto se pone oscuro, vamos a necesitar luz si no queremos matarnos de una caída. Habrá que encender una vela o una antorcha. ¿Quién se encarga de hacerlo?

Estaba de humor, aquel sitio iba a ir estupendo, por fin un golpe de suerte después de todas las dificultades. reí mi propia broma y arranqué una rama cercana.

Me dispuse a prenderle fuego. Cómo imaginaba que si usaba todo mi poder iba a quemar la casa, decidí usar el pdoer de crer fuego y el de reducirlo al mismo tiempo

Crear Fuego:
Potencial: 20 base + 78 = 98 (3 intensidades) + desequilibrio = 120 (5 intensidades)
Proyección: 60 + 77 = 137

Mitigar Fuego:
Potencial: 20 base + 34 = 54 (-1 intensidad) + desequilibrio = 80 (-3 intensidades
Proyección: 60 + 85 = 145

Sonreí, había obtenido un resultado bastante satisfactorio, cada vez le pillaba más el truco a aquello. Quizás me había pasado un poco a la hora de reducir la llama, pero seguía sirviendo. Además, seguro que así no quemabamos nada.

-Cuando durmamos habrá que apagarla, o si hacemos guardias sostenerla el que le toque hacerla. Todo esto es madera y no quisiera prenderle fuego.

Aprecié la idea de Kalenden de recoger la cuerda. Ahora, en el improbable caso de que alguien encontrara esta casa igual que yo, tendría que escalar ese árbol sin ayuda, y además lo bastante sigilosamente como para que no le oyera ninguno de nosotros. Esto es un escondite perfecto.

Miré a Kalenden fijamente.

La verdad es que no merecía un escarmiento tan... brutal como el que le había dado.

Supongo que me había dejado llevar por la ira, y al verle armado había actuado haciendo lo propio...

Además, a fin de cuentas llevarle por el camino correcto es una manipulación... seguro que le caigo mejor si el ayudo con esa herida, y que me vea con buenos ojos resultará toda una ayuda para eso.

Y que puñetas, es un aliado contra Arc y Karel, no me conviene que esté medio roto.
Contuve una sonrisa al oír su pregunta.

Iba a hablar, pero ya se adelantó él y lo creó de la nada sin avisar. Bueno... supongo que no hay nada malo en que veamos bien todo, así que no podía sacarle problemas a que ahora usara su poder. Pero aún así... bah, dejalo, Rejenih.

-No creo que hagan falta guardias... es de noche, y ya me costó encontrar esta casa de día, aparte de que tendría que conseguir trepar el árbol sin la cuerda, de forma lo bastante silenciosa como para no despertarnos. Deberíamos preocuparnos por descansar bien para poder avanzar mucho mañana y estar en condiciones si nos enfretamos contra Arc, Karel o cualquier bestia del bosque.

Después le miré, suspiré trágate tu orgullo Rejenih y dije:

-Dejame mirar esa herida, a ver si puedo hacer algo para tratarla... te necesitamos en plenas condiciones mañana, pues perseguimos los dos una misma misión bastante... arriesgada... aparte, la verdad es que me pasé con ese golpe, pero estaba preso por la ira. Venga, si la dejamos sin tratar puede infectarse o algo por el estilo.

Y si CUANDO acepte, tirada de Medicina de Rejenih, usando tela de su ropa(mangas de la ropa genérica) y agua como desinfectante: 15 base + 98 dado + 37 abierta= 150 de habilidad final

¿No hacíamos guardias? Mejor, supongo, así dormía más. Pero siempre había oído que cuando se viajaba en grupo se hacían guardias, por eso lo había proppuesto. Jo, con lo de historia de heroes que habría quedado ahcer guardias... ¡Bah! ¡Tonterías!

-Bueno, pues no hagamos guardias y todos a descansar y a soñar con angelitos toda la noche. respondí - Aunque si no os importa yo me quedaré despierto hasta un poco tarde, con la antorcha encendida. Quiero leer un poco.

Tenía que repasar el libro de Ignea a cada oportunidad. a partir de ahora me propuse a mi mismo leer un poco, aunque sólo fuera un par de páginas, cada vez que pararamos de caminar. Y no iba a desprobechar la ocasión de leer tranquilamente ahí arriba, me iba a estudiar un buen trozo antes de dormirme.

Pensando en aquello, y cuando ya iba a sacarlo para empezar a leer, Rejenih se acercó hacia mi con intención de toquetearme la herida.

-¡Ni hablar, nada de eso, ni se te ocurra tocarme! ¡No le dejaría tocarme a un médico te voy a dejar a ti... -le dije apartándome de él- Estoy bien, mañana estaré genial y al tope. Es un agujerito de nada, puedo aguantarlo sin problemas, por cosas peores he pasado

Definitivamente Kalenden no iba a dejarse tratar medicamente por Rejenih. Así que era una perdida de tiempo seguir insistiendo, era su elección si quería morir desangrado o de alguna infección. Rejenih resopló y sin muchas ganas de seguir discutiendo se quitó la armadura y el resto del equipo depositandolo en el suelo, cerca suyo. El estoque lo cogió con la mano y se tumbo a dormir con él cogido. Una cosa era quitarse la armadura para dormir mejor, otra muy distinta era ser descuidado.

Por su parte Serghei hizo lo mismo. Se puso cómodo, apoyó el arco y el carcaj en la pared y se tumbó con las espadas cortas a su vera. Aquel bosque os había dado una buena lección, demasiadas cosas extrañas pasaban, demasiada gente metida en todo aquello. Pero en fin, mañana sería otro día.

Kalenden permaneció sentado con la única compañía del fuego que le iluminaba y de Ignea. Devoró unas cuantas páginas que trataban sobre los poderes de la mente y su capacidad para dominar el fuego. Fue una lectura bastante gratificante, a la par que educativa. Con aquel libro ibas a poder dominar el fuego a tu antojo. De nuevo las imágenes de ti rodeado de una inmensa masa de fuego asaltaron tu mente. El señor del fuego. Y sin quererlo, te dormiste con una sonrisa en los labios, el fuego de la rama se apagó.

Moth, Bosque de Gehena, 29 Mayo, 09:01 AM

Nada había ocurrido durante la noche. Todos estabais bien, además de descansados y algo recuperados de las heridas, magulladuras y demás. Desayunasteis fuerte e inspeccionasteis de nuevo vuestras heridas mientras Rejenih se colocaba todo aquel armatoste de metal encima.

@ Kalenden

Tu herida presentaba un aspecto bastante desagradable. Ya no sangraba, pero la piel de alrededor estaba cogiendo un color morado bastante preocupante. Tragaste saliva con fuerza, iba a ser imposible continuar mucho tiempo con aquella herida sin tratar. Quizás te llevaría a la muerte. Pero resignarse a que Rejenih te curara...